Capítulo 4

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-¡Pero madre...!
-nada. Hija, ya vas a cumplir los veintidós el año que viene, y aún no tienes una sortija en tu dedo, así no puedes asumir el trono y lo sabes.
-claro que lo sé, pero me creo lo suficientemente competente como para escoger un marido adecuado para mi. Dame una semana más, escogeré uno de los que vengan mañana.
-ya ninguno quiere venir, Caitlin. Has rechazado a todo Lord, Conde y Sir que ha venido. ¡A todos les encontraste un defecto! 
-quería tener al hombre perfecto para mi imagen, madre.
-y puedo llegar a comprender eso -
dijo, condescendientemente- pero los has rechazado y humillado, con esa actitud te quedaras sola y yo moriré con esta corona sobre mi cabeza. Tienes que asumir el trono, ya tienes la edad, pero te falta un marido que sea capaz de asumir la responsabilidad como rey.
-¿y quién es ese afortunado? Si se puede saber. -dijo
, con las manos en las caderas y moviendo impacientemente el pie bajo la falda. Un gesto que Angélica detestaba con todo su ser.
-se llama Harry, Príncipe de Gales, estaba a punto de asumir el trono de su padre, el Rey Jasen Styles, pero me han informado que quiere echar raíces en otro lugar... así que vendrá aquí en una semana. He mandado a Gales una carta al rey informándole la situación hace poco más de un mes, y llegamos a un acuerdo, su otro hijo, Jerry asumirá el trono y Harry vendrá aquí.
-¿ósea que estuviste planeándolo hace tiempo? ¡Mamá! ¿¡Cómo pudiste!?
-es por tu bien, Caitlin. 
Ella quiso soltar una maldición en voz alta, para repudiarle a su madre, pero ésa no era la actitud de una princesa, así que golpeo el piso alfombrado con el taco a modo de protesta y se fue del salón, toda fastidiosa y rabiosa. 

Y TN, a la noche, deseo poder tener unos tapones para los oídos mientras acomodaba la gran cama de la princesa para que se recostase.
Caminaba de un lado a otro, como si pudiera cavar un poso con los pies. Al menos si caía por ese pozo cerraría la boca.
-¿Cómo pudo hacerme esto? -decía, angustiada, fastidiada, y cansada-tenia la corazonada de que la siguiente semana podía encontrarlo, ¿sabes? ¡Pero ni siquiera en eso me dio tiempo! Admito que el último que ha venido hace dos semanas era guapo, pero tenía mucho trasero, ¡No podía permitir que me opaque! ¿Oh sí? 
TN, por enésima vez, quiso abrir la boca para contestar.
-¡Por supuesto que no! -y por enésima vez, la princesa se contestó solita su propia pregunta-además... ¿Crees que he sido muy exigente? -lo hizo otra vez- claro que no. Soy bastante razonable.

Si claro... pensó TN irónicamente. Ella tenía razón, Lord Davidson tenía un gran trasero... apetecible para algunas, pero repugnante para otras. En realidad no había tomado en cuenta ese detalle que la princesa destacó tan abiertamente, sino que no le daba buena espina, le había mirado el rostro... no le gustaba su expresión, parecía angelical, pero dentro de ese ángel se escondía alguien sombrío y ambicioso. TN tenía un sexto sentido para ello... la princesa obviamente no, la primera impresión es la que cuenta, eso era un hecho, sin embargo... Caitlin se fijaba en lo superficial, que en ese caso de Lord Davidson había atinado.
-¿Y si no es guapo? ¿Y si es flaco como un palo y paliducho como un pedazo de pergamino? ¡Dios no lo permita! Lo que menos quiero es un hombrecito nefasto a mi lado... 
TN termino de correr las sabanas cuando Caitlin se tumbo sobre ellas soltando un profundo y cansado suspiro.
-mi madre dice que vendrá en una semana... ¡Es poco tiempo! Mañana le preguntare sobre la boda, espero que no me dé otra de sus sorpresas.
-será mejor que descanse, alteza -
dijo TN, al fin.
-si, es lo mejor, tengo que evitar estos ratos de estrés, dicen que si reniegas mucho te salen arrugas. 
TN de un soplido apagó las velas de la mesita de noche y se retiró de la habitación. ¡Por fin! Los oídos le retumbaban de tanto escuchar las quejas de la princesa... lo que daría por tener ese tipo de preocupaciones sin sentido... ¿Qué si era flaco como un palo y paliducho como un pedazo de pergamino? ¿Qué no quería tener a un hombrecito nefasto a su lado? Realmente la princesa algunas veces le daba lástima... 
-la actitud de mi hija es insoportable, con el tiempo se le pasara.

