34 - 2 > Billboard Music Awards

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JUSTIN BIEBER

Sentí que alguien me tocaba el hombro repetidas veces y gemí molesto.

Otra vez, pero ésta vez me agarraron un poco más fuerte. Quité esa cosa de mi hombro y volví a dormirme.

Ésta vez ya me sacudieron y abrí los ojos.

  —¿Qué demonios?—mi voz sonó ronca. Scooter me miraba, parado al lado de mi cama.

  —¿Podrías levantarte ya? ¡Hay mucho que hacer hoy!

  —Dios, Scoot, son como las seis de la mañana. Ya déjame dormir.

—Son casi las doce del mediodía. Calavera no chilla, ¡tú eres el que volvió a las cinco de la madrugada! 

Lo miré confuso y refregué mis ojos. No tenía ni puta idea de cómo había llegado a mi cama.

Luego recordé.

Anoche había salido con Selena. Primero fue una salida tranquila, fuimos a un restaurante bonito. Se enojó porque dijo que había mirado a otra chica. Empezó de nuevo con esa cosa que tiene de insultarme  en voz alta. No entiendo su maldita pasión por el hecho de que todos sepan de que soy un maldito hijo de puta. Ella simplemente siempre se empeñaba en hacerme quedar mal. Intenté convencerme de que aquello era mi culpa, tal vez lo era, después de todo. ¿No era yo un gran hijo de puta? Intenté tranquilizarla pero ella simplemente había bebido demasiado vino. Al llegar a casa se calmó un poco pero ella sabía lo que necesitaba, así que en frente de mis ojos empezó a rellenar  aquella seda blanca con hierba. Me prometí contenerme, pero ella lo hacía todo tan natural que simplemente no pude.

Así fue como caí dormido anoche. No sabía dónde estaba ella. Me enderecé sobresaltado en la cama.

  —Selena—susurré—Scooter, ¿dónde está Selena?—dije ahora elevando mi voz. Scooter hizo una mueca.

  —Tranquilo—contestó él suspirando—. Ella está en la habitación de huéspedes, no podía dejar que durmiera contigo. Vomitaba cada media hora.

 Puse las manos sobre mi frente, haciendo una mueca. Habíamos vuelto otra vez a lo mismo.

  —¿Ella está bien? 

—Sí—dijo Scooter abriendo las cortinas. El sol entró y pegó en mi cara, así que me levanté de la cama y me dirigí a la puerta del baño.—Lissa ha estado cuidándola durante la noche.

Antes de cerrar la puerta, me quedé quieto. "Lissa ha estado cuidándola durante la noche"... Me dí vuelta y lo miré.

  —¿Lissa la ha cuidado?—pregunté en un susurro. Mi corazón se encogió.

  Scooter asintió y me hizo una seña de que lo siga. Salimos de la habitación y caminamos unos cuantos metros por el pasillo hasta llegar a una de las habitaciones de huéspedes. Él abrió la puerta y ahí las vi.

Lissa estaba arrodillada al lado de la cama, donde estaba Selena acostada. Ponía un paño frío sobre su frente mientras secaba la transpiración que tenía. A pesar de su acto de ayudarla, se veía bastante enojada. Levantó su vista hacia mí y luego la bajó, ignorándome.

Entre a la habitación y me senté en la cama, al lado de Selena, observando su rostro. La palidez y aquellas profundas ojeras le proporcionaban un aspecto triste, perdido. Aún estaba dormida, pero su rostro expresaba una mueca extraña.

  —Gracias.—susurré a Lissa.

Su mirada se clavó en la mía y aquella conexión que había entre nosotros se formó nuevamente, dándome escalofríos en la espina dorsal. Sus ojos color  café tenían un triste brillo de decepción, de amargura. 

Welcome To My Industry » j.bWhere stories live. Discover now