▪ Capítulo 1 ▪

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A veces pienso que nunca debí hacer todo lo que hice, pero al tiempo no se le puede dar marcha atrás y la verdad es que me agradaría hacerlo, pero luego recuerdo que las cosas pasan por algo y que aprendes gracias a esas experiencias.

Lo único que he aprendido es que no puedo confiar en un hombre lo suficiente como para entregarle el corazón. Se lo entregaré por completo a quien me haga sentir un millón de cosas a cuando esté a su lado y que me haga sentir bien, segura sin importar las situaciones. Un hombre puede prometerte muchas cosas, pero una chica siempre debe de entender que es el indicado cuando él también entrega su corazón.

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El ruido de la campana resonó en los oídos de todos, avisándonos que ya era hora de entrar a la primera clase del día. Entré antes que mis compañeros que normalmente entraban al mismo tiempo que el profesor, cosa que se me hacia una falta de respeto. Después de que todos tomaran asiento en sus lugares y dejaran de charlar acerca de su fin de semana el profesor Coleman inició la clase.

Biología, mi segunda clase favorita hasta el momento. La verdad es que no entendía como es que era mi segunda clase favorita y sin embargo me aburría, a veces quería salteármela y no entrar, pero eso no estaba bien. Jamás en mi corta vida había hecho algo ilegal o "malo"

Pienso que no soy tan fuerte como para cometer cosas que van en contra del reglamento o contra mis principios, además, mi consciencia no me ayudaría mucho, porque siempre está detrás de mi si cometo algún error y aborrezco las noches de insomnio.

El profesor Coleman empezó a explicar sobre los tipos de células y como estaban conformadas. En respuesta a eso solté un pequeño suspiro. Y aquí íbamos, la parte teórica, no era que no me agradara aquella parte, pero el profesor Coleman en especial solía exagerar. En una ocasión se la pasó leyendo una presentación sobre los tipos de reproducción por dos horas.

Miré a mi alrededor y noté que todos mis compañeros estaban en todo menos en la clase.

Pero hablando de tipos, en el aula también existían esos "tipos", se trataba de pequeñas agrupaciones formadas para fines comunes. Los que estaban sentados al frente eran los que entregaban tareas como si tuvieran un cronómetro pegado en la pared, los de la derecha eran los que "según" ellos eran los geniales de la clase, los de la izquierda eran la buena onda pero que casi no hablaban y los de la parte de atrás eran los que prácticamente estaban aquí porque no tenían de otra y al final de la última fila, al lado de la ventana estaba yo.

No era porque no me agradaba estar en clases sólo sentía que no era necesario estar en aquellos grupos, aunque todos estaban sentados correctamente y ordenados, siempre me alejaba de ellos, prefería un lugar apartado donde realmente iba a estar concentrada.

El timbre anunció que la clase de Biología había terminado. Esperé a que todos se retiraran para salir para ir al aula de matemáticas, mi clase favorita, dato extraño pero cierto. Algunas personas podrían describirla como la materia más horrible de todos los tiempos, pero no lo era para mí.

— ¡Evy!

Me detuve al escuchar la voz de Brooklyn. Al girarme vi que venía corriendo en mi dirección. Las ondas negras de su largo cabello se sacudían de un lado a otro como serpentinas.

— Espera.... no me dejes sola... — dijo mientras intentaba recuperar el aire

Sonreí y me tomó del brazo antes de que pudiera decir algo. Al entrar al aula notamos que sólo estaban ocupadas tres sillas «ventajas de llegar temprano»

Brooklyn tomó asiento adelante justo en medio y enfrente de la pizarra blanca.

— No creo que sea una buena idea — dije acomodándome la mochila en el hombro.

Simplemente Mi Chico MaloWhere stories live. Discover now