Llegada inesperada.

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Todos los personajes de esta historia pertenecen a Marvel.

Capítulo uno.

Llegada inesperada.

Con la salida del sol la torre de los vengadores se alzaba majestuosa entre los aburridos edificios de la ciudad de Nueva York. Los civiles se levantaban adormilados para abrir sus cortinas y encontrarse con la vista de aquella construcción sintiéndose en paz al encontrar la luz eterna de ese faro de la esperanza, bienestar y seguridad.  Los amaneceres llegaban con optimismo pues bien sabían que mientras los vengadores estuvieran presentes nada los podría molestar, su sueño seria cuidado por aquellos héroes con espíritu inquebrantable.

Pero, adentro del edificio las cosas eran diferentes. Muy pocas veces el grupo de "amigos" cuyo hobbie es salvar el mundo, se levantaba con ánimos de trabajar o de seguir viviendo. Aunque Nick Fury los había obligado a vivir juntos para mejorar la convivencia, esta no mejoraba. Los días en los que salían de sus habitaciones y se juntaban un rato para platicar eran contados, más ante las cámaras simulaban ser el mejor grupo de amigos de todos los 9 mundos.

Sin embargo, ese día era diferente. Todos (a excepción de cierto Asgardiano que dormía como oso en invierno) se reunían en el pasillo planeando lo que iban a desayunar, por alguna extraña razón los vengadores se encontraban de un excelente humor. Tony bromeaba con Clint mientras Steve, Natasha y Bruce sostenían una conversación acerca del estupendo clima que tenía hoy su ciudad.

-Muy bien vengadores-hablo Stark mientras llegaban al moderno comedor-, ya saben cada quien toma su comida pero he de advertirles que las rosquillas son mías.

-Yo solo tomare un poco de café-encogió sus brazos Natasha, no tenía tanta hambre.

-Deberíamos tener una alimentación más saludable-Bruce se encamino a la sala que tenían cerca del comedor, en ese lugar los del servicio siempre dejaban su revista Science del mes junto al periódico y algunas cosas que les llegaban a su compañeros.

Cuando entró a la habitación notó algo diferente, el ambiente se sentía más pesado e inmediatamente sus ojos se desviaron al bulto con cabellos negros acostado en uno de los sillones.

Su corazón se agito al igual que su respiración.

El dios del engaño estaba en la sala de los vengadores, dormido con el ceño fruncido por lo incomodo que resultaba el sillón.

-Chicos...Vengan ¡Ahora! -habló en voz alta Bruce, llamando la atención de todos su compañeros quienes fueron inmediatamente a la habitación.

Las preguntas volaron por el aire, la tensión aumento y la linda mañana que el grupo compartía se había ido dejando solo a cinco personas con los pelos de punta. A nadie le gustaba la presencia de aquel psicópata de ojos verdes cuyos sueños de conquistar el mundo destrozaron la mitad de la ciudad. Absolutamente todos tenían cuentas pendientes con él, especialmente Clint, quien al ver a Loki tan indefenso pensó que sería la perfecta oportunidad para matarlo clavándole flechas por todo el cuerpo.

-Ngh...miserables migardianos-murmuraba entre sueños Loki- ¡Acabare con ustedes!

Todos fruncieron el ceño y Natasha  le entrego su pistola a Clint

-Si no lo matas tú, te juro que lo hago yo-gruño entre dientes la pelirroja.

Clint encogió sus brazos y apunto. No le importaba volarle los sesos al dios nórdico ni tampoco soportar los gritos de Tony por manchar su alfombra con sangre.

- ¡Ah! Con que ya lo vieron-Thor llego con una rosquilla entre sus manos-. Padre de todo me pidió que lo llevara conmigo a Midgard para que aprendiera los buenos valores que los humanos le pueden trasmitir, además le iban a hacer mejoras a su celda-tosió un poco-. Hemos tenido problemas con la seguridad...

Arrodillando a LokiWhere stories live. Discover now