▪ Capítulo 4 ▪

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— Escucha, si me encuentro a la directora le menciono lo buena que eres como guía ¿vale? —dijo quitado de la pena y con leve sarcasmo

¿que? Las cosas conmigo no funcionaban así...

— Oye, yo no... ¿quieres mentirle a la directora? — pregunté indignada

La verdad, ya había mentido, pero eran mentiras piadosas... Y todas tenían que ver con Kate, pero, él no tenía por qué saberlo.

Se detuvo en seco y me miró de pies a cabeza.

— tienes razón... pero realmente me da igual — continúo caminando — adiós

¿y el quien se creía? Me quedé justo ahí, en el mismo lugar, dejando que se marchara; no quería desearle nada malo, pero ojalá y se perdiera.

Suspiré.

Era hora de almorzar, me encontraba haciendo fila, sola, porque no tenía ni la menor idea de donde se encontraba Brooklyn

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Era hora de almorzar, me encontraba haciendo fila, sola, porque no tenía ni la menor idea de donde se encontraba Brooklyn.

Había pasado mi turno así que con la comida en mano busqué un lugar para sentarme. A continuación, Brooklyn gritó mi nombre y alzó la mano para que yo pudiese localizarla. Me paseé entre las mesas y al llegar tomé asiento al lado de Carter.

— Hola

— hola Evy ¿Qué tal literatura? — pregunto Carter con una leve sonrisa.

— no asistió, salió de clase — intervino Brooklyn.

Carter abrió los ojos mientras me miraba como si tuviese a un fantasma enfrente.

— no es cierto, la directora me habló y nada más

No quería mencionarles lo vergonzoso que fue estar con aquel chico. Sabía que se lo tenía que decir, pero eso sería luego, por ahora sólo quería olvidar ese momento.

— la directora — Carter frunció el ceño — ¿hiciste algo indebido? ¿Algo ilegal?

— ¿que? ¡No! — contesté desesperada.

— Evelyn jamás, jamás haría algo "indebido" ¿ya mencioné que jamás? — añadió Brooklyn para luego tomar un poco de leche chocolatada

Carter se rio a carcajadas.

— vale está bien ya entendí, es una chica buena — dijo e introdujo su dedo índice en el flan que tenía en la charola.

— que asco Carter — habló Katherine, quien en unos segundos tomo lugar en la mesa.

— Hola, Katherine, también es un gusto verte — contestó Carter sarcástico.

— ¿a dónde has dejado al dios? — le preguntó Brooklyn con los ojos brillando de la curiosidad

Katherine sonrió avergonzada.

— ni que fuera tan perfecto como un dios — bromeé y me llevé a la boca una tortita del plato de Carter, enseguida me entrecerró los ojos y me pegó al brazo su licuado de bananas, salté un poco al sentir lo frio del licuado en mi piel.

Simplemente Mi Chico MaloWhere stories live. Discover now