Dieciseisava parte.

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El dolor de las heridas ya no era tan notorio, había pasado una hora desde que Nicolás se fue para hablar por teléfono, me sentía incómodo estando desnudo en la cama cualquier persona podía entrar y ver mi blanco trasero. Mi cuerpo estaba cansado, tenía sueño y un pequeño dolor de cabeza, ¿qué habrá echó con mis cartas?

Bien, este tío no quería colgar, creó que ya está lista la crema ¿aún te duele? - preguntó Nicolás sentándose a mi lado.

No, ya no duele muchas gracias Nicolás - mi voz se escuchaba algo nerviosa, no me gustaba esta posición.

Bien, date la vuelta - dijo mientras tomaba mis pantalones y ropa interior

Yo, yo puedo hacerlo sólo - tartamudie, no me gustaba la idea de que viera mi miembro

Pues no, quiero hacerlo yo ¿te volverás a portar mal? Con lo bien que estábamos - dijo mientras rozaba sus dedos en mi trasero y mi cuerpo se apretaba, no quería más problemas.

No, haré lo que me digas - me giré, ahora podía mirar su rostro mientras él no quitaba su vista de mi miembro.

Esperé muchos años para ver esto - dijo rozando sus dedos en mi estómago para bajar hasta él inició de mi pene, mi reacción fue detener su mano - tranquilo pequeño, sólo estoy admirando lo que es mío - corrió mi mano y paso la cadena por detrás de un adorno que tenía la cabecera de la cama, ahora si que estaba a su merced no podía hacer nada - eres tan lindo Jaime, creó que podría tenerte en esta posición toda la vida - recorría mi cuerpo nuevamente sin llegar a tocar mi pene.

Pero es incómodo - tartamudie - tengo mucha vergüenza Nicolás.

Y esa cariño, esa es la mejor parte  pero, tranquilo hoy no estoy de ánimo así que puedes volver a vestirte, te ayudaré - colocó la ropa en su lugar ya que tenía que sacar la cadena para cambiar la polera - eres muy lindo de verdad, tus padres hicieron un muy buen trabajo - besó la comisura de mis labios y se desvistió para dormir. Mi cuerpo aún temblaba, me sentía bastante extraño después de lo sucedido, no entendía que me había salvado esta vez de que no me follara - ¿Quieres que te ayude con lo de las cartas?.

¿Qué cosa? - me intrigó su pregunta, ¿querrá romperlas?.

Enviarlas a tus padres, sólo si tú quieres - se acostó a mi lado.

¡Claro! Sería lo mejor poder decirles que estoy vivo pero, no sé donde viven - pensé en voz alta.

Pues tranquilo, lo averiguaré por ti - se acercó a besar por última vez esa noche mis labios, apagó la luz del velador y se acomodo en la parte de su cama.

Gracias Nicolás, por todo lo de hoy - susurré.

Eres mi nakshe Jaime - susurró antes de dormir profundamente.

El precio de mi libertad. [Historia Gay] (GOTH) [Corrigiendo La Ortografía]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt