Capítulo 19. "Dudas y aclaraciones"

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Habían pasado ya un par de horas desde que vi a April, estaba angustiado, preocupado, se que suena tonto y cursi, pero ella me importaba.

Una mujer con un traje blanco, de unos 40 años pelirroja entró a la habitación, seguí sumergido en mis pensamientos hasta que de pronto solo se me ocurrió.

—Disculpa —dije incorporándome en la camilla. Pero esta ni siquiera volteó a observarme—¿Usted sabe algo sobre la paciente Tyler? —cuestioné de pronto.

Pero esta seguía sin siquiera voltear a mirarme.

—¿Tiene hijos? —proseguí. La pelirroja con ojos grandes color avellana me miró.

—Dos —dijo tan seria y volvió a lo suyo.

—Que bueno, ahora pongase en mi lugar, y que usted quisiera saber de su hija que está al otro lado del hospital y no te quieren dar noticias de ella, solo necesito que me diga como está April —la mire, se veía tan metida en su trabajo, que pensé por un momento que no me respondería.

—Mire joven, yo no estoy autorizada para dar esa clase de información —sólo dijo eso y se dio media vuelta para marcharse.

—Por favor —aproveché de mis encantos y miré a la enfermera.

—Mire, ella está muy delicada, sigue en observación por los golpes y la caída que tuvo, despertó según hace unas horas, pero aún no se sabe con perfección que pueda tener la señorita Adrianne —dijo lo más rápido, lo raro fue, que noté que se había equivocado de persona, fui a decirle que de quién necesitaba saber era de April, pero la puerta se abrió dejando a mi madre pasar a la habitación.

—Cariño, ¿cómo te sientes? —preguntó mi madre mientras se sentaba en uno de los sofás que se encontraban a un par de metros de la camilla y sacaba una revista. La enfermera me vio y de inmediato salió sin decir nada mas.

—Estoy mejor —dije completamente serio, mamá me miró.

—Alguien anda de mal humor por aquí.

—¿Que sabes de April? —mi madre abrió los ojos y luego se encogió de hombros y siguió viendo la revista— ¡Mamá! —grité eufórico y esta solo me miró.

—Sólo se que está en observación —dijo tan seria como yo hace un momento, suspiré frustrado y me acosté.

Miré por la ventana de cristal que se encontraba en la fría habitación,  veía que ya el sol se estaba ocultando, y entonces recordé aquel día en la cabaña de mi padre.

Pensé en el simple hecho, de qué no sabía que sucedía. ¿No le han pasado?, que se sienten totalmente confundidos y perdidos en limbo, pues a mi sí.

Mañana tendría que volver a casa, y aprovechar la ultima semana de clases, James estuvo ayer por la tarde pero luego se fue. Los hospitales se me hacían bastantes aburridos para mi gusto.

Cuando era pequeño caí de mi patineta, y terminé en uno de estos, recuerdo que desde entonces no tenía amigos y nadie venía a visitarme.

—¿Quieres pastel de chocolate? —escuché a mamá y miré de reojo como se levantaba.

—No, gracias —dije y cerré los ojos para dormir.

—April está muy delicada Connor, y Anna no quiere preocuparte con todo estás cosas —dijo mientras caminaba hacia la puerta—. Trataré de decirle al padre de April para que te dejen verla mañana por la mañana antes de irnos —me senté y la miré y le sonreí, para que luego tomara la manija.

—Mamá, si quiero pastel de chocolate —dije sonriendo.

—Lo sabía —dijo y luego salió.

Miré el reloj y eran las 7:32pm y me sentía súper cansado. Y sólo quería que ya llegara mañana, para poder saber de April.

☀☀☀

—Recuerda que no puedes hacer fuerza, no puedes correr, no tienes fracturas en las piernas, pero están muy delicadas. Hasta ahora no puedes hacer cualquier actividad física, debes tomarte todos los medicamentos que te recomendé —el doctor siguió con todas las indicaciones hasta que terminó y salió de la habitación.

Me vestí con mis jeans rasgados, mi franela suelta la cual dejaba ver mis biceps, con el logo de "Supras" color negra y mis supras blancas, al principio me costó por mi brazo pero luego pude lidiar con el problema, mamá sabía como gustaba vestirme.

Me levanté y caminé por la habitación hasta que mi madre entró, me miró y me sonrió.

—Anna dijo que ya era hora de que vieras a April —dijo sonriente y no pude evitar sentirme ansioso y... ¿Feliz?

Salí de la habitación donde me encontraba y me dirigí a otra para ver a April, pero no era la misma habitación de ayer, mi madre entró y habló con Anna, la cual se encontraba dentro de esta. Un par de minutos después ambas salieron.

—Ya puedes entrar Connor, April está dormida, ayer por la tarde solo se removió en la camilla, estaba en inestable y sedada debida a los fuertes golpes que recibió. Aun les faltan unos exámenes.  —Anna me informó, y luego se marcharon.

Entré con paso suaves y firmes, la miré, estaba acostada y estaba algo pálida, aun tenía los rasguños y moretones, pero ya no se le veían tanto como recordaba que estaba ayer.

—Mocosa —dije y sonreí, no era un insulto y eso me parecía gracioso— ¿sabes?, ya me iré a casa, y me comeré tus doritos —me acerqué a ella y tomé una de sus manos— si no despiertas y me detienes ya será muy tarde —esta vez solo lo dije en un susurro.

Se veía tan indefensa.

—Extraño a la niña malcriada que me hacía perder los estribos con sus cosas inmaduras —seguí pero luego solo callé, y bajé la mirada. Sus manos estaban frías, y muy blancas, me paré firme de nuevo y me di un poco la vuelta para salir de la habitación, pero un escalofrío recorrió los bellos de mi brazo, la cual no tenía el vendaje. April la había tomado.

—¿April? —dije alegre mientras se removía en la camilla y de pronto sus labios se entre abrieron y un gemido de dolor salió de ellos—. Tranquila —dije en un susurro y me acerqué a ella— despierta dormilona.

—Mmm... —sus ojos aun cerrados empezaron a abrirse y no pude evitar sonreír.

—No sé si está bien que despiertes, pero estoy muy feliz —no podía decir como me sentía, todo era una mezcla de emociones. De pronto sus ojos azules estaban mirando hacia la luz de la lámpara que colgaba en la habitación.

—¿April? —la miré. Pero solo se mantuvo con los ojos abiertos y ninguna palabra salió de su boca, simplemente de un momento a otro, empezó a pestañear varias veces. La puerta se abrió de pronto dejando ver a la señora Anna quien entraba apresurada.

—¿Que sucede? —se acercó y al mirar a su hija mirando a la nada se quedo petrificada—. Cariño —dijo en un susurro mientras que sus ojos se cristalizaban.

—Acaba de abrir los ojos, no ha dicho nada —susurré algo preocupado.

—¿Pero cómo? —cuestionó.

—M-Ma...má... —las palabras salieron tan baja que apenas escuchamos.

—Aquí estoy mi amor, tranquila —Anna se acercó, quise moverme para dejarle más espacio para que se acercara a ella, pero su mano sujetaba la mía.

—Mamá... no... no te veo —esas palabras me confundieron, lágrimas de los ojos de April salieron por el rabillo de estos, la señora Anna me miró aturdida— no veo mamá —sollozos salieron de sus labios, y sin darme cuenta, no sólo estaba en shock, si no que la vista se me nublaba.

"Intercambiando diferencias"Where stories live. Discover now