▪ Capítulo 18 ▪

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Me separé de él. Esto no estaba bien ¿Como saber si era uno de sus jueguecitos? Era un seductor de primera, sabia como hacer que las chicas terminaran a sus pies y eso seguramente pensaba de mi ahora

— tengo que... irme...

Me alejé un poco de él y de igual manera me crucé de brazos, no por estar enojada o inconforme, si no por el frío que se estaba desatando y me fui en la dirección correcta.

Entré a la casa. Katherine y Mason se estaban besando en el sofá, los dos se separaron y se voltearon a ver. Entré a la habitación, que ni si quiera era mía, era de Christopher. Me tiré a la cama y me enrollé en el edredón para entrar en calor.

La puerta se abrió despacio y escuché la voz de Mason.

— ¿Todo bien?

— sí, gracias.... — dije y me acomodé en la cama más cómodamente.

— está bien, descansa Evy — contestó y con las mismas cerró la puerta.

Cuando besé a Christopher, todo se sintió tan bien, tan excitante. Pero la realidad es que no sabía cómo era él realmente. Lo vi besándose con Gabriella dos veces, se escaparon del instituto y según todo el instituto ella fue a su casa ese mismo día ¿Qué era lo bueno que podía pensar? ¿Qué sólo jugaba conmigo? ¿Qué así trataba a todas las chicas? Y si es así no podía, no soportaría todo eso

Al día siguiente, al abrir los ojos encontré a Katherine y a Brooklyn revoloteando en mi bolso.

— ¿chicas? — pregunté adormilada

— pensé que habías muerto — bromeó Katherine — buen día

— sigue vivita y coleando — añadió Brooklyn

— ¿Qué están haciendo? — pregunté — y por cierto buen día

— hoy habrá una fiesta y tenemos que ir — agregó Katherine mientras sacaba ropa del bolso y la extendía en la cama.

Después de una larga, pero larga discusión con las chicas sobre la fiesta, todos nos sentamos a desayunar y mientras los demás charlaban, ignoré completamente a Christopher, aunque en el fondo quería hacer todo lo contrario.

— ¡al fin hora de la fiesta! — habló Brooklyn con toda la emoción del mundo

— aún pienso que no es buena idea — dije mientras intentaba vestirme — habrá otros chicos y no sabemos cómo es su estilo de fiesta.... Aparte no conocemos a nadie...

— tienes que divertirte ¿Cuándo fue la última vez que fuiste a una fiesta? — me preguntó Katherine interrumpiéndome.

¿La pijamada cuenta como fiesta? La mirada de las chicas estaba sobre mí.

— bueno, lo haré, pero si algo sale mal, me dará guste decir "se los dije" — alce una ceja

— ¿Qué puede pasar? — preguntaron al unísono.

Llegamos a la fiesta, estaba un poco más allá de la casa, pero no nos molestó caminar un poco. Mason nos presentó a su grupo de amigos, contactos y todo tipo de grupo social que se encontraba allí.

— soy Daniel — me habló el chico que servía las bebidas. Era apuesto debía admitir. Tenía uno lindos ojos color miel.

— Evelyn — dije tímida, con una sonrisa.

— Evelyn, que bonito nombre ¿entonces que te sirvo?

— Oh... — negué con la cabeza — no beberé, gracias

rio por lo bajo

— está bien — añadió mientras miraba a un grupo de chicos enfrente de nosotros que chocaban sus vasos entre sí.

Daniel, me volteó ver de nuevo.

— ¿te parece si vamos aún lugar más tranquilo?

Asentí y empezamos a caminar. Nos alejamos un poco de todos los que estaban bailando y tomamos asiento sobre unas mantas que estaban sobre la arena.

— ¿entonces conoces a Mason? —pregunte

Daniel asintió

— es un buen chico, cuando lo conocí tenía ciertos problemas - lo miré con curiosidad - se metía en peleas, andaba a altas horas de la noche en la motocicleta y era un mujeriego de lo peor

¿Enserio? Mason no se veía así, tal vez estaba confundido.

— no querrás decir ¿Christopher?

— no — sonrió — Chris sabe cómo controlarse

¿Mason era mucho peor que Christopher? Eso no tenía sentido.

Daniel volteó a ver a los que estaban bailando. Sin duda no me lo esperaba. Yo que pensaba que el peor de todos era Christopher, pero, aun así, no lo conocía del todo.

— ¿quieres bailar?

— ¿Huh? — Me ruboricé mientras asentía

Me tomó de la mano y me llevó al tumulto de gente que estaba bailando bajo la luna. Daniel empezó a bailar y luego le seguí el ritmo. Volteé hacia un lado y miré a Christopher que estaba bailando con una chica delgada y castaña. Cuando me vio su expresión cambió y al ver a Daniel tensó la mandíbula.

Daniel me acercaba a el conforme la pista se iba llenando poco a poco. Miré a Christopher, estaba acariciando el cuello de la chica con su nariz. Daniel colocó sus dos manos en mi cintura y me pegó aún más a su cuerpo, estaba tan cerca que podía sentir todo su cuerpo, literal y mis mejillas se sonrojaron.

Christopher se acercó a nosotros junto con la chica y Daniel cuando lo vio lo saludó.

— Cambiemos de pareja — dijo Christopher.

— Chris ¿hablas enserio? — le contestó Daniel, pero aun así me soltó y se fue a bailar con la chica misteriosa.

Rápidamente Christopher se colocó frente a mí. Sus ojos buscaban los míos. Bailaba bien, realmente bien. Más gente se integró y hacían que me acercara más a Christopher, cosa que no sabía si era adecuado. Para mí por lo menos.

Sonrió para si mismo.

— ¿por qué estas tan seria?

Me tomó de la cintura y me giró tan rápido que ni me dio tiempo de protestar y dar pelea, ahora estaba de espaldas a él.

— ¿No confías en mí?

— No

— Entonces, conoce quien soy, haré todo lo posible para que me conozcas de pies a cabeza y confíes en mi — me susurró en el oído y mi cuerpo se estremeció al oír su jodida pero atractiva voz.

Dejando una mano sobre mi vientre deslizo la otra por mi hombro hasta llegar a mi mano. Cerré los ojos al sentir su piel contra la mía. Mi corazón latía con fuerza al sentir su respiración contra mi cuello. Me besó Justo en esa zona y mi respiración comenzó a agitarse.

Los dos dejamos de bailar y nos quedamos totalmente quietos. Volvió a pegar sus labios a mi cuello y mi cuerpo reaccionó de la misma manera. Jamás había sentido algo igual y sentirlo ahora era...excitante.

Me giró de nuevo con la misma agilidad y en ese instante abrí los ojos. Encontré el color azul, ese profundo y sorprendente color azul. Noté que su respiración era pesada, llevé mi mano a su pecho del lado de su corazón y pude sentir sus latidos acelerados, él no dejaba de mirarme y yo empezaba a ponerme nerviosa.

Estaba a punto de alejarlo de mí.

— piensa en lo que dije — se alejó y se perdió entre la multitud.

Simplemente Mi Chico MaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora