Treintaicincoava parte

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Desperté con un dolor punzante en la pierna, aún estaba de noche y no lograba ver la hora en el reloj de pared, la venda seguía en su lugar así que no me había movido mucho durante la noche.

Nicolás - intente gritar - deoh meoh, ¡Nicolás! - grité ya entrando un poco en pánico por el dolor que no dejaba de aumentar, a los minutos sentí como entraba por la puerta - ayúdame por favor.

Sí Elmito - me sorprendí un poco al ver que era Jere - ya han pasado seis horas desde que tomó la pastilla le traeré un vaso con agua - al volver sin pensarlo trague las pastillas mientras él acercaba una mesa para dejarla frente a mi y poner una frazada sobre ella - bien, esperaremos unos minutos a que haga efecto la pastilla y subiremos su pierna a la mesa, le traeré hielo - salió de la habitación lo más rápido que podía y yo subí la pierna a la mesa, el dolor era agudo pero, al quedar más alta quizás me ayudaba a disminuirli, Jere puso el hielo sobre la venda.

Gracias Jere - Sonreí - de verdad te lo agradezco.

Estoy para usted Elmo, ahora y hasta mi muerte fiel a usted - mantenía su vista en la venda, quizás para no mojarla - ¿Disparó el señor?.

No, le pegué a un árabe que golpeaba a una niña, arrancamos y nos pillaron, el tipo mató a la chica y a mí me disparó ¿sabes que es gracioso? - me miraba extrañado - que la pequeña era mi hermana, se parecía mucho a mi madre, creo estamos destinados como familia a Dubái. Claro ella duró mucho menos que yo acá y no le fue muy bien pero, esos son detalles.

¿Se encuentra bien? Creo que se está volviendo algo loco Elmo - reímos un rato, ya estaba medio estúpido con las pastillas y reía de cualquier cosa.

¿Ya tomó el medicamento Jere? - preguntó Nicolás.

Sí señor, hace pocos minutos, al medio día le toca de nuevo - Nicolás avanzó tomando mi brazo izquierdo.

Ayúdame a llevarlo al dormitorio, estará más cómodo en una cama - Jere asintió y me subieron entre los dos, mientras yo no dejaba de reír por tal hazaña.

Don Jaime compórtese - reía Jere mientras yo apretaba su cara, realmente estaba drogado, Jere habían agregado las pastillas para la infección y eran tan fuertes que me habían vuelto loco.

Tendré que ver cuales son más suaves - dijo Nicolás con una sonrisa - no es buena idea tenerlo así todo el día - acariciaba mi rostro - aunque no niego que es mejor que tenerlo reclamando - ambos rieron y Jere se retiró del dormitorio, Nicolás se acostó a mi lado tomando mi mano y dándole pequeños besos - yo te quiero.

¿Follar? - sonreí - ¿Quieres tener sexo conmigo?.

sexo tengo con cualquiera niñito, contigo quiero hacer el amor - no pude evitar  reír - ¿No me crees?.

Ni lo que comes Nicolás - lo miré.

Yo no miento Jaime - acercó su cuerpo al mío - yo siempre te fui sincero.

Siempre fuiste un pervertido - miraba sus labios, unos labios que en esta situación eran bastante llamativos.

Y tú un mentiroso - acercaba su rostro al mío - pero el mentiroso más malo.

Mierda - reí sin pensar en todo lo que había mentido y que me estaba diciendo realmente - ¿Tú eres un buen mentiroso entonces?.

El mejor cariño - besó mis labios - el mejor que a pisado Dubái y tú deberías aprender de mí.

Enséñame maestro, quiero aprender todo de ti - seguí su beso.

El precio de mi libertad. [Historia Gay] (GOTH) [Corrigiendo La Ortografía]Where stories live. Discover now