La princesa de Auradon [Descendientes/Carlos De vil] LPDA1

Último Capitulo. "Resolver todo" 1/2

—Sí... —Dijo ella evitando no marearse y vomitar encima del peliblanco/negro— Mejor que nunca. Tú adelantarme, yo te alcanzó en un momento.

Carlos miró rápidamente la entrada del castillo y dio un paso hacía adelante no sin antes darle las gracias al animal y acariciarlo.

Carlos subió por las escaleras casi corriendo, y asegurándose que Harriet estuviese bien y le siguiera a adentro.

—¡No tenemos tiempo que perder! —exclamó la pirata a medias escaleras, mientras que el chico De Vil ya estaba en la gran puerta del castillo.

Él asintió. 

—Vamos entonces... —dijo antes de abrir la puerta 

Entonces vio el alboroto ahí, y sintió su estomago dar vueltas.

No iba a dejar que Gabe se saliera con la suya.

No ésta vez, ni nunca más.

***

—¡Dejenme ir con él! —dijo Astrid siguiendo con el deseo de ir con su hermano.

De un momento a otro levantó en pie y dio un puntapié a Jay, quien era el que la sostenía más fuerte y éste la soltó quejándose. Rápidamente se libró del agarre de Evie y empezó a ir rápidamente hacía Ben.

Necesitaba asegurarse que estuviese bien.

Pero entonces sintió a medio camino cómo alguien la tomaba de un brazo y entonces vio a Gabe mirándola fijamente.

—Astrid... —dijo él.

—¡Suéltala, Gabe! —Se escuchó justo en ese momento la voz de alguien más en el salón.

Astrid se volvió y vio a Carlos y Harriet acercándose a ellos.

***

Los dos chicos entraron rápidamente en el gran salón y vieron la escena. Ya era tarde. Mal y Bella sobre el cuerpo inconsciente de Ben y Astrid tratando de zafarse.

En ese momento vio cómo ella se soltaba del agarre de Jay e Evie mientras se dirigía rápidamente hacia su hermano. Entonces vio cómo Gabe la tomaba en medio camino y sintió la sangre hervir.

Las palabras salieron casi por sí solas.

—¡Suéltala, Gabe! —gritó en medio del silencio que había en el salón.

—¡¿Carlos?! —preguntaron muchos de los chicos y chicas allí. Astrid sólo se limitó a mirarlo

—¿Qué haces aquí De Vil? —preguntó con rabia Gabe.

—Te dije que la soltaras... —repitió Carlos, con un tono bastante severo.

—Carlos... —dijo Astrid en un murmuro.

Entonces el peliblanco/negro se volvió a la castaña.

—Astrid, escúchame —dijo Carlos—. Lo que le pasó a Ben es culpa de Gabe...  lo hechizó para hacerlo dormir.

—¿¡Qué!? —preguntó Astrid abriendo los ojos y volviéndose a Gabe rápidamente.

—¡Claro que no! —objetó Gabe, de manera inmediata—.¿Le creerías a éste? —Gabe señaló a Carlos y rápidamente se volvió a ella—. Lo único que ha hecho es romperte el corazón y además que viene junto a Harriet... ¿Eso no te indica nada?.

Harriet puso cara de ofendida ante el comentario y se cruzó de brazos.

—Espera un momento, tú... —Harriet dio un paso adelante hacia Gabe, y Carlos la detuvo por los hombros, no debían precipitarse todavía.

Carlos vio cómo Astrid se volvía a ambos un segundo con rostro serio, y luego a Gabe.

—Astrid... escúchame, por favor —dijo Carlos, queriendo hacer que la castaña lo viera

—Gabe tiene razón... —dijo Astrid de manera dura. Entonces la chica recordó un momento cuando Gabe le dio un vaso de ponche a Ben durante la fiesta— Pero de igual manera... ¿¡Por qué debería confiar en ti!?.

Carlos y todos los presentes entonces vieron algo que no pensaron que ocurriría. Astrid golpeó la cara de Gabe de un puñetazo y lo hizo caer al suelo.

Ese fue el momento en que todo se volvió más extraño.

—Muy bien... Se acabó la farsa... —dijo Astrid.

—¿Qué? —preguntó el levantándose del suelo— Ah... p-pero tú...

—¿¡Yo qué!? —preguntó Astrid— ¿Estaba hechizada?. Pues mala noticia Gabe... No lo estoy, nunca lo he estado.

Carlos escuchó esas palabras y sintió algo en su pecho.

¿Qué?

—No... Tú comiste la galleta... ¡Tú estás enamorada de mi! —dijo Gabe.

—Claro que no... —respondió Astrid— Sólo fingía... Todo éste tiempo fingía, cualquiera que me conoce sabe que no actuaría jamás en la vida cómo una tonta colegiala enamorada.

—¡Sí! —se escuchó la voz de Evie en todo el salón. Y Carlos no evito sonreír. 

Un embargo Astrid seguía mirando a Gabe de forma dura.

—¿¡Cómo es eso posible!? —preguntó Gabe— El hechizo tenía que funcionar.

—Y hubiese funcionado —dijo Astrid— Sí algo conocido cómo la rosa de Auradon me permitiese ser inmune a los hechizos... Cualquier hechizo. Sentí el intento de magia en esa galleta cuando la comí y descubrí tu plan de inmediato... Así como cada plan que realizaste para intentar separarnos a Carlos y a mi... Sólo seguí el juego.

—Pero... —Gabe no podía creer que eso estuviese pasando en serio.

—Y no fue difícil después que te delataste a ti mismo la primera vez.

—¿La primera? —murmuró Harriet junto Carlos.

—Verás... Creí al principio lo de la foto... Hasta que cometiste tu primer error. Dijiste que pasaste por la habitación de Carlos y Jay cuándo viste a Harriet besar a Carlos, pero en las habitaciones de la academia no se ve bien hacia adentro sino se acerca lo bastante para ver. No podrías haber tomado la foto si no  hubieses sabido exactamente que iba a pasar.

Carlos dirigió una mirada a Harriet y ella lo miró a él con un asentimiento de cabeza.

—Pero necesitaba afirmar mi teoría... Hasta que conseguí a alguien que me dijo la verdad —dijo ella.

—¿¡Y quién fue!? —preguntó Gabe.

—Yo —dijo Holly inmediatamente—. Le conté acerca del plan de Gastón

Entonces lo ha sabido todo éste tiempo. Dijo una voz en la cabeza de Carlos.

—Y ahora tú... —dijo Astrid señalando a Gabe—. Vas a decirme cómo romper el hechizo que pusiste sobre mi hermano. Ahora.

—Yo... Yo no lo sé —dijo Gabe tartamudeando

Astrid dio un paso hacía adelante y Carlos vio el enojo en su rostro, también vio que Gabe se veía sumamente nervioso ante el acercamiento de la chica, y se dio cuenta de que nunca había visto al hijo de Gastón, así, se dio cuenta entonces que el pelinegro tenía miedo.

Algo dentro de Carlos quiso ver a Gabe pagar por todo lo que había hecho.

Pero no iba a dejar que Astrid hiciera algo malo.

Fue entonces cuándo algo dentro de Carlos hizo click y rápidamente se dirigió a tomar a Astrid de la cintura y detenerla.