Capítulo 15.

147 9 6
                                    

Creo que éste es el capítulo más largo que he hecho hasta ahora. :v

**************

Kim y yo volteamos al ver una puerta abrirse, y el rostro de su abuela se asomó hacia dentro. Se encontró con mi mirada, y me sonrió.

—Audrey, querida —dijo—. Creo que tu papá ya vino a buscarte.

Miré la hora en mi celular. Las diez en punto de la mañana.

Wau. Papá sí que es puntual.

—¿Puedes decirle que me espere un minuto? —le pregunté—. No terminé de ordenar todas mis cosas.

—Claro —dijo, y se fue—.

Me levanté del suelo en donde estaba sentada, y me puse a ordenar unas pocas cosas que no he guardado en mi maleta.

—Wau, en serio que no puedo creer que el fin de semana pasara tan rápido —dijo Kim mientras estiraba sus brazos por encima de su cabeza—. Digo, siempre el fin de semana pasa rápido, porque la vida nos odia y quiere que llegue el lunes lo más pronto posible para que vayamos al estúpido y horrendo bachiller, pero ésta vez que viniste tú pasó mucho más rápido.

—¿Así que me culpas a mí porque el fin de semana pasó rápido? —dije en broma, a lo que Kim se ríe—.

—En parte, porque siempre pasa que el tiempo vuela cuando la estás pasando bien con algo o con alguien.

Solté una risa. En definitiva, eso siempre pasa. Me hace acordar a los dos meses que estuve con Jev que pasaron volando. Solía pasarla muy bien con él hasta... el día que recuperé mi Amnesia.

«¡Ya deja de pensar en Jev y apúrate, que tu padre será capaz de dejarte aquí si no te apuras!», me dije a mí misma en mi mente, y me vi obligada a hacerme caso.

Cuando terminé de ordenar todo, acomodé la correa de mi maleta en mi hombro y Kim me dió un abrazo.

—Mañana practicaremos, ¿sí? —dijo, y yo ruedo mis ojos—.

—Sigo insistiendo en que tendremos mucho tiempo —le dije cuando nos apartamos—.

—Practicaremos igual, te guste o no —me señaló con el dedo, y rodé mis ojos de nuevo—. Como sea, vete o tu padre te dejará aquí.

Me reí.

—Lo sé. Nos vemos.

Me despedí de sus abuelos, comencé a correr por la larga y angosta callecita de piedritas hasta dar con el enorme portón de dos metros. Lo abrí un poquito, lo suficiente como para poder salir, y lo cerré una vez que estuve afuera del Country. Caminé apresurada hasta el auto, abrí la portezuela y la cerré una vez que entré.

—Hola papá —lo saludé, y arrojé mi maleta hacia los asientos traseros—.

—Hola hija —me saludó, y comenzó a conducir por la carretera—. ¿Te divertiste?

—Sí —le respondí—.

—¿Saben ahora qué canción van a cantar?

Monster, de Paramore.

—Hm —dijo papá, y se detuvo en un semáforo en rojo—. No conozco la canción, y mucho menos la banda.

—Qué raro, tú te conoces todas las bandas y todos los cantantes del mundo —papá se ríe—. Te la voy a hacer escuchar cuando lleguemos a casa.

—Está bien.

La verdad es que nos costó mucho elegir una canción de las quinientas que Kim eligió, porque casi todas eran de Paramore y de los Arctic Monkeys y me gustaban mucho. Yo elegí una de los Arctic Monkeys, pero Kim no quiso, ya que dijo que todos conocen la canción que yo elegí, y ella quería que toquemos una canción que casi nadie conozca. Y como casi nadie en el bachiller (y, por lo visto, tampoco mi padre) conoce la banda Paramore, pues elegimos una canción de aquella banda.

Amnesia. «Muda 2».Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin