Capítulo Final

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- Ni se te ocurra Tara. Baja el arma – la gruesa voz del agente Muller dio una orden a la mujer que sostenía el arma contra la rubia cabellera del hombre enfrente de ella.

En ese momento Marco reaccionó, las palabras "Tara" y "Arma" resonaban en su mente. No le aterraba la palabra "arma", al menos no en ese momento, se quedó pensando en el nombre femenino que aquel hombre había pronunciado, porque no había nadie en la habitación que se llamara de esa manera.

Quiso retroceder pero su cabeza se presionó contra el cañón del arma y supo que algo estaba mal. O quizás siempre lo estuvo.

- No eres nadie para decirme qué debo hacer Muller ¿Acaso eres policía para arrestarme? – dijo con burla. Todos se quedaron en silencio, ella tenía razón. No tenían ninguna autoridad para obligarla a algo – Lo supuse, no son más que unos simples agentes, como yo.

La ironía abundaba en sus palabras. Estaba molesta.

Valentina seguía en shock. Su pesadilla de los últimos meses se había hecho realidad. Marco, con un arma apuntando a su cabeza, su mirada de un color indescifrable penetrando sus ojos y miles de mentiras que de seguro él estaba tratando de unir para comprender así sea la quinta parte de lo que estaba sucediendo.

Reus deseó no haberse despertado esa mañana, aunque la había estado esperando por mucho tiempo. Siempre es buen momento para reencontrarse con Gotze.

Si hubiera sabido que todo esto iba a estar pasándole a él, quizás hubiera desayunado esas tortillas que se veían exquisitas, se hubiera puesto un mejor bóxer, se hubiera esforzado para meter un gol y habría usado su perfume para días especiales. Porque nunca sabes si regresarás sano y salvo a casa.

Ahora estaba aquí, con un arma apuntando a su cabeza. A decir verdad con más armas de las que nunca había visto antes en toda su vida.

Esto me pasa por no haberme amarrado el botín izquierdo primero antes de salir a la cancha.

Pero Valentina tuvo una idea, que no sabía si resultaría, pero era mejor intentarlo antes que no hacer nada.

Jugaría con el punto débil de Tara: el amor.

- Marco, lamento que estés ahora así, prometí cuidarte y ahora sé que no lo hice bien. – pronunció Valentina con la más pura sinceridad y con lágrimas que inundaban sus ojos.

- ¿Quieres decir que no querías matarme? – Marco seguía sin comprender lo que estaba pasando. Si iba a morir al menos quería saber por qué.

- No estúpido – Tara golpeó con el cañón la cabeza de Marco. No lo hizo tan fuerte pero se aseguró que le doliera al menos por unos segundos – Lo que ella quiere decir es que te mintió de la manera más cruel y descarada, jurándote amor mientras por las noches planeaba como asesinarte.

- Es mentira – interrumpió Aller. Tara la miró como quien sabía los más oscuros secretos de la humanidad, la estaba retando a decir la verdad – Al menos no todo. Mentí en la manera de cómo me acerqué a ti y como te empecé a seducir, pero juro que a partir de que apareció Tara pude entender que sentía mucho más que aprecio y admiración por ti. Y cometí el error que ningún agente debe cometer, al menos para tener una misión exitosa. Y tú, Tara, lo sabes mejor que yo.

- No entiendo – Las palabras le resultaban pesadas a Marco, tenía un nudo en su garganta que le impedía tragar y tan siquiera respirara, sentía que todo iba en cámara lenta y que muy pronto terminaría en el piso de la habitación o quizás con una bala en la cabeza.

- Lo que quiere decir tu amiguita es que se enamoró de ti – soltó Jones con desprecio – Lástima que no sea correspondido ¿Cierto Marco?

Él no supo que decir mientras miraba con mayor profundidad a Valentina, quien había bajado su arma y se había concentrado en liberarlo pronto de las garras de Tara.

- Quizás le corresponda, muy al fondo de mí a pesar de todo – Dijo Marco casi susurrando. Valentina se sorprendió y Tara enfurecida rodó sus ojos.

Pero los agentes presenciando el acto sacaron el seguro de sus armas. No podían esperar más para actuar.

Tara, en un acto reflejo, apretó con mayor fuerza a Marco contra su pecho. Él le cubría todo el torso con su anatomía, mientras que ella apuntaba a su sien con el arma.

- Ni se les ocurra, un movimiento y terminaré la misión con éxito para todos nosotros. Y les aseguro que no correrá con la misma suerte que Salvador Cabañas.

Retrocedieron unos pasos, pero Valentina seguía firme en su posición aunque el miedo le carcomiera el alma. Iba a hacer su última jugada.

- Por esto nunca vas a conocer el amor Tara, te dejas cegar por el odio y tu trabajo – Quiso acercarse a ella pero ésta retrocedió más llevando a Marco consigo.

- Si no lo hago yo, al menos tú tampoco. – susurró Tara como presintiendo lo que pasaría luego.

El sonido de un disparo retumbó en la sala. El olor a pólvora se sentía en el ambiente. Un cuerpo caído que en sangre flotaba, entre ceja y ceja reposaba una bala.

"El trueno horrendo que en el fragor revienta

Y sordo retumbando se dilata

Por la inflamada esfera.

Al Dios anuncia que en el cielo impera"

Fin..

-.-.-.-

Hola a todos!!

Antes de que empiecen a insultarme y decirme de lo que voy a morir quiero decir que éste ha sido el final de la historia. Sé que prometí haberlo subido la semana pasada, pero me voy a mudar de ciudad y con todo se me hizo difícil terminarlo.

Prometo para este fin de semana el epílogo con un final feliz para todos :)  (inclusive para mi que odia los finales felices)

Gracias por su apoyo, por comentar y votar en cada capítulo. Se los agradezco un montón.

Saludos de gol

Marie


Viviendo una mentira (Marco Reus)Where stories live. Discover now