-sí... claro, espero que no vuelva a suceder, Príncipe Styles, que muchos aquí necesitemos dormir.
-lo entiendo perfectamente, majestad, y lo lamento. Le prometo que no volverá a suceder.
La Reina aún tenía esa mirada de incredulidad sobre él... sin embargo, hizo un leve asentimiento de cabeza y se fue. Se aseguro de que haya cerrado la puerta y entro a la suya, cerrándola también para destapar al pequeño y tierno animal... que por cierto, estaba sentado y con los ojos fijos en él... como reprochándole por haberlo tapado de esa forma...
-no me mires así, amiguita cómo sea que te llames... ¿Acudiste a mi por qué necesitas refugio?
Bonita se levantó y comenzó a dar vueltas sobre su mismo eje e iba de un lado a otro... y cuando quiso ladrar, Harry le reprendió:
-¡shh! -dijo en susurró- es claro que yo no hablo tu idioma, pequeña, pero...
Entonces comenzó a pegar pequeños saltitos, no ladraba, pero si lloraba, angustiada; eso le enterneció a Harry... más porque parecía que estaba desesperada y no sabía cómo decirle cual era su problema... Bonita corrió hasta la puerta y rasguño con la patita.
-¿quieres salir? -le pregunto Harry, abriéndole, ciertamente ella salió, pero luego se volvía, una y otra vez, luego se quedaba en el pasillo e iba y venía una y otra vez... Harry frunció el ceño ¿Qué demonios era lo que quería decirle?
-¿quieres que te acompañe a algún lado?
Había dado en el clavo, por fin... la perrita se sentó, cansada de tanto ir y venir y sacó la lengüita y movió la cola a modo de aprobación.
-con que eso era... -miró a los costados y luego dentro de la habitación, cerciorándose- está bien... espera un segundo.
Exactamente... ¿qué era lo que estaba haciendo? Se había puesto la chaqueta y las botas que usó el día anterior para... ¿Seguir a una cachorrita que irrumpió en su habitación a des horas de la noche? Una completa locura. Sin embargo, lo cierto era que se sintió enternecido por su desesperación y angustia... y hasta que pudo por fin captar el mensaje... cielos... ¿A dónde iba, con exactitud? Al bajar las escaleras tuvo que hacerlo con sumo sigilo, y no le había costado demasiado... el animalito de cuatro patas bajaba cada uno de los escalones muy despacio...
Llegó antes que ella, y una vez bajado el último escalón se echó a correr por el pasillo más oscuro... entonces se dio cuenta de que se dirigía a la cocina.
Atravesaron la ala sur del castillo... se dijo, y en ese instante estaban en las afueras del mismo... alejándose cada vez más y más, tan sólo la luna daba una luz tenue sobre el lugar, por suerte, porque caminar en medio de la oscuridad, siguiendo a un perrito que justo tenía que ser negro, no sería lo más gratificante que habría hecho en su vida.
En fin, observo una pequeña choza, a lo lejos, a pocos metros, con las luces encendidas. Entonces la perrita apresuro el paso y se detuvo frente la puerta y comenzó a rasguñarla.
No sabía con qué podría encontrarse... pero giró el picaporte con cierta determinación, y apenas se entre abrió la puerta, la perrita entró.
Entró con cierta timidez y aprensión. Se sentía algo así como un intruso por entrar en una tipo casita para...
-¿TN?
Ciertamente era ella, pero estaba acostada, con las sabanas hasta el torso... sudada, temblando y balbuceando palabras que apenas entendía. La perrita se trepo a la cama y se sentó en la almohada cerca de su cabeza, le ladró, indicándole que se acercara. Y lo hizo.
-cielos... -susurró, luego se sentó en el borde de la cama y toco su frente- está ardiendo... ¿Por eso me buscaste, cierto? -le preguntó a la perrita, quien se acercó y se subió al regazo de TN-no puedo ayudarla, pequeña. Tiene mucha fiebre y no tengo ni la más pálida idea de cómo ayudarla... lo siento.
Los ojitos de Bonita brillaron y lloriqueo, angustiada. Harry se enterneció tanto que le acaricio la cabecita.
-puedo pedir que manden a buscar un médico a penas amanezca. Ahora es muy tarde y no podría venir de todos modos.
Consolando a un pequeño animal angustiado... lo más ilógico que había hecho en su vida. Pero al parecer la perrita se tranquilizó.
