Capítulo 9

581 19 2
                                    

"Ni aún permaneciendo sentado junto al fuego de su hogar, puede el hombre escapar a la sentencia de su destino."

Esquilo

ORIANA

─ No les estoy mintiendo─ repetí por décima vez─ solo hablé con ella y le pedí que no se preocupara por mí. Es una mujer muy mayor… y temo por su salud─ dije soltando un suspiro, cansada de repetir lo mismo una y otra vez.

─ ¿Por qué no les dijiste dónde estábamos?─ preguntó Octavio inquisidor. Al parecer no estaba convencido de que lo hubiera hecho porque me estuviera portando bien─ ¿Lo hiciste por nosotros? ─ Me tomó suavemente de la barbilla, levantando mi rostro hasta que nuestros ojos quedaron enfrentados. Su mirada reflejaba una inteligencia basada en la experiencia ganada a través de una vida dura. Sus labios se curvaron en una sonrisa maliciosa que hizo que un cosquilleo recorriera todo mi cuerpo─ No te dimos tiempo… ¿verdad? ─ Sí. Él podía leerme como a un libro abierto. Retiré mi rostro de su agarre y me quedé mirando al suelo avergonzada al ser descubierta ¿Y ahora qué? Me preguntaba sin saber responderme.

Horacio se acercó hasta donde yo estaba, sonriendo con ternura. Desde atrás mío, me envolvió en un confortable abrazo y besó mi cabeza.

─ Tranquila, Oriana no te asustés. Es natural que intentaras escapar o llamar a la policía─ susurró en mi oído mientras apretaba más su abrazo. De pie frente a mí, Octavio nos observaba sin dejar de sonreír con picardía. Se puso en cuclillas, tomó mis manos y acarició el dorso de ellas con sus pulgares. Todos los músculos de mi cuerpo se habían tensado. Octavio no apartaba sos ojos de los míos ¿Qué mierda estaba pasando? El abrazo de Horacio ya no resultaba confortable, sino más bien, se habían convertido en una cárcel. Estaba asustada. Mi corazón latía fuertemente. Octavio sonrió más ampliamente, divertido con mi temor. Acercó su rostro lentamente hasta que su nariz tocó la mía. Cerré los ojos estaba aterrada y nada podía hacer para escapar de esa situación. Sentí los suaves labios de Octavio posarse en los míos; tibios, delicados, gentiles. Me besó como había besado a Horacio la noche anterior. Una calidez exquisita atravesó mi cuerpo, mezclada con el frío del miedo. Fue tan extraño, tan… desconcertante.

Horacio

Octavio besó a Oriana con la misma suavidad que me había besado a mí. La joven, si bien no aceptó el beso tampoco lo rechazó. Poco a poco la íbamos domando. Liberé su cuerpo de mi abrazo y serví, en silencio, el desayuno.

El frío era cada vez más intenso, había amanecido nevando. La nevara era leve de momento, pero pronto sería tan intensa que no podríamos salir de la cabaña. El invierno se estaba adelantando. Debíamos reunir provisiones para pasar la temporada. Afortunadamente habíamos reunido una pequeña fortuna con los asaltos y el dinero no era problema para nosotros.

Luego de desayunar esposamos a la muchacha a la cama y salimos a buscar leña, para poder planear cual sería el paso a seguir. Octavio estaba claramente relajado después de haber aclarado las cosas con Oriana. Caminamos en la nieve un largo trecho antes de encontrar un arbusto seco que nos sirviera de combustible. El frío estaba calando profundo en mí. Saqué una licorera de metal que guardaba en el bolsillo de mi campera y di un largo trago al coñac que contenía para calentar mi cuerpo antes de ofrecerle a mi amigo.

─ Esta vez quiero ir yo a buscar provisiones─ comenté observando sus ojos para ver si mostraba resistencia ante mi sugerencia. Tomó un nuevo trago de la confortante bebida y sacó un cigarrillo.

─ Me parece bien. Necesitamos un vehículo para evitar hacer tantos viajes─ debo admitir que esperaba un poco de lucha de su parte y me sorprendió que accediera tan fácilmente─ Hay un campamento de gitanos en nuestro antiguo barrio donde podés conseguir uno sin tener que enfrentar los problemas que la legalidad podría acarrearnos─ apagó su cigarrillo y tomó el machete para comenzar a cortar las ramas secas que nos brindarían calor hasta que nos abasteciéramos de leña.

Crónicas de EstocolmoWhere stories live. Discover now