Capítulo 11.

24.4K 2.6K 972
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La mirada que me dedicó mi madre al confesar la verdad era suficiente para hacer que cualquier persona se arrepintiera de todos sus pecados. El mismo satanás temblaría bajo esa mirada.

Mi corazón se sintió frío porque esa mirada que me dedicaba era pura decepción, como si se preguntara qué hizo mal a la hora de criarme. Me hizo dudar sobre todo lo que pensé que había sido una buena idea, quise volver en el tiempo para controlar mis impulsos y así no tener que soportar esa mirada que me dedicaba.

Este tenía que ser un súper poder el de las madres, poder hacerte sentir mal de cualquier acción inocente. ¡Sin ni siquiera decir una palabra! Porque desde que entramos en la habitación de Lucy y yo le conté todo, no me había dicho nada. Solo se limitaba a darme esa mirada.

Yo estaba a punto de ponerme de rodillas y hacer lo que sea para que dejara de mirarme así, pero antes quería saber qué tan decepcionada estaba.

Me aclaré la garganta:

—En una escala del uno al diez, ¿qué tan decepcionada estás de mi comportamiento?

Ella suspiró y se acercó a mí acariciando mi mejilla:

—Kathleen, no estoy decepcionada, nunca podrías decepcionarme. Es solo que... ¿Estás segura de todo esto? ¿Vale este chico la pena?

Mama tenía razón, ese es otro don de las madres: tener siempre la razón. Cuando empecé toda esta mentira fue un impulso, no me puse a pensar en consecuencias ni si el resultado sería tan satisfactorio. ¿Valía la pena hacer todo este lío para conseguir una cita con Liam? No lo sé, tal vez.

—Es lo que trato de averiguar —admití.

—Pues, espero que lo averigües antes de que sea muy tarde. —Escondió un mechón de la peluca detrás de mi oreja.

Yo también, yo también.

—¿Vas a contarle a papá? —Crucé mis dedos esperando un no como respuesta.

—¿Y que se ponga todo loco cuando se entere que un chico ha estado viviendo en el estudio de su hija? —Ella empezó a reír y yo acompañé a su musical risa—. Por mucho que odie ocultarle cosas a tu padre, no le diré. Será nuestro pequeño sucio secreto.

—Gracias —dije aliviada mientras la abrazaba.

—Ahora salgamos antes de que tu padre mate a tu "novio". —Hizo comillas con sus dedos.

Cuando salimos de la habitación de Lucy nos encontramos a todos en el comedor, listos para el almuerzo. Incluso Kim y Max se habían reunido con nosotros. Dirigí una sonrisa tímida antes de sentarme en el asiento libre justo al lado de Nathan, frente a nosotros estaba mi padre inspeccionándonos por completo. Como dije con anterioridad: Esto solo se ponía mejor cada segundo.

Finge ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora