Prólogo.

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AQUÍ COMIENZA LA SEGUNDA TEMPORADA DE "Muda.". QUE LA DISFRUTEN. . .

Mañana o pasado subiré los dos primeros capítulos. Besos♥.


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Ellos se miraron mutuamente, boquiabiertos, luego volvieron a mirarme a mí. Me sentía tan incómoda al tener a dos completos extraños enfrente de mí, en mi sala de Hospital (que ni siquiera recuerdo cómo es que llegué aquí), que me llamen Audrey...

Que se hagan llamar mis padres...

Dios.

No recuerdo cómo es que llegué aquí.

No recuerdo quiénes son estas personas.

No recuerdo mi nombre.

No recuerdo quién soy yo.

¿Quién soy yo?

—Audrey... —repetía la mujer, que aparentaba tener unos cuarenta años— soy yo... tu madre. ¡Soy tu madre, querida! —me tomó por los hombros—. ¡Él es tu padre! —señaló al hombre, aparentando aproximadamente su misma edad—. ¡Somos tus padres! —negué con la cabeza—.

—Tú no puedes ser mi madre. Él no puede ser mi padre. Ustedes no pueden ser mis padres —la mujer ahogó un gemido, soltándome y llevando sus manos a sus labios, cubriéndolos. El hombre la envuelve en un abrazo, consolándola, pero él también mostraba desesperación en su rostro—. Yo no puedo llamarme Audrey.

—¡Ese es tu nombre, por el amor de Dios! —me tomó bruscamente el rostro entre sus frías y sudorosas manos—. ¡Recuérdanos, por favor! ¡Somos tus padres! ¡Te hicimos con amor, te cargué nueve meses en mi vientre! ¡¡Te di a luz!!

—Julianna... —el hombre trataba de calmarla, pero fue en vano—.

—Suéltame... —dije en un hilo de voz. Lágrimas se acumulaban detrás de mis ojos—.

—Audrey —dijo el hombre, tomando mi mano—. Por Dios, trata de recordar —hice una especie de risa sarcástica/suspiro—. ¡Trata de recordarnos! ¡A nosotros! ¡TUS PADRES! ¡¿Cómo es posible que nos olvides así como si nada?!

—¿Qué quieres que diga? ¡No los recuerdo! ¡No tengo ni idea de quiénes son!

La puerta se abre con fuerza, y la misma doctora de hoy se hizo visualizar, pasando por debajo del umbral.

—¡¿Qué ocurre aquí?! —exigió saber—. ¡¿Por qué hay tantos gritos?!

—¡¿Por qué estos dos están aquí?! —exigí saber. La doctora me miraba como si no pudiera creer lo que digo—.

—Sarah —se acerca la mujer a la doctora—. Audrey no nos recuerda. ¡No nos recuerda! ¿Qué ocurre?

—Tal vez... deberíamos hablar afuera —le decía a la mujer, pero la doctora continuaba mirándome—. En un lugar más tranquilo... para que Audrey pueda descansar.

—¡¿Por qué siguen llamándome Audrey?! ¡Yo no me llamo Audrey!

—¿Y cómo te llamas, sino? —me preguntó la doctora que, al parecer, se llama Sarah. Me tranquilicé un poco, pensando—.

—Yo... no lo sé... —pegué mi palma a mi frente—. ¡Por Dios! ¡No recuerdo ni cómo me llamo! ¡¿Por qué me ocurre esto?! ¡¿Por qué no recuerdo nada?!

—¡Eso es lo que exigimos saber! —exclamó el hombre, dirigiéndose a la doctora—. ¡¿Por qué no nos recuerda?! ¡¿Qué le pasó?!

—¡Cálmense a los dos! —la doctora inhala y exhala, intentando calmarse—. Hablemos afuera, así le damos a Audrey tiempo para descansar y procesar todo lo que pasó.

Amnesia. «Muda 2».Where stories live. Discover now