Capitulo 39

21 1 0
                                    

"Yo no me estoy haciendo pasar por nadie" dije firmemente. No se de donde había sacado la fuerza y la estabilidad cuando mis manos sudaban. Esto obviamente tiene que ser jugada de Leonardo. Repite hondo.

"Calmada niña, no tienes por que ponerte a la defensiva." Jugueteo.

No se por que lo hice. No de dónde surgió el clamor de mi ser de acabar con su hipocresía y sarcasmo pero me enoje. Me gire y la aplaste contra la pared. Mi brazo en su cuello. Mi brazo doblado ejerciendo presión. Mi ojos brillaban con rabia.

Soltó el lipstick y parecía que lloraría.

"No por favor no! Alguien ayudeme!" Dijo con sarcasmo. Tomo mi brazo con el suyo y lo bajó sin problemas. Me tomo por sorpresa. Me empujo y sus manos empujaron demasiado fuerte y no me pide mantener de pie. Caí y me golpee en la pared en la parte trasera de mi cabeza. Me sobe.

"No juegues conmigo. No estoy aquí para negociar. Tu te crees la heroína aquí no? Una tonta que va a encontrar a sus papis verdaderos y van a ser felices por siempre." Soltó una risa. Trate de enderezar me pero pronto su tacón estaba sobre mi estómago, bloqueando me. Vestía de mayoría en negro. Una chaqueta negra. Su pelo rizado y negro como el mío. Pero ella lo llevaba arreglado. Claro yo arreglaría el mío si no tuviera que estar alerta 24 horas con temor de un psicópata y una madre enferma, o casi madre. Sus ojos azules centellaban y vestía de una blusa simple color vino. Pantalones negros y tacón-bota negro. Obviamente no es mi estilo.

"Leo me mando para darte un mensaje. El juego comienzo. Así qué la próxima vez que me veas, que será pronto, saludarme como Esmeralda o..Savannah" se encogió de hombros. "No crees que sería divertido cambiar de roles?" Pregunto y río.

"Hasta luego" sonrió y salió del tocador. Trate de levantarme pero un dolor agudo inundo mi cabeza. El golpe había sido fuerte Eventualmente me pare y salí. Llegue con Stephen. Me senté.

"Todo bien?" Pregunto.

Asentí.

Nose cuando me volví tan mentirosa pero ahora salía natural.

Frente a nosotros estaba una pareja. Ella de pelo obscuro y el de pelo güero. Ella reía y comía papas fritas. Se giró y me vio. Sólo yo me daba cuenta que era la misma chica del tocador. Mire a Stephen, el absorto en sus pensamientos. Mirando el lugar. Ella me miro, adivinando mis pensamientos, lo señalo y movió su cabeza en señal de no.

No era una gran señal pero la entendí.

Si le decía algo el pagaría.

Entonces callé y baje la mirada.

Sentí su sonrisa y como salía del restaurante del brazo de ese chico güero.

"Te pasa algo?" Ni siquiera me había dado cuenta de que Stephen me miraba preocupado.

Lo siento.

"No" sonreí. Llego la comida. Comimos. Stephen trataba de hacer platica y yo trataba de seguirla haciendo preguntas obvias, pero claramente lo mantenían entretenido y distraído. Yo podia escuchar todo y nada a la vez. Escuchaba como el pianista en la esquina de la habitación tocaba "The power of love" de Gabrielle Aplin. Sonreía a Stephen. A veces desearía gritar para liberar todo. Pero eso demostraría debilidad en este momento. Y no quiero verme débil. No ahora. Sólo puedo pensar en una frase. Sólo una frase.

El juego comenzó.

Si.

Comenzó.

Identidades MentirosasWhere stories live. Discover now