▪ Capítulo 30 ▪

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Estaba con Brooklyn en el aparcamiento, ya que Christopher iba a llegar tarde por asuntos personales, pero Brooklyn me abandonó a medio pasillo porque debía ir al gimnasio, así que caminé hacia el aula completamente sola.

Mis pies dejaron de andar al momento en que vi la escena frente a mí. Christopher estaba charlando con Gabriella, ella estaba tan cerca de sus labios como si estuviera vacilando en besarlos o no. Sin embargo, Christopher no estaba haciendo nada para impedírselo.

En tan solo tres segundos ella lo besó.

— ¿Qué hay de tú chica? — le preguntó de forma sarcástica mientras jugaba con las orillas de su chaqueta

Al ver que Christopher no respondió Gabriella soltó una risita

— ¿sabes? Siento lástima por ella. Apuesto a que te quiere mucho... está tan enamorada... Su corazoncito late por ti... — se burló

Christopher hizo una leve mueca. Gabriella lo besó nuevamente y él le correspondió sin problemas.

Traté de retroceder, pero en mi intento de hacerlo tropecé con la puerta, el ruido los alertó y ambos me miraron. Lo primero que Christopher miró fue a mí.

Di un paso hacia atrás y salí corriendo hacia el baño. Entré y cerré la puerta de inmediato. Sin darme cuenta ya estaba llorando. Esta vez no podía detener las lágrimas, no podía. Me sentía una tonta. Que estúpida me sentía ¡la besó! Y no la rechazó, ni si quiera lo intentó.

Traté de calmar mi llanto, pero era imposible, mi mente me jugaba sucio y me hacía recordar lo que vi y escuché hace unos instantes. Tal vez sólo estaba jugando conmigo, tal vez fui parte de algo y caí como una estúpida.

Estaba tan enfadada conmigo misma por confiar en alguien como el tan ciegamente.

Respiré hondo y me lavé la cara. La prefecta abrió la puerta del baño y me indicó que era hora de entrar a clases. Asentí, tratando de que no viera mi cara roja.

Una vez en clases traté enfocarme en las actividades y pruebas, funcionó, pero cuando fue hora del almuerzo las cosas fueron diferentes. Dejé los libros de la clase anterior en el casillero, estaba a punto de cerrar cuando sentí la presencia de alguien detrás mío.

— Evy

Me giré al escuchar la voz de Carter

— ¿es tuyo? — preguntó mientras extendía un broche para el pelo en forma de flor — estaba en el suelo....

Bajé la mirada hacia el broche y lo agarré

— si... debió...debió caerse cuando abrí el casillero

Carter asintió. Por la forma tan fija con la que me miraba me daba miedo que se diera cuenta de mis ojos hinchados así que aparte la mirada con la excusa de cerrar mi casillero.

— bueno.... nos vemos en el almuerzo

Asentí, dándole la espalda. Apenas siguió su camino solté todo el aire que había estado reteniendo. Casi no había nadie en los pasillos, sólo yo y unas cuantas chicas que pasaban frente a mi riéndose como locas mientras charlaban entre ellas.

Caminé con intención de ir al aula de biología cuando de pronto me tomaron del brazo y me metieron al cuarto de limpieza. Me giré para ver quien rayos me había metido aquí y me quedé sin palabras cuando encontré ese par de ojos azules.

— ¿piensas ignorarme todo el día?

Intenté alejarme de el

— Evelyn...

Simplemente Mi Chico MaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora