Capítulo 5

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Hermione se despertó cuando le dio mucha sed. Cuando miró a su lado pudo ver que el rubio aún dormía. Así que con cuidado apartó la mano del rubio que este tenía en su cintura y se levantó con mucho cuidado para no despertarlo. Cuando miró el reloj pudo ver que aún eran las siete de la mañana, seguramente todos aún dormían.

Bajó a la cocina, pero para su sorpresa había una persona que no había podido dormir en toda la noche. Ron.

– Veo que hoy madrugaste, algo raro en ti dormilón. – Dijo ella sonriente mientras que le acariciaba su cabello pelirrojo al pasar por su lado.

– No he podido dormir. – Dijo el sonriendo por el acto de la chica.

– ¿Por qué? – Preguntó ella apoyada en la encimera de la cocina con un vaso en la mano.

– No lo sé, sólo no pude dormir. – Dijo él.

– Oh de acuerdo.

– Veo que tu si dormiste. – Dijo el recordando la escena que había visto la noche anterior.

– Ajá, Draco durmió conmigo, pero no es lo que tu piensas. – Dijo ella riendo.

– Anoche bajó y dijo que estabas profundamente dormida, se iba a marchar, pero mamá le dijo que se quedase a dormir. Él nos contó que vivirás en su mansión. – Dijo receloso el pelirrojo.

– El me lo ofreció Ron, con lo que pasó con mis padres le dije que no sabría lo que iba a hacer ya que la casa que antes era de mis padres está en venta, él me ofreció vivir en su mansión ya que estaba el sólo. Y creo que será lo mejor. – Dijo ella apenada recordando lo del día anterior.

– ¿Lo mejor por qué? – Preguntó curioso.

– Aquí en tu casa ya son muchas personas, están todos ustedes, Harry se queda aquí muchas noches para poder estar con Ginny... Con Draco será diferente. Él vive sólo, nos haríamos compañía mutuamente, aunque sea hasta que consiga una casa en la que vivir. – Dijo suspirando.

– ¿Prefieres estar con la persona que tanto daño te ha hecho que con tus amigos de siempre? – Dijo el levantándose y acercándose a ella con la cara roja de la furia.

– Ron, lo quieras o no Draco ahora es mi amigo, no te estoy pidiendo que tú también seas su amigo, sólo te pido que aceptes mis decisiones sin juzgar, el de verdad ha cambiado, y creo, que lo ha dejado bastante claro. – Draco, que en esos momentos bajaba las escaleras al despertarse porque sintió frío al ella irse, se quedó parado detrás de la pared de las escaleras. Hermione a esas alturas ya había soltado el vaso encima de la mesa y también se acercaba a él.

– ¿Cómo puedes decir que ha cambiado?, has empezado a ser su amiga desde hace sólo dos días. Nadie conoce realmente a una persona en tan poco tiempo. ¿Cómo es posible que tú lo hayas hecho? – Dijo elevando la voz, acercándose a ella.

– No hace falta ser una persona muy inteligente para darse cuenta Ronald, ¿Tú crees que el Draco supuestamente mimado y con aires de superioridad que no soportaba tenerme cerca, es el mismo de ahora?, ¡Pues no Ronald, no lo es! Ese Draco que todos conocíamos en Hogwarts no me hubiese ofrecido ayuda como estos días ha hecho, ese Draco se hubiese reído de mis desgracias ¡Y no lo hizo, me consoló cuando tu no lo hiciste! – Dijo acusatoriamente poniéndole el dedo en el pecho.

– ¡Me hubiese acercado si no hubieses estado tan abrazada a él!

– No hay excusas Ronald, y si no aceptas que Draco sea mi amigo, quizás tu no deberías serlo. - Dijo ella, para después intentar irse.

– ¡Espera Hermione!, no me puedes hacer esto, yo... te amo. – Dijo el haciendo que la castaña frenara en seco, y el rubio que aún estaba escondido detrás de la pared abriese mucho los ojos. Sintiendo algo en su interior que no pudo identificar, era algo parecido a la furia y la impotencia.

– Verás Ron. Estuve desde primer curso atraída por ti, pensaba que era amor, pero hasta después de la guerra me di cuenta de que no lo era, eran sólo los sentimientos de una niña que buscaba desesperadamente el amor, amores como los de los libros que tanto leía y leía. Pero todos con la guerra maduramos, y tu deberías hacerlo Ronald.

– ¿No lo entiendes verdad?, yo te quiero Hermione, llevo enamorado de ti desde el baile de cuarto curso...

– Por favor Ron, no insistas. Encontrarás a una mujer mejor, yo ahora... no se ni como estoy. Fuera de esta casa hay muchas mujeres que te querrán a su lado, y seguramente tu encuentras a tu verdadero amor ahí afuera. Se feliz con otra persona. - Dijo ella y después le dio un abrazo. – Ahora volveré a la cama y más tarde nos vemos. - Dijo para separarse de él e ir a donde estaban las escaleras. Cuando Draco escuchó eso salió prácticamente corriendo en dirección a la habitación. Se acostó sin saber por qué tenía esa amplia sonrisa plasmada en su rostro y se hizo el dormido.

La castaña entró en la habitación y vio al rubio "profundamente dormido", silenciosamente cerró la puerta, y se acostó al lado del chico. Le miró y sonrió mientras que con una de sus suaves manos quitaba algunos rebeldes pelos que se situaban en la cara del blondo. Un gesto que a Draco le parecía muy tierno.

Se acostó media abrazada a él, y se dejó dormir por segunda vez. Con él se sentía segura y protegida, pero, sobre todo, comprendida. Ya que, por lo visto, Ronald no sabía mirar más allá de sus narices.

My Guardian AngelWhere stories live. Discover now