La voz dulce y pacificadora de la reina la hizo volver. Venía desde las escaleras y estaba en dirección a su habitación.
-su majestad -dijo, respetuosamente e inclinando la cabeza. La Reina le correspondió el saludo.
-necesito hablar contigo un momento, y no puedo esperar hasta mañana. ¿Podrías pasar a mi habitación unos instantes?

Sintió la sangre en los pies de repente.
-cla...ro, su majestad -disimulo lo más que pudo su estado repentino de nervios ¿Y si había descubierto a Bonita? ¿O si quería reprimirla por haber roto otra taza de té? Dios sabía cuánto se lamentaba por ser tan torpe a veces... y si la mismísima reina se lo reprendía... estaría de patitas en la calle en poco tiempo.
Así que con la cabeza gacha la siguió por detrás. 
Siempre que entraba a la habitación de su majestad se quedaba maravillada, pero en esa ocasión, el pánico se apoderaba de ella lenta y fatalmente...
-creo que nunca te he dicho que te considero una de las sirvientas más fiel y respetuosa de este castillo. -TN negó ligeramente con la cabeza-y que creo que tienes una fortaleza que no se ve mucho en estos días... entonces, ello quiere decir que tengo plena confianza en ti.
-sí, su majestad. Usted sabe que siempre le seré fiel al igual que mis compañeras.
-de eso no me cabe duda, y eso espero. Sin embargo, tengo más confianza en ti... y admiro tu espíritu.
¿A qué se debía todo ese alago? Tuvo que ponerse a rezar mentalmente.
-y que... debido a toda esta confianza que deposito en ti, si alguna vez llegas a traicionarme... serás desterrada del castillo y del pueblo.
La sangre no le circulaba, y daba gracias a la tenue luz de las velas que no permitían ver lo pálida que estaba.

-pero no quiero asustarte con todo eso. Sé que eres una mujer de palabra.
-por supuesto, su majestad. Además... yo primero me cortaría las manos si le llegara a traicionar.
Ella esbozo una sonrisa, que al parecer pretendía tranquilizarla, sin embargo hizo todo lo contrario, le infundió más el pánico.
-no creo que sea tanto para eso. Sé que puedo confiar en ti, TN. Y por esa confianza y lealtad es por la que yo me animo a pedirte un favor.
¿Un favor? Entonces... no tenía nada que ver con Bonita.... Gracias al cielo.
-¿Qué clase de favor, su majestad?
-el príncipe Styles vendrá la semana que viene, Michelle se hará cargo de organizarlas para decorar el castillo para nuestro invitado y su amigo, que se convertirá en su mano derecha si se convierte en rey, Sir Malik. 
-¿desea que acomodemos una habitación extra para Sir Malik?
-no, de eso ya hable con Michelle. No es un favor domestico, TN, sino un favor personal. 
La sangre le corrió correctamente por las venas y poco a poco se iba tranquilizando.

-sabes que mi hija está un tanto inconforme con mi decisión -¿Un tanto?- pero has visto como yo que nunca se decide, que promete que lo hará y nunca lo hace, a cada uno de los pretendientes les encontró un defecto ¡de uno me dijo que no le gustaba porque tenía un lunar en la nariz! En fin,
de eso no se trata el asunto. Quiero que vigiles cada uno de los movimientos del príncipe Styles, lo que hace y lo que no. Tú ves más allá de lo superficial y es por eso que te estoy pidiendo esto, quiero que me des tu punto de vista, y si no es positivo lo descartare y buscare otro pretendiente para mi hija. Él estará a prueba una semana, y quiero que en esa semana lo vigiles, muy disimuladamente por supuesto, y me digas que te pareció.
¿Juzgar a un príncipe? ¿Mirar sus defectos y virtudes más allá de lo físico? Era una tarea ardua pero no imposible... lo único que era imposible de todo aquello era que la Reina le pidiera algo así. Se notaba que estaba preocupada por su hija y por sí misma, tal vez se preguntaba si había tomado la decisión correcta y quería una opinión suya... Dios... deseaba otro tipo de trabajo, que la tomaran enserio, pero... ¿algo como eso?
-lo haré, su majestad -contestó lo más convincente que pudo. Se ve que lo logró, la reina esbozo una encantadora y aliviada sonrisa- cuente conmigo para ello.

-muchas gracias, TN. Ahora puedes retirarte, apuesto que estás cansada y debes descansar para mañana.
-duerma bien, su majestad -
dijo a modo de despedida inclinando la cabeza, ella le correspondió la despedida.

Enamorada del Candidato Equivocado (Harry Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora