Llegaron al domicilio correcto y efectivamente, afuera se veía un camión de mudanzas al que eran subidos los muebles grandes y pesados. Los dos hermanos desmontaron el auto en el momento en el que Aldo salía del departamento con una caja en sus brazos, la que dejó en su propio automóvil al tratarse de artículos personales; luego se dirigió hacia su mejor amigo, asombrado de verlos a ambos. Primero, porque no esperaba a Sol y segundo, porque esperaba mucho menos a Ismael. Era cierto que le había dicho que lo ayudara, pero no creyó que lo hiciera. Eso le demostró que su amistad valía mucho para él, lo que lo conmovió tanto que casi se le salieron las lágrimas.

—¡Qué milagro! —Fue su saludo para Ismael, sonriente—. Me sorprendes.

—Hasta yo me sorprendo, pero bueno. Esta podría ser la despedida, así que pa' qué hacerle. Dime qué hago o qué. ¿En qué sirvo, si es que sirvo?

—Adentro hay algunas cajas que me gustaría que subiéramos al coche —le informó Aldo, así que lanzando un suspiro de prematuro cansancio, Ismael se adentró al departamento con paso lento y desganado. Después, Aldo se enfocó en Sol—. ¿También vienes a despedirte? Siento si no les comenté nada antes, pero las cosas se dieron muy rápido; además, quería cerciorarme de que contaría con el trabajo. Ahora es oficial.

—Aldo, me gustaría hablar contigo un momento y en privado —le dijo Sol sin felicitarlo siquiera, resultándole muy feliz tratar de fingir alegría cuando no la sentía.

Aldo la miró unos instantes con alerta al sentir de pronto un mal presentimiento. ¿Sería lo que creía que era? Tuvo que acceder a hablar con ella, por lo que se alejaron un poco de los demás. Ya a una distancia segura, Sol habló:

—No sabía que te irías y la noticia me tomó por sorpresa, pero sin duda es algo bueno para ti —intentó sonreír forzadamente—. Estas oportunidades no se desaprovechan y bueno, tienes que moverte a otro estado, pero espero que... que...

La voz se le quebró ante el nudo en la garganta y porque el pecho se le comprimió dolorosamente, mientras la expresión serena y controlada que quería mantener frente a él se desplomaba para ser suplida por una de inmensa tristeza y desconsuelo.

—Sol, escucha... —Aldo quiso hablar, gentil, pero ella lo interrumpió.

—¡No quiero! No quiero que te vayas. No quiero que me dejes, no quiero no ser capaz de verte más y dejar de estar a tu lado —Sol ya no pudo reprimir sus sentimientos, dejándolos fluir en forma de abundante llanto—. Me gustas, me gustas mucho; siempre me has gustado, desde que puedo recordar. Disfrutaba cada vez que ibas a casa a visitar a Ismael porque así podía pasar tiempo contigo y tú siempre fuiste atento conmigo y eso me gustaba. ¿Es que no lo notaste? ¿Nunca viste que mi cariño por ti iba más que como amigo?

Aldo suspiró con terrible pesar e impotencia, al tiempo que aceptaba:

—Lo noté, muchas veces lo noté. Te delatabas bastante.

—¿Entonces por qué? —Su respuesta la golpeó con fuerza. ¿Cómo era que nunca había dicho nada? ¿Era que en realidad ella no valía nada para él?

—Escúchame bien, Sol. Fuera de este asunto del trabajo y la capacitación que me ofrecen, aún si me quedara, la verdad es que eres la hermana menos de mi mejor amigo —Sol abrió la boca para objetar algo, mas él no lo permitió al continuar—: No, no es el problema que seas hermana de Ismael. Lo que quiero decir es que eres una niña. No importa la edad que tengas, no importa que alcances la mayoría de edad, siempre voy a verte como una niña. Lo siento mucho. Estoy seguro de que encontrarás a alguien mejor para ti, alguien de tu edad. Eres una buena chica, Sol, nunca lo dudes.

Sin mediar otra palabra, Aldo se dio la vuelta, encaminándose a su departamento a seguir trabajando, dejando a la joven Flete devastada, con el corazón hecho trizas, sangrando interiormente y en copioso lloriqueo. La castaña recordó que estaba en plena calle y le dio vergüenza mostrar semejante espectáculo de debilidad, por lo que rápidamente se dirigió a casa a encerrarse en su habitación, para drenar todo el sufrimiento que su interior albergaba, pensando que la vida era muy injusta y cruel por dar la más mínima esperanza de lo que fuera y después arrebatarla para dejarte vacío y sin ilusión.

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⏰ Last updated: Dec 19, 2015 ⏰

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