Treintaiunava parte.

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Mi noche partió basándose en dos cosas, calor y frío que terrible es esa sensación y girar en la cama sin tener una buena solución.

Creó que alguien no puede dormir - susurró Nicolás afirmando mi cintura y acercándome a él, quedando en una terrible "cucharita" - eso podemos solucionarlo muy fácil - comenzó a dar pequeños besos en la nuca y restregar su miembro contra mí, comencé a transpirar helado  intentando relajar mi respiración

Nicolás, yo - susurré al viento sin poder terminar mi frase, Nicolás me estaba sacando la polera y comenzaba a bajar con sus besos por la línea media de la espalda, pasando su lengua por la dorsal, el contacto tan directo lograba fácilmente que me estremeciera y realmente me encantaba, comenzó a tocar mi miembro ya erecto pasando sus dedos suavemente por el límite entre mi estómago y mi pene, el contacto cada vez me excitaba más, me giré para quedar frente a él y comencé a besar sus labios.

Tócame - susurró dando un pequeño beso en mi nariz y yo comencé a tocar su estómago bien marcado, comencé a besar pequeñas partes de este y mordiendo otras, sentía que me estaba quemando, mi respiración cada vez estaba más acelerada, el sudor debido al calor y a la situación era como si estuviera saliendo de la piscina. Sin darme cuenta me encontré frente a su miembro aún cubierto, intenté subir para salir de esa vergonzosa situación pero Nicolás afirmó mi cabello con su mano derecha y con la izquierda bajo sus pantalones dejando su miembro a la vista, el cual erecto como el mío tenía un tamaño mucho mayor, mis ojos miraban ese ¿monstruo? Me sentía Como hipnotizado. Era impresionante su tamaño para mi que era el primer pene que veía. El comenzó a acariciarlo, la situación lo calentaba de sobremanera pero, lo que yo menos quería era que saliera su líquido y perdiera uno de mis ojos, cosa que no fui capaz de terminar de pensar y ocurrió, se corrió en mi cara, pero, para mi suerte la reacción que tuve fue más rápida al cerrar los ojos
Soltó mi cabello y yo con mi cara llena de semen sólo pensaba ir al baño, me levanté y un poco asqueado me lave la cara, estaba inclinado cuando sentí el contacto de nuestros cuerpos, intenté levantarme y sus manos; una en mi cintura y otra en mi nuca lo prohibían; su miembro comenzó a penetrar primero de forma suave, cada vez aumentaba su velocidad y fuerza. Sin pensarlo ni poder silenciarlo comencé a gemir, no podía entender como tal pene no me dolía, en cambio me daba un placer impresionante.

Eran las 14:20, Jere entró en mi habitación metiendo bastante ruido, abrió las cortinas para dar paso a un sol impresionantemente pesado, intenté taparme con las sabanas pero de un tirón las tiro a los pies.

¡Jere no! - gritaba como un niño que le  quitan su juguete preferido para dárselo a otro - ¡déjame dormir un poco más!, lo exijo como el Nakshe de Nicolás - sólo escuchaba su risa mientras ordenaba un poco la habitación - ¡Jere retírate! - seguía gritando mientras intentaba tapar el sol con mi antebrazo - maldito, eres un maldito - le dije mientras me sentaba en la cama y él tenía una sonrisa que ocupaba todo su rostro.

Buenos días Elmito - dijo cantando - el sol ya salió y la comida está lista - continuaba burlándose - es un día espectacular y usted se debe levantar - lo miré lo más serio que pude, pero no logre aguantar mucho y comencé a reír.

¿Te han dicho que eres imbécil? - le dije.

El precio de mi libertad. [Historia Gay] (GOTH) [Corrigiendo La Ortografía]Where stories live. Discover now