PROLOGO

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Valentina dio una vuelta en la silla giratoria que se encontraba en el salón. El lugar era muy elegante y clásico para su gusto pero era el sitio donde su nuevo cliente la había citado.

- Señorita Aller - escuchó a sus espaldas. Terminó de dar la vuelta y encontró a un hombre de unos cincuenta y tantos años a lado de Martin Overlock, su jefe.

- Buenos días - se levantó de su asiento y alisó su falda para tratar de lucir lo más profesional posible.

El hombre estiró su mano a lo que Valentina aceptó gustosa.

Todos tomaron asiento, mientras que su jefe le sonreía aprobatoriamente.

- Valentina es una de nuestras mejores agentes, así que el éxito de esta misión está garantizado - expresó con orgullo Martín lo que provocó que la dama se sonrojara.

Y es que su jefe no exageraba. A pesar de ser una de las agentes más jóvenes de la agencia "Overlock" su entrenamiento fue exigente para ser una de las más eficaces y letales que podría ofrecer la compañía.

Desde pequeña se involucró en ese pequeño mundo, sus padres lo hicieron y ahora era su turno. Y se sentía orgullosa de ello.

- Entonces... - dijo la joven - ¿Qué debo hacer?

Ambos hombres en la sala emitieron una sonrisa cómplice. Martin le entrega una carpeta amarilla.

Valentina abrió la carpeta y lo primero que encontró fue la foto del joven.

- Su nombre es Marco Reus, jugador de fútbol del Borussia Dortmund, 25 años, soltero y sin novia

¿Qué daño podría hacer un jugador de fútbol a este hombre? Pensó la castaña, pero ese no era un tema que a ella le incumbiera. Su trabajo es cumplir sus órdenes.

- Como sabrás soy accionista del Bayern Munich - "Eso no lo sabía" - Y a más de ganar todo lo que tenemos en la mira, en este momento algo nos está incomodando. El Dortmund nos está pisando los talones en la tabla de posiciones y es gracias a este chico. Lo hemos intentado todo: comprar a sus compañeros, ofrecerle propuestas millonarias en otros clubes, créeme todo, pero él no tiene intenciones de dejar su club, es más, renovó por 4 años más. Así que tuvimos que optar por medidas drásticas.

- ¿Con qué medidas drásticas nos estaríamos refiriendo? - La castaña estaba acostumbrada a que sus clientes tuvieran las más locas, extravagantes y peligrosas ideas para sus "incomodidades". Pero por dentro solo deseaba no tener que matarlo o herirlo, era muy joven para sufrir de sus manos, tenían casi la misma edad.

- No te preocupes, no deberás matarlo, todavía... - respondió Martín ante su pregunta. La tranquilidad todavía no llegaba a su cuerpo.

- Debe hacerlo sufrir, señorita Aller, debe hacer que sienta el dolor pero de una forma que quede grabada en su mente y en su corazón: enamóralo - Valentina pareció no haberle escuchado bien porque tenía una cara de confusión- Enamóralo Valentina, ¿Te puedo llamar así, no? - Ella asintió - Hazle sentir que no puede vivir sin ti, que no tiene sentido su existencia si no es a tu lado. Incluso, haz que sienta que no tiene sentido jugar al fútbol si te ha perdido.

Viviendo una mentira (Marco Reus)Where stories live. Discover now