Capítulo 2. De vuelta a las ruedas

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Ir a toda velocidad por la carretera en un día como éste era grandioso. El clima estaba perfecto. Un día de otoño bastante relajado, había sol pero la brisa era lo suficientemente fría como para opacar su calor. Y ahí iba yo, una chica de baja estatura, con mechones violeta en su cabello, aros en la nariz y en el labio. Sin duda era quien más disfrutaba este día. Montada en Holy me dirigía a casa de mi buena amiga SunHi para acompañarla a la peluquería, seguramente a retocarse el tono azul de su cabello, teñido completamente de ese color.

Cuando recibí a Holy en el taller de papá, me quedé sin palabras. Mi Ducati streetfighter, estaba completamente blanca, incluyendo el armazón. Cielos, ahora tendría que comprarme un casco nuevo del mismo color para no desentonar, hay que hacer esto con estilo. No cualquiera puede subirse a una Ducati.

- Buenas tardes, lindura. - saludó mi amiga. Llegue frente a la casa de SunHi, ella estaba a fuera esperando con su casco en la mano. Vestía unos pantalones de cuero bastante ajustados y una chaqueta de mezclilla azul, y calzaba unas botas del mismo color.

- No me llames así, es extraño. - me saque el casco para darle un beso en la mejilla. - ¿Lista para la velocidad? - pregunté juguetonamente volviendo a ponerme el casco.

- Tú sí que sabes. - se subió detrás de mí luego de ponerse el casco, pero antes de que pudiésemos salir aceleradamente, su madre, la Sra. Lee, salió a gritarme desde la casa.

- La traes completita de vuelta a casa, HaNi. - agitaba un mantel con su mano derecha.

- ¿Usted qué cree, tía Lee? - sonreí ante su extraña aparición.

- Confío en ti, querida. - no había siquiera alcanzado a terminar su frase, cuando ya íbamos doblando en la esquina, a unas tres casas más allá.

El viaje a la peluquería nos tomaba unos 10 minutos a 100 kilómetros por hora. SunHi me había contado en la mañana por teléfono que su cabello ya no sería color azul, ahora lo cambiaría a un negro azulado, que quedaría perfecto con su tono actual debajo. Mi amiga era una de esas que visitaba la peluquería más veces al mes que a las propias clases en la universidad, y no exagero.

- ¡Hey! - gritó una mujer de gran cuerpo y cabello rubio dentro de la pequeña peluquería.

- ¿Qué hay Cho-Hee? - saludó SunHi a su peluquera estrella. - Recuerdas a HaNi, ¿no?

- Pero claro que sí, primor, mucho gusto de verte de nuevo. - me abrazo con una fuerza descomunal y con una efusiva sonrisa en su rostro, mientras yo trataba de corresponder sin dificultades.

- H-hola Cho-Hee, ha sido mucho tiempo sin vernos. - saludé cuando por fin el aire había vuelto a entrar a mis pulmones.

- Sí. Veo que tus violetas siguen intactas, y resaltan tus grandes ondas. Realmente hiciste una buena elección con el color. - comentó tomando delicadamente mi cabello amarrado en una casual coleta alta.

- Pues sí, hiciste un gran trabajo. - Cho-Hee podía ser muy alocada y también bastante explosiva, pero nadie podía dudar de que su magia de peluquera podía a llegar a crear grandes cosas en la cabeza de las personas, era simplemente increíble.

- Si, que bien por ustedes, pero esto no se trata de HaNi, es sobre mi ¿recuerdan?, ¿cambio de color?, ¿mi estilo? - expresó mi egocéntrica amiga sentándose en una de las sillas frente al espejo gigante.

- Claro que sí, cariño. - dijo Cho-Hee sonriendo - Empecemos entonces. - tomó una toalla y la pasó sobre los hombros de SunHi. Yo solo me limité a reír.

- Estaré a fuera tomándome un café, SunHi. Cualquier cosa me llamas. - dije saliendo por la puerta luego de que ella asintiera.

Me dirigí a una cafetería que estaba cerca, con mi casco negro en el brazo. Pedí un café de vainilla. Pagué en la caja y salí de ahí. Volví a fuera de la peluquería y me afirme en mi moto tomando tranquilamente de la pequeña bombilla. Sabía que SunHi estaría adentro por lo menos una hora, quizás menos, conociendo a Cho-Hee y su agilidad. Me dispuse a revisar mi teléfono.

Honda DN-01Where stories live. Discover now