▪ Capítulo 23 ▪

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Paseamos por toda la ciudad, debía decir que no esperaba eso. Si así era Christopher como compañero, era grandioso. Pasamos por la pista de hielo de la ciudad, al parecer hoy era el día de la selección, tenían que escoger a una chica para que representara a la ciudad en los próximos juegos de invierno, esas competencias siempre se ponen interesantes, pero no quería ver eso, mi idea era engañar a Christopher y llevarlo a las guerras de nieve.

— ¿te parece si entramos? — le pregunté. Se detuvo y sin pensar me bajé de la motocicleta. — ¿si? — me coloqué enfrente de él — ... Siempre he querido entrar... ¿Qué dices? 

— No

— Oh, vamos, te prometo que no será  aburrido

Me miró detenidamente, tenía una cara de " horror"

— No

suspiré.

— está bien iré yo sola — caminé hacia la entrada, me decepcioné al ver que Christopher no movió ni un solo músculo ¿Qué esperaba? ¿Qué me siguiera?

Entré a la pista y caminé al lado contrario, el juego estaba a punto de comenzar.

«al parecer si jugaré sola»

— ¿Cuántas personas? — me preguntó el chico, que al parecer era el supervisor. Abrí la boca para contestar.

— dos — me giré al escuchar la voz de Christopher detrás de mi

— ¿pensé que no querías estar aquí? — pregunté sorprendida.

El chico nos dejó pasar sin problema alguno.

— me estaba aburriendo en la motocicleta — miró a las demás personas — pensé que iban a ver solo niños malcriados.

El supervisor estaba repartiendo las pulseras que distinguían los equipos, rojo y azul. Me acerqué y tomé una pulsera roja, Christopher intentó tomar una, pero le entregué rápidamente la azul.

— no me conviene tenerte en el mismo equipo Gibson — dije, pude ver su sonrisa maliciosa y se colocó la pulsera azul.

— oh, nena, no sabes con quién tratas ¿verdad?

El supervisor ordenó que los equipos debían ocupar los extremos e hizo sonar el silbato. Me escudé detrás de las barras, tomé una bola de nieve y mi plan era atacar a Christopher. Salí de mi escondite lista para lanzar e inmediatamente me tiraron una bola de nieve y escuché la risa de Christopher.

«con que así quiere jugar»

Tomé otra bola de nieve y se la lancé rápidamente mientras intentaba darle a alguien más, se sorprendió al ver como la bola de nieve estallaba contra su cadera. Sonrió de oreja a oreja. Era gracioso ver a Christopher de esta manera, un chico que prefiere alejarse de la gente ¿estaba jugando guerras de nieve? Eso sí que no se veía todos los días. pero aquí estábamos, tirándonos unos a los otros bolas de nieve.

En mis intentos de pegarle con las bolas de nieve no me estaba yendo nada mal, íbamos 8-7 por desgracia el llevaba ocho. Una chica pelirroja con un corte sobre los hombros se colocó a mi lado, me miró sonriente.

— ¿Quién es tu rival? — preguntó

Nos levantamos para arrojar las bolas de nieve al mismo tiempo.

— él — dije y le señalé a Christopher rápidamente. Nos volvimos a cubrir.

— te ayudo si quieres ¿vale?

— vale — Sonreí y empezamos a atacar a Christopher. El supervisor terminó el juego y todos salieron de su escondite.

— gracias... — me detuve al no saber el nombre de la chica

Simplemente Mi Chico MaloWhere stories live. Discover now