Sasaeng [사생]

7.-Definitivamente tienes que irte.

-Min, ¿qué pasa? ¡Abre la puerta!-

Sehun golpea la puerta innumerables veces, con ese tono de voz frustrado de al principio. Con cada toque que le da a la puerta mi corazón comienza a andar más rápido, tanto que ligeramente duele. Justo en este momento ni siquiera puedo accionar, me mantengo en una especie de bloqueo en el que mi cerebro no piensa claramente y mis manos no pueden moverse. Estoy totalmente congelada, pero algo sé: no puedo abrir así, tengo que arreglar esto antes. ¡Pero cómo arándanos se supone que voy a hacerlo! ¡No es como si pudiera restaurar los vidrios rotos con mi mente! Y si por alguna razón tuviera la capacidad, no creo que mi cerebro esté con ganas de ayudarme en este momento.

De hecho, ni yo tengo la capacidad ayudarme en este momento.

Aigoo... ¿qué hago?

-¡Min!-su tono de voz se eleva un poco más mientras da golpes a la puerta incluso más fuerte-¿Qué estás haciendo?

-Yo... ¡un segundo!-agito mis manos en el piso intentando esconder algo en algún lugar, pero termino por desordenarlo todo y arruinarlo más de lo que ya está-¡Espera un minuto!-por más que lo intente de ocultar mi voz suena nerviosa.

-¿Qué fue ese ruido?-exclama. Dios, ahora sí parece enojado-¡Abre la puerta ya! ¡Ahora, Min!

Hay un silencio reflexivo luego de que me ordene abrir la puerta en el que yo me dedico a analizar mis esperanzas de salir inocente de esta situación. El porcentaje es totalmente nulo, no hay ni siquiera una diminuta probabilidad de hacer parecer esto como un simple acto de descuido. ¿Qué se supone que voy a decirle? ¿Cuál rayos sería una buena razón por la cual tiré la repisa y rompí sus cosas costosas?

No sé, en serio. ¡No sé, no sé!

No encuentro algo lógico que decirle más que la verdad, que quería llevarme su camisa a casa para así conservarla para siempre porque obviamente esto es lo único que obtendré de él en toda mi vida.

Justo ahora tengo miedo, mis manos están temblando de verguenza; tengo miedo de que Sehun se enoje conmigo y crea que soy una loca. Aunque, bueno sí, soy una loca... ¡pero no quiero que él lo piense!

Momentos después él vuelve a insistirme, desesperado. Tengo que dar la cara. Sí, justo eso; voy a ser valiente.

Okey, que pase lo que tenga que pasar.

Aún tirada de rodillas en el suelo frente a la puerta lo que hago es estirar mi brazo hasta la manilla con debilidad. Giro lentamente, muuuuuy lentamente. Y ya está. Cuando la puerta finalmente está totalmente abierta ni siquiera me atrevo a mirarlo, sólo veo la silueta de los zapatos que ahora tiene y el borde de sus pantalones, pero su cara no me atrevo a verla. Imagino su rostro ahora, y no debe estar muy feliz conmigo que digamos.

Siento la manera en la que toma una gran cantidad de aire y expulsarla lentamente, como cuando realmente tienes mucha rabia. Como cuando quieres matar a la persona que te ocasiona molestia. Y tal vez debería, hasta yo quiero auto matarme.

Casi leo sus pensamientos estilo "respira, respira... paz mental, paz mental".

-¿Qué... qué pasó?-pregunta con variaciones en su voz como si estuviese al borde de una crisis nerviosa, totalmente sorprendido, y no tarda en colocar un gesto horrorizado. Como si no me sintiera mal ya.

Vamos Min Ah, di algo convincente. Sólo piensa en algo creíble.

Me remuevo sobre mis rodillas en el suelo tratando de hacer parecer como si la repisa me atacó a mí y no yo a ella. Colocando un gesto triste que sea tan tierno que tenga compasión.