Verdades a medias

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El partido estaba en el clímax. Jules sentía como el piso vibraba y las voces de los hinchas se hacían eco a través del largo pasillo que conduce a los camerinos del equipo local.

Se sentía nerviosa, y eso era algo que ella no sentía desde hace mucho tiempo, pero desde esta última operación podía estar acostumbrada a que sus piernas tiemblen o que su estómago se revuelva constantemente.

Pero en este momento su miedo no era que a ella le pudiese ocurrir algo. Ahora estaba tratando de proteger a alguien más. Tenía miedo de que algo le pasara a Marco.

Entró en los camerinos, y observó detenidamente el lugar antes de decidirse a entrar: ropa desordenada en los casilleros, botellas de agua por todos lados, toallas esparcidas por el piso y cierto ambiente condensado. Evidentemente no había peligro alguno, pero no se conformó con su revisión visual.

Empezó detenidamente a sacudir las ropas en busca de dispositivos de localización, revisaba que no hubiera ningún objeto peligroso detrás de las puertas y en las sillas. Puso más atención en el casillero de Marco, a decir verdad era el más ordenado de todos y el que más objetos poseía en su interior.

Sonrió al darse cuenta que la mayoría de esos objetos eran dedicados para su rubia y brillante cabellera, que jamás se encontraba despeinada y con ningún cabello fuera de lugar.

Se distrajo al mirar el retrato de Reus en la parte superior de su casillero. Su hermosa sonrisa se robaba la atención de la foto, aunque no pasaba desapercibida su brillante mirada color esmeralda.

Sin dudas era el hombre más atractivo que había conocido y aunque los rubios no eran de su agrado, éste en especial era su favorito.

Volviendo a la realidad y sin distraerse del objetivo por el cual estaba en la sala comenzó a revisar las pertenencias de Reus.

- ¿Se te perdió algo? – Una rasposa voz la sorprendió. Soltó inmediatamente las prendas que se encontraban en sus manos y volteó para encontrarse con Nuri, apoyado sobre el marco de la puerta y con sus brazos cruzados sobre su pecho. Su mirada penetrante la analizaba de pies a cabeza tanto que lograba intimidarla.

Sus piernas empezaron a temblar y antes de formular una respuesta coherente trató de tomar asiento porque pensaba que en cualquier momento desfallecería.

- Yo... la verdad es que... - no sabía que responder hasta que se le ocurrió la peor de las ideas – me perdí...

Nuri sonrió con ironía mientras se acercaba hasta el lugar donde la castaña descansaba. Trató de lucir serio, pero el temor de ella le hacía querer reírse hasta que sus lágrimas salieran.

- Jules, Jules – negó con la cabeza mientras se agachaba para encontrarse a la misma altura de la castaña – ¿Qué quieres de Marco? Y esta vez necesito la verdad.

- ¿Qué podría querer de Marco? Es mi novio, necesito que esté a mi lado cuando más lo necesite, que me quiera tanto como yo lo hago, compartir sus momentos más importantes juntos, que me cuente sus cosas y confíe en mí...

- ¿Y tú confías en él? – interrumpió Nuri ante un discurso que el turco no creyó en lo absoluto a pesar de la convicción con la que Julianne lo había pronunciado.

- Claro que confío en él

- No lo creo Julianne, claro si ese es tu nombre...- esto último lo dijo en un susurro pero Jules lo alcanzó a escuchar y sintió como una fría corriente recorría su anatomía.

- ¿Qué dijiste? – preguntó con la esperanza de que hubiera escuchado mal sus palabras.

- Que deberías decir la verdad Julianne ¿Cuál es su misión agente Aller?

Valentina agachó su cabeza. Con el solo escuchar su apellido sabía que Sahín sabía más de lo necesario y que probablemente la delataría en frente de Marco.

- Así que ya lo sabes ¿no? – dijo sin alzar aún su mirada.

- Es mi deber como mejor amigo de Marco saber quién es su novia. ¿Quién eres en verdad? – Aunque Nuri ya sabía la respuesta a esa pregunta quería escucharlo de sus propios labios, pero sobre todo descubrir cuál es su misión y por qué estaba involucrado Marco de por medio. 

Esa es la única información que su investigador privado no pudo descubrir. Julianne era una chica difícil de encontrar y había agotado sus recursos antes de darse por vencido a saber más de ella. Luego, gracias a fotografías y a programas informáticos de reconocimiento facial, pudo descubrir el motivo de la ausencia de información. Ella no era Julianne Calligner.

- Mi nombre es Valentina Aller, soy agente de la compañía Overlock. Y no está en mis planes hacerle daño a Marco- "¿Por qué te engañas Valentina? Sabes muy bien que debes hacerle daño. Ese es tu trabajo"

- No has respondido mi pregunta aún. ¿Qué quieres de Marco?

Sintió entonces como los gritos aumentaron y los parlantes del estadio anunciaban el tiempo que se agregaría antes de finalizar el compromiso. Tenían que salir de ahí pronto.

- Nuri, tenemos poco tiempo. Alguien ha mandado a matar a Marco – la mirada de Nuri se horroriza. ¿Quién querría matar a su amigo? – Han contratado a una agencia inglesa especializada en estos casos. Esos agentes han llegado a Dortmund hace poco y están tras las pistas de Marco. Escúchame bien, nadie puede saber de esto o si no más personas correrían peligro.

- Pero... ¿Por qué? – dijo mientras ambos se paraban para salir del camerino antes de la llegada de los jugadores.

- Eso... no lo sé – mintió Aller.

- ¿Y entonces tu misión es protegerlo? – dijo el turco al momento en que salían del túnel y los jugadores lentamente se acercaban a las duchas.

- Más o menos...

Dijo mientras el rubio se acercaba a ellos con esa sonrisa en el rostro y el balón entre sus manos. Ese balón que tantos problemas le había traído sin siquiera enterarse.

Viviendo una mentira (Marco Reus)Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα