Capítulo 14

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Hermione y Draco rato después, fueron de nuevo a San Mungo, pues durante unos instantes se habían olvidado, estaban demasiado felices como para pensar otra cosa. Los dos iban sonrientes por los pasillos mientras iban cogidos de la mano. Varias personas se sorprendieron, a pesar de todo el mundo saber que había una extraña relación entre ellos dos, verlos tan felices y cogidos de la mano era una buena nueva. Rita Skeeter no tardaría mucho en publicarlo en El Profeta y la noticia se extendería tan rápido como los polvos Flú. Pero a ellos les daba igual la opinión de los demás.

Cuando llegaron a la puerta de la pelirroja pudieron ver a varios de los Weasley por fuera, con sonrisas y miradas extrañadas. Pues pensaban que cuando viesen a la pequeña Weasley, esta estaría llorando y lamentándose a todas horas y no se encontrarían con una sonriente pelirroja diciendo que tenía que organizar una boda y tres hijos que crear (Los hombres Weasley pensaron que era demasiada información, pero aún así se alegraron de la felicidad de la chica).

Todos se saludaron entre besos y abrazos, el rubio saludó pero se quedó a un lado. Esperando a que su castaña terminase de saludar a todos los presentes. La castaña se volvió a poner a su lado y tomar su mano cuando terminó, ganándose miradas extrañas de parte de todos pero aún así todos sonreían. Menos Ron Weasley, que miraba a Malfoy con celos. ¿No lo había aceptado a él por Malfoy? ¿Acaso ella prefería estar con él? ¿Qué tenía Malfoy que él no?. Bueno... Malfoy tenía dinero, belleza, cultura, en fin... desbordaba perfección, pero Ron no pensaba nada de eso. Una de las cosas que cambió en Ron cuando la guerra terminó fue su ego, ahora iba por todos lados con una sonrisa y una mirada de superioridad. Parecía que el ego que se fue de Draco vino a Ronald, y la poca humildad que tenía el pelirrojo fue a Malfoy. Ron se creía perfecto, pero claramente no lo era. Ni siquiera un poquito.

La castaña entró sola a la habitación de la chica, pues todas las mujeres estaban dentro y Draco no quería incomodar. Angelina, Fleur, Molly, Luna y Ginny se giraron al oír la puerta y vieron a la deslumbrante castaña entrar. 

-Alguien tiene algo que contar...- Dijo cantarina Ginny.

-¡Calla Ginny!- Dijo ella sonrojándose. 

-¿Veis? Lo que decía, esta oculta algo...- Le dijo la pelirroja a las demás mientras entrecerraba los ojos. Las demás no pudieron evitar reír. 

-De acuerdo... si hay algo que contar.- Dijo ella sentándose en la cama como todas las demás.

-Estás tardando Hermione.- Dijo Angelina mientras Fleur asentía. Molly no decía nada pero también quería saberlo.

-Adivinad quien es la novia de Draco Malfoy...- Dijo ella cantarina con una amplia sonrisa.

-¡Lo sabía! ¡Lo sabía! ¡Al fin!.- Decía la pelirroja chillando. En todo el pasillo se oían los chillidos de Ginny. Cualquiera que pasaba se quedaba mirando la puerta con extrañeza. Draco sonrió, suponiendo a que se refería la pequeña Weasley.

-¡Ginny! no grites.- Intervino por primera vez Molly. 

-Es que es imposible no hacerlo mamá, dime que es algo que no te sorprende.- Le dijo ella como si fuera algo obvio. 

-Lo que me parecía era que se estaban tardando demasiado.- Dijo la señora Weasley con una amplia sonrisa. 

-¿Porqué lo dices?.- Preguntó la castaña con mucha curiosidad.

-Se le notaba demasiado al muchacho, y me di cuenta de ello aquella noche que se quedó contigo en la madriguera. Por eso le dije que no se fuera, porque a su lado parecías calmarte un poco, además el chico tenía cara de no querer irse para quedarse contigo.- Dijo la pelirroja mayor dejando un poco asombrada a la castaña.

My Guardian AngelWhere stories live. Discover now