Capítulo 1.

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« Lo que yo te di, lo que yo te di es la historia del más puro amor, siempre seré la primer vez...»

Mis cinco amores cantan frente a miles de coders haciéndonos gritar y cantar tan fuerte como podamos.

Este es su sueño, este es nuestro sueño.

«Perdóname si no estoy bien, sobra cualquier explicación, te vas a arrepentir muy pronto de este adiós...»

La música inunda el lugar junto con gritos, lágrimas y miles de sentimientos más.

Esto es maravillosamente increíble.

«Nada que hablar, que seas feliz si es que me puedes olvidar, lo que tuvimos nunca lo vas a encontrar...»

Siento una mirada fija en mí, busco en el escenario encontrándome con el perfecto chico de ojos color miel, regalándome una hermosa sonrisa.

¿A caso puede ser más perfecto?

No, no lo creo.

«Un día vas a despertar con la nostalgia a flor de piel y volverás a recordar...»

Este es el mejor día de mi vida, todo es tan perfecto, sus voces, ellos, todo aquí es perfecto.

Sonrío y grito lo más fuerte posible.

Definitivamente quedaré ronca.

«Lo que yo te di, lo que yo te di sigue dentro de tu corazón...»

¡DESPIERTA! ― Escuché a mi fastidioso hermano menor gritarme al oído, interrumpiendo el hermoso sueño que estaba teniendo.

Abrí los ojos de golpe por el tremendo susto.

¡Maldición! Fue un sueño, ¿Pero cómo?, Si todo parecía tan real.

¿Qué te pasa? ¡Déjame dormir! ― Grité en el mismo tono que él.

Mamá dice que te levantes, ya casi es medio día. ― Mau respondió esta vez más calmado.

Lo vi girar levemente los ojos claramente molesto, antes de salir de mi habitación.

Miro el reloj comprobando lo que acaba de decir.

¡Demonios! Son las 11:45 a.m, mi madre va a matarme.

Me levanté rápidamente a cambiarme, tengo el presentimiento de que hoy será un largo día.

Bajé las escaleras con cuidado de no hacer tanto ruido, si mi madre me ve, recibiré un regaño seguro.

Miré hacia la cocina, mi madre esta parada dándome la espalda, supongo que preparando el almuerzo.

Sigilosamente entré y tomé uno de los bocadillos que descasaban en la mesa. Le dí un rápido mordisco para después girar e irme a la sala.

Deberías tomar algo o el bocadillo se te atorará. ― Mi madre me regañó.― Buenos días Melissa. 

¿Cómo pudo escucharme?

Giré de nuevo a verla pero ella siguía dándome la espalda.

Tragué el bocadillo que estaba masticando y lo sentí deslizarse lentamente. Mi madre pareció notarlo y rápidamente me extendió un vaso con agua.

Gracias. ― Lo tomé entre mis manos y dí un largo sorbo esperando a que el bocadillo se deslizara por mi garganta. ― Sé que es tarde, lo siento pero... ― Respondí una vez que acabé el vaso con agua pero mi madre me interrumpió.

Sé lo que estuviste haciendo Melissa.

¿A si? ― Pregunté confundida. Dejé el vaso en la mesa y me acerqué a ella.

Si, estuviste leyendo una novela de tus zorrillos, ¿No es así? ― Respondió.

Castores mamá, no zorrillos. ― Rodé los ojos― Y si, estaba leyendo una novela de ellos. ― Expliqué.

Bueno castores. ― Rió. ― No tenías por qué dormirte tan tarde, siempre que hoy los verás. ― Me recordó.

¡Lo sé! ¿No es genial? ― Chillé emocionada.

Mi madre tan solo volteó los ojos con fastidio.

A ella no le gustaba que hablara de CD9, ella piensa que son como otras boybands, que en unos años me olvidaré de ellos, los cambiaré y blah, blah,blah, está muy equivocada si piensa que eso en verdad sucederá.

(EN EDICIÓN) Un Deseo » J.C.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora