Aiden © (McQueen Mens I)

♰ Capítulo 1 ♰

La música suena demasiado alta. Llevo ya hora y media bailando entre la multitud y he recibido más empujones que sonrisas en toda mi vida. Me alejo de la pista de baile, yendo hacia la barra con la esperanza de encontrar una buena copa que me anime la mierda de noche que estoy teniendo. Me siento en un taburete e intento llamar la atención del chico que atiende las bebidas. Tras miles de intentos, donde me dejo la voz, por fin capto su atención. Con una sonrisa que seguro utiliza para llevarse a cualquier mujer a la cama, se acerca a mí.

─ ¿Qué te pongo, guapa?

Como era de esperar, ese apodo estaba ahí.

─ Un ron con coca-cola, por favor.

─ Marchando, guapa.

Juro que si vuelve a llamarme así, no me importa ir a la cárcel. Lo mato. Pone el vaso junto con un papel frente a mí. Le miro con una ceja alzada, realmente preguntándome si esta es su táctica para ligar. Y lo más importante es si realmente le funciona. Abro el papel, esperándome que no fuera lo que creía que era, pero todo se fue al garete cuando leí:

"Estoy disponible mañana

por la tarde, ¿tú?"

─ No, guapo. No estoy disponible mañana. Ni mañana, ni pasado, ni lo estaré nunca.

─ Estrecha.

─ Desesperado.

Vuelvo a mirarle, le saco el dedo del medio y me bebo de un trago la copa. Al momento la sustancia quema mi esófago, pero me hago la digna y le sonrío con superioridad. Gilipollas. Busco con la mirada a Ana. Qué tía. Es un caso imposible. Mira que es rubia y con la luz de los focos su cabello resalta más, pero no la puedo encontrar. En todas las fiestas siempre suele desparecer de mi lado, dejarme sola porque se va por ahí con alguien que ha conocido o que ya trae de antes. En realidad es una cabrona, no sé cómo es que soy su amiga.

─ ¿Buscando a alguien, guapa? ─ Una voz a mis espaldas hace que pegue un salto del susto.

Me giro asustada, dispuesta a golpear a quien fuera que me ha hablado, pero me encuentro con el rostro de mi mejor amigo. ¡Qué cabrón! David es un cielo. Un tío enamorado hasta las trancas de él mismo. Y de los hombres, por su puesto. Esta es nuestra última noche a su lado. Mañana se va a Cuba de voluntario con una ONG. ¿He dicho ya que es un cielo? Pues lo es. Me da pena tener que despedirme de él. Pero qué se la va a hacer. La vida es así.

─ Eres tonto. ¡Vaya susto me has dado! Me he quedado sin aliento, por no hablar de que podría haberme quedado en el sitio. ─ Digo a la misma vez que me pongo una mano en el pecho, justo donde el corazón, exagerando más mis palabras.

─ Pero mira que eres exagerada, Jade. Tampoco es para tanto. Perdón. No era mi intención. ¿Has visto a Jake? Llevo buscándolo casi una hora y nada, no doy con él. ─Una sonrisa se asina por sus labios. La misma sonrisa que utiliza cuando quiere conquistara a un tío.