Una Vida Después de la Muerte.

20

-También cuídate.

La sonrisa de Dereck, (por alguna extraña razón) se hizo más amplia. Alzo el rostro y con un movimiento de cabeza indicó a Alicia que se acercara.
Kat avanzó hacia los demás con una sentimiento de abandono en el pecho. Alicia paso por lado suyo, se veía ansiosa.
Se preguntó si ellos tendrían algo escondido y, si así fuera, se alegraba por ello.

Se colocó al lado de Elliot. Esperaba que el se alejara o no le hablara. Para su sorpresa, fue todo lo contrario.

-¿Te encuentras bien?-preguntó con suavidad
-No. Tal vez debería despedirme adecuadamente. Un simple "cuídate" no es suficiente
-No tienes que hacerlo-dijo y Kat alzó el rostro para mirarlo.-Aúnque pese y aveces duela, los Bellatores de Caelo nunca dicen adiós. Siempre debes de compórtate y pensar que su ida tendrá regreso, no importa la situación que sea o qué tan peligrosa. Su regreso siempre debe de ser un hecho para ti.

Kat bajo la mira, viendo hacia el carruaje.

-Suena terrible.
-Lo es-Elliot la miro.- Pero así debe de ser.

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-¿Qué sucede?-dijo Alicia con la cabeza agachada y las manos entrelazadas sobre su regazo.
-No podía irme sin despedirme de ti- se pasó una mano por el cabello.
-Los Bellatores de Caelo no dicen adiós
-Nunca dije adiós-replicó Dereck.

Alicia alzo la mirada, pero sin verlo a los ojos, no se atrevía a mirarlo fijamente. No podía.
Él. Sus ojos cafés resplandecían tan hermosos y su cabello perfectamente buen peinado hicieron que a Alicia se le detuviera el corazón por un segundo.

-¿Qué quiere de mí?-soltó de repente
-Todo

El chico se acercó más a la criada tomándola de las manos. No le quitaba la mirada de encima y eso la hizo ponerse más nerviosa de lo que ya estaba.

-Te amo Alicia. Estoy locamente enamorado de ti.

Alicia abrió los ojos como platos.

-No-murmuro la chica. Su corazón empezó a latir fuertemente, amenazando con salirse de su pecho.- Sabe lo que pasa con los fortnis cuando... Cuando coquetean con humanos.
-No me interesa-le corta.- Siempre estuve enamorado de ti. ¡Dios! Creo que desde pequeño.
-Pero usted, nunca insinuó nada y...
-No creía que te interesará. Por eso calle
-Yo...

Dereck la callo. La beso de pronto haciendo que Alicia ahogara un grito.
Sintió sus labios tan suaves y tiernos contra los suyos. Ella trató de acercarse, quería estrecharlo, besarlo con más urgencia pero él se separó y la miro fijamente, con una enorme sonrisa en su rostro.

Alicia suspiro, sintiendo las mejillas ardiendo.

-¿Por qué? ¿Por qué ahora? Te vas y me dices que me amas.
-Esa noche, antes del ataque...-empezó Dereck nervioso.- Te quería decir ese día pero nos interrumpieron.

Hubo un largo silencio.

-Y tu... ¿Me amas?-dijo de repente Dereck
-También te amo-afirmó la chica y se acercó dándole un beso en la mejilla.

Dereck sonrió por su contacto. Se miraron por un momento y luego él metió la mano en su chaleco, sacando una cajita plateada. Se la tendió a Alicia.

-Esto es para ti.

Con dedos temblorosos tomó la cajita y la abrió. Era un hermoso brazalete de oro con pequeños diamantes incrustados alrededor de ella.

-Es... Hermoso-dijo tapándose la boca con una mano
-Como tú-repuso. Se humedeció los labios y volvió a hablar.- Me tengo que ir.

Alicia abrió la boca para protestar pero Dereck se levantó.

-Regresaré. Regresaré por ti. Y después estaremos juntos...¿si?

Alicia sonrío.

-Si.

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Un momento después Kat se encontraba en su dormitorio. El amanecer aún no llegaba, por lo que dejaba toda la habitación en la penumbra.
Se encontraba tendida en la cama, demasiado cansada como para dormir, incluso demasiado cansada como para quitarse el vestido.
Ese día había sido tanto triste como alegre. Se volvía a separar de un familiar más, aunque fuera temporalmente, era una despedida.

Por primera vez en su vida había tenido su primer beso, había sido con lo que siempre había soñado durante años.
Fue tan hermoso como se lo había imaginado (aunque desesperado)

Kat se dio la vuelta hundiendo el rostro en la almohada. Se había imaginado durante años que su primer beso sería como un cuento de hadas.
Si él sería apuesto, si la amaría, si sería lento y cálido al contacto.
Pero nunca se habría imaginado que sería desesperado, extraño, un tanto doloroso... O que causará calor al contacto.