Capítulo 27. "Un día en apuros y secretos"

1.3K 67 6
                                    

—Y estas son las otras gotas que debe aplicarse —me entregó un récipe con los nombres de las medicinas que debía comprar, ya que mi vista había mejorado mucho desde entonces, tomé el pequeño papel, y los junto con otros que me había dado anteriormente. Me despedí estrechando mi mano con la del doctor David y salí del consultorio y me acerqué a Connor asentí y el se levantó de la silla que se encontraba en la sala de espera. Caminamos un rato, hasta llegar al otro departamento del hospital, ya que habían pasado dos días desde que le dijeron que le quitarían el vendaje.

—Bien, al fin me quitaré esta tortura de mi estructurado brazo —reí ante lo dicho por el chico.

—Bien, ¿te espero acá o en la cafetería? —lo miré, este besó mi frente. Parecía mi papá.

—Quedate aquí, es mejor, no puedes andar sola —me advirtió y segundos después antes que le dijese algo una enfermera delgada, cabello negro hasta los hombro lo llamó y entró a la habitación. Suspiré y me senté en el frío banco que se encontraba a un lado.

Mi celular vibró y lo saqué de mi chaqueta de cuero y lo desbloquee.

Está atenta a todo, no te descuides.

Connor no tenía ni par de minutos que había desaparecido en esa habitación y ya me envió un texto.

Está bien, estoy atenta a todo.

Respondí y miré el techo, hacía frío a pesar de que estaba abrigada.

—¿Con que tienes frío, eh? —una voz masculina ya conocida capto mi atención.

—Hey, hola, y sí, hace mucho frío —dije sonriendo un poco y entrelacé mis dedos.

—¿Todo bien? —Kevin cuestionó.

—Claro Ken —sonreí y se sentó a mi lado.

—Ya quisieras tú que fuera tu Ken —dijo moviendo sus cejas de arriba abajo mientras sonreía de una forma coqueta, reí.

—Tú... Sí... Qué... Estás... Loco —dije pausando cada palabra que decía, ambos reímos a carcajadas, hasta que una enfermera nos vio y nos hicimos los serios  y segundos después, al notar que ya no se encontraba dicha mujer reímos de nuevo.

—¿Me perdí de algo? —Connor salió de la habitación moviendo su brazo izquierdo de un lado a otro.

—Nada, sólo hablábamos —dije y me levanté.

—Cierto, bueno April hablamos luego, mamá me espera en la cafetería —dijo y se despidió para luego alejarse por el pasillo, miré a Connor quien aun movía sus brazos.

—¿Que pasa? —cuestioné.

—Joder, hace semanas que no movía mi brazo, está un poco acalambrado —dijo y se encogió de hombros—. Hora de irnos —me indicó y lo seguí.

☀☀☀

Nos encontrábamos camino a no sé donde, ya que James nos llevaba, porque para Connor era mejor esperar unas horas para poder conducir. El camino me resultó conocido.

—Llegamos —anunció Connor. No moví ni un dedo, ya que últimamente lo mío era quedarme sentada sin hacer nada— April, abajo —fruncí el ceño confusa y me bajé del auto.

—¿Adónde vamos? —pregunté, mientras lo seguía, pero solo se mantuvo en silencio.

Entramos a un edificio mas o menos alto, un hombre alto, calvo y de piel oscura se encontraba en la gran puerta de vidrio.

"Intercambiando diferencias"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora