Capitulo 59.

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-creo que no estaré tranquila hasta que vea con mis propios ojos que el hombre esta vivo-

-ya lo veremos. Tranquila. Vamos a acomodarnos y vuelve a dormir, si?- intento bajarme de su regazo pero no me deja.

Se estira en la cama y me deja encima de él, apoyo mi cabeza en su pecho desnudo y él rodea mi cintura con sus fuertes brazos. Enredamos nuestras piernas y Allan nos cubre con la sabana.

Luego de unos minutos de caricias y besos por parte de Allan, logro volver a dormir y esta vez sin pesadillas.

Despierto todavía encima de Allan, mi cuello duele por la posición en que dormí.
Me muevo con cuidado para no despertar al hombre que tengo debajo de mi pero aprieta su agarre en mi cintura.

-a donde vas?- alzo mi cabeza para verlo, sigue con los ojos cerrados.

-AL, tengo que ir al baño, se hace tarde y quiero ir a ver a papá- suspira profundo y me suelta, bajo de la cama y corro al baño, cepillo mis dientes, me despojo de lo que llevo encima y entro a la ducha.

Cierro mis ojos y dejo que el agua caiga en mi cabeza, cara y corra por el resto de mi cuerpo; mis músculos se relajan con la lluvia de agua artificial y lo agradezco.

Sigo unos minutos mas en esta posición, hasta que siento unas grandes manos rodear mi cintura por detrás y acariciar mi vientre, mi cuerpo se eriza y mi piel se calienta con su tacto.

-que haces AL?- abro los ojos pero no puedo verlo ya que esta detrás mio.

-tomando un baño contigo- deja besos en mis hombros y mi cuello y no puedo evitar soltar un gemido. Sus manos no están quietas y recorren mi vientre y mas abajo aún.

-te amo mi ángel- susurra en mi oreja y esto provoca en mi un escalofrío de la cabeza a los pies.

El ambiente dentro de la ducha sube, agradezco no ser tan despistada y tomarme las pastillas puntual y visitar regularmente a mi doctora.

-Rápido AL. Ya son las nueve, papá debe estar esperándonos- estoy lista esperando a que Allan termine de tomar sus cosas, revisar su arma, meter cosas que para mi son innecesarias en sus bolsillos.

Al terminar, se acerca a mi que estoy parada de brazos cruzados frente a la ventana del cuarto, viendo el lago.

-ya podemos irnos- susurra entre mis labios, deja un corto beso para luego tomarme de la mano y salir.

-qué?- estamos en su carro camino a mi casa pero a cada rato se voltea a verme y sonríe.

-nada- responde, toma el volante con ambas manos, suspira profundo y le sale esa sonrisa que me vuelve loca.

Vuelve a mirarme.

-YA AL! Deja de mirarme así!- le grito y me quejo porque en serio ya me ha puesto roja como un tomate.

-por que te pones roja?- sigue molestándome.

-ya basta Allan. Me tienes incomoda- cada vez que me mira me ruborizo al recordar lo que sucedió en la ducha.

Esta vez me mira y ríe. Le golpeo en el brazo con mi puño cerrado.

-no volveré a dormir una noche mas en tu casa y menos bañarme contigo- me pongo en plan furiosa y me cruzo de brazos, soltando su mano que estaba entrelazada con la mía.

-NO! Ya no voy a molestarte mas. Lo juro. Pero no dejes de dormir en nuestra casa. Y menos no bañarte conmigo. Por favor mi ángel- me mira con carita de bebe regañado, pero yo me hago la dura.

-vamos mi ángel, por favor. Perdón, si? Me perdonas?- sigue con su carita; intenta tomar mi mano y volver a entrelazarla.

Suspiro profundo, es imposible estar molesta con este hombre.

Ojos Esmeralda.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt