Seré Fuerte [Vi x Caitlyn]

Reencuentro inesperado.

Capítulo 6

Dave era un policía digno de admirar. Se había ganado la confianza de la Sheriff tras años de trabajos e investigaciones dentro de un mismo equipo junto con Jayce. Era nombrado como la mano derecha de la detective. Muchas veces Caitlyn delegaba a Dave para realizar detenciones o tareas varias, como ahora lo estaba haciendo, la de vigilar a Vi.

Después de que la Sheriff le había ordenado que tuviera un descanso por la tarde y que siguiera con la vigilancia después de que acabase la jornada del día, se dirigió a la comarca cercana a los límites de los barrios bajos de la ciudad. A pesar de que tenía autorización para tener descanso, fue a regular la zona y mantenerla en orden a su manera. Varias veces frecuentaba el lugar y muchos de los transeúntes del lugar lo conocían y le tenían respeto. El hombre corpulento emanaba seguridad y autoridad, no tanto como lo hacía la Sheriff, pero con su mirada podía hacer temblar a cualquier delincuente con ayuda de su metro noventa y sus grandes y desarrollados músculos, aunque como toda persona, tenía debilidades, pero gracias a su seriedad, eran difíciles de encontrar. Luego de verificar que todo estuviera en orden y de completar algunos asuntos personales, era hora de que fuese a la estación para cumplir la misión a la que le habían encomendado.

Cuando llegó a la recepción del recinto policial se encontró con Jayce, lo había visto algo decaído y molesto, no le quiso preguntar la razón de ello, pues no le gustaba entrometerse en la vida del defensor del mañana ya que probablemente su malestar se debía a alguna mujer o a algo superficial. Si bien lo encontraba inteligente y un buen inventor para la ciudad del progreso, pensaba que era arrogante y loco por sumar nombres en su lista de conquistadas en Piltóver, aunque tuviera estos pensamientos, no era motivo suficiente como para llevarse mal con él.

-Buenas noches Jayce, ¿has visto a la Sheriff?

-Qué hay Davesteroides –le contestó con el apodo que utilizaba hace tiempo. –Cait debe estar en el estacionamiento con la delincuente, es mejor que la esperes unos minutos, tiene planes con ella y creo que es importante, por algo debió rechazar mi cita en el mejor restaurant de la ciudad.

-"Si sigues así de altanero no me sorprendería que te rechace" –pensó. –Pero es que ya acabó la jornada, tengo que cumplir con la vigilancia que me encargó.

-Haz tiempo, piensa en algo cabeza de músculo –se burló.

Dave no contestó, estaba serio como siempre.

-Es broma Dave, ¿dónde está tu sentido del humor? –golpeó divertido su hombro. –Bueno, me voy a pasar las penas en algún bar, quizás aparezca alguna chica. Hasta luego Dave –se despidió en camino al estacionamiento en busca de su característica motocicleta.

El tiempo que se llevaba relacionando con el pelinegro era pan de cada día recibir tales bromas. No gastaba su tiempo en responderle, porque algún día, todo caería por su propio peso.

En vez de hacer tiempo para esperar a la detective y proseguir con su trabajo, decidió ir pacientemente detrás de sus talones, así que sigilosamente siguió los pasos de Jayce hasta divisar a lo lejos a las tres personas que se hallaban en el lugar.

Escuchó las odiosas palabras de Jayce hacia Vi, en reacción a esto, empuñó sus manos y cerró sus ojos, no lo hizo por compadecerse de ella, sino que pensó en que no era la única que recibía bromas de malos gustos por parte del pelinegro. Cuando notó que la peli-rosa subía al auto de la detective, no dudó en proseguir con su plan de seguirlas.

El paradero fue donde había estado vigilando a Vi desde la noche anterior, su departamento. En el instante en que llegó, recibió una llamada de un número desconocido, hubiera deseado no contestar, pero sabía que su vida y la de alguien más dependían de ello.