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|| Capitulo 5.

Días después.

-Muy bien, Louis. Así... -decía la coreógrafa del castaño con estatura baja y pequeñas arrugas en su rostro. Louis siguió moviéndose al ritmo lento y delicado de la música y después de dar una vuelta aérea, se dejó caer de forma lenta al frio suelo abriéndose completamente de piernas. La mujer, que lo miraba por el espejo se acercó hacia él. -En esta parte tienes que transmitir tristeza. Estas solo, estas desesperado por encontrar a alguien que pueda salvarte -mientras que esta le daba las indicaciones, el castaño obedecía y trataba de entrar en el personaje y transmitir su sufrimiento bailando de forma rápida y con fuerza en sus movimientos-.

Jeff se adentró al salón con un termo de café caliente mientras que su secretaria le susurraba algunas cosas pendientes que tenía que realizar más tarde.

Aunque su presencia le causaba incomodidad y nervios a Louis, no paro su rutina y siguió interpretando al personaje, con el fin de impresionarlo.

Jeff, aun mostrando esa mirada seria y dura mientras observaba a su estudiante, estaba satisfecho con el trabajo que Louis estaba haciendo. Sus piernas lucían mucho en esa pieza lírica. Y es que las piernas de Louis eran delgadas, largas y tonificadas; unas piernas hermosas que llamaban mucho la atención.

-Fouetté en Tournat Louis, quince tiempos empezando en segunda posición -le ordeno la maestra indicándole el siguiente paso y el castaño obedeció-.

Jeff se llevó una mano a la barbilla mirando específicamente sus piernas y pies. Sabía que Louis había estado practicando tanto en clases como en casa. Por lo general, siempre buscaba hasta el más mínimo error en sus bailes para presionarlo y obligarlo a mejorar; le impresionaba bastante que esta vez no le había llamado la atención en ningún momento para corregirlo o gritarle por las expresiones faciales. Por primera vez en mucho tiempo, disfruto la coreografía de Louis.

Por último, el castaño se dejó caer delicadamente al piso quedando completamente acostado y escondió su rostro entre sus brazos al mismo tiempo que la música paro.

La mujer le aplaudió orgullosa por la rutina y Louis se levantó del piso.

-Has estado precioso, Louis. Felicidades -felicito está acercándose al muchacho con una enorme sonrisa. -Si sigues así, ganaras la competencia. Tienes una técnica impecable.

El pequeño sonrió de forma tímida y bajo su mirada sintiéndose bien por las palabras de su coreógrafa.

-Aun así -hablo Jeff captando la atención de ambos. -Tienes que seguir practicando, Louis. ¿Entiendes? -el castaño asintió rápidamente y el hombre suspiro con una pequeña sonrisa en su rostro, no muy notoria. -Bien hecho, lo has hecho bien.

Louis sonrió enormemente y dejo salir una risita de sus labios. Jeff no sabía que por gracias a esas pequeñas palabras, le había alegrado el día entero, después de mucho tiempo.

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El rizado se encontraba completamente empapado en sudor. Sus rulos se pegaban a su frente gracias a este y sus piernas y brazos temblaban.

Escucho nuevamente el silbato y sin quejarse corrió con todas sus fuerzas subiendo nuevamente las grandes gradas de la escuela para segundos después bajarlas a la misma velocidad.

Se dejó caer al pasto y de forma rápido hizo cuarenta abdominales. Al terminar, corrió sin parar cinco vueltas a toda la enorme cancha de Futbol y se tiro de nuevo al césped para hacer nuevamente los abdominales pero esta vez el doble.

Lo siguiente que hizo repetir el mismo procedimiento pero esta vez remplazando los abdominales por lagartijas.

Una vez más se escuchó el silbato y troto de lado hasta llegar a la segunda línea blanca que se dibujaba en el césped, marcando la mitad de la cancha. Hizo eso siete veces sin detenerse.

Keep DancingWhere stories live. Discover now