Capítulo 16- Rostros conocidos

Comenzar desde el principio
                                    

Un rápido pero notable cambio pasó por el rostro de la maga, de molesta pasó a compasiva, pero sólo duró unos segundos hasta que volvió a poner su mirada llena de autoridad, la cual hacía notar que ella era la directora de la base, o por lo menos lo parecía.

-Muy bien, pero aún están castigados, luego sabrán cuál es su penitencia- Danielle suspiró apesadumbrada- por ahora interrogaremos al hada nosotros mismos. Vayan a la biblioteca, luego nos reuniremos con ustedes allí- y sin decir más, tomó a Edmond por el brazo y se lo llevó

-Vaya, castigados de nuevo, qué diversión- bufó Eiden riéndose con desgana

-Tú te lo buscaste, espero que a Edmond no le ocurra nada- dije

-Alice, no somos una secta satánica que tortura a sus esclavos- me regañó Carrie sonriendo

Al pensar en mi madre haciendo pentágonos e invocando demonios hizo que me estremeciera

-Vamos, y esas caras largas? Estamos vivos, eso es lo que realmente importa- animó Mike sonriendo

-Mago te doy un consejo, cállate y no empeores las cosas- dijo Dimitri sin apartar la mirada de su libro, la sonrisa de Mike se borró.

De la nada, comencé a sentir escalofrios, y que el estomago se me revolvía, algo estaba ocurriendo, pero no sabe que era, intenté no hacer caso a mis instintos

-Tienes algún problema con los magos, eh Jerkins? Porque eso es lo que parece- dijo Samuel con sorna, Dimitri no movió ni una ceja

-Solamente tengo problemas con las personas insensatas y que no poseen razonamiento, como esos dos- dijo levantando la barbilla hacia Mike y Jennifer

-¿Qué has dicho?- preguntó ésta última, me percaté de que una maceta estaba comenzando a temblar, Dimitri bajo el libro hasta su regazo y dijo pronunciando las palabras una por una, como si Jennifer fuera una chica con problemas mentales

-Ya lo has escuchado querida, no lo volveré a repetir- y el jarrón salió disparado a la cabeza de Dimitri, ahogue un grito, parado en el último minuto por una esfera de fuego, haciendo que la hermosa maceta se conviertiera en simples cenizas

La rara sensación paró, ya me sentía normal, lo que sea que hubiera ocurrido, había parado.

-Parad, qué les ocurre, formar una pelea es un acto infantil- dijo Eiden

-Quiéranlo o no, debemos de trabajar juntos- dijo a su vez Cameron

-Sólo si él deja de ser tan...- comenzó mi amigo siendo interrumpido por Dimitri

-¿Si dejo de ser tan qué?- preguntó

-Insensato, arrogante, malhumorado, egocéntrico, acaso quieres que siga?- respondió Samuel

-Vete a la...- comenzó Dimitri, pero fui interrumpido por el sonido de la pesada puerta de la biblioteca abriéndose

-¡Hey chicos! Ejem, vengo en mal momento?- preguntó Edmond, se veía mejor, sus arapos sucios habían sido reemplazados por un conjunto nuevo. Se veía como si en vez de ir al interrogatorio, hubiera ido a tomar una ducha. Talvez me quedé mucho tiempo mirándole porque sus dorados ojos se posaron en mí, y sonrió con malicia

-¿Te gusta lo que ves?- señalandose a sí mismo

-Te ves como nuevo- murmuré, rogando que el rubor no se me notara

-Ah eso, sí, para ustedes tan solo fueron unos cinco minutos, para mí unos quince, he logrado hacer que el tiempo vaya más lento- explicó, con que eso era la sensación extraña de antes

-Y cómo te fue con la...- a la biblioteca entraron Robert, Danielle y mi madre, dije en voz baja- interrogación

-Excelente, les conté todo lo que sé, al parecer les sirvió de mucho- se encogió de hombros-, siempre me gusta ayudar, de paso Samuel, obrigada por me ajudar*

-De nada- respondió éste mientras su expresión cambio de irritada a sorprendida- ¿Vocé pode falar Português?*

-Naturalmente, nós fadas viver por muitos anos, temos muito tempo para aprender outros idiomas*- respondió el hada silfide

-Bueno chicos, les tenemos malas noticias- dijo Robert pasándose una mano por los despeinados cabellos

-Los engendros han -como ya saben- estado atacando todas las aldeas de las criaturas místicas. Lo que no sabíamos es que con cada ataque se llevaban a las más poderosas criaturas de cada aldea, por cada una de ellas se llevaban tres criaturas- explicó Madame Ward

-Ahora la cosa se pone buena- comentó Edmond

-Se dice que los engendros tienen un nuevo jefe. Un humano, mejor dicho un mago -siguió Danielle haciendo caso omiso al comentario del hada-. Piensa utilizar un material en especial, una piedra preciosa. Para tomar todas las especialidades de cada ser mágico. Hasta ahora lleva un monto de aproximadamente ochocientos criaturas bajo su poder, y no da señales de parar. Lo malo es que...-

-No sabemos quién es o dónde está- terminó Eiden pensativo

-Exacto- respondió Robert suspirando

-Y tampoco sabemos cuál piedra preciosa es- dijo Edmond riendo

-¿Acaso esto te causa risa? ¿Aún sabiendo que probablemente torturen a tu familia y amigos?- preguntó Bianca con irritación, Edmond obtuvo una mirada muy seria

-Chicos paren- regañó mi madre

Cada vez teníamos más preguntas sin respuestas, y más problemas por resolver. El rollo del mago malvado me daba dolor de cabeza, no me sentía para nada bien.

-Me voy a mi habitación, si me necesitan ya saben dónde estoy- dije, salí de la biblioteca y me dirigí a mi habitación con gran dificultad, todo a mi alrededor giraba y sentía que mis piernas iban a dejar de funcionar en cualquier instante

Al llegar al cuarto, me quite la ropa de entrenamiento y me puse una pijama. Me lancé a la cama pero no podía dormir algo me lo impedía.

Me quedé mirando el techo, y en un abrir y cerrar de ojos el techo era diferente. Todo era diferente. No estaba en mi habitación.

Hacía más frío de lo normal y la humedad me asfixiaba, había una ventana abierta, la ventana que llevaba a un balcón.

Inexplicablemente salí al balcón en vez de cerrar la ventana, y los vi. Miles y miles de antorchas, miles de engendros dirigiéndose a la perdición del mundo. Me aparté de la ventana jadeando y asustada, me sentía impotente en ese lugar, necesitaba salir de ahí. Fui hacia la puerta y giré la perilla. Cerrada.

Talvez si la tumbaba lograra salir. Filtre todo mi poder y energía a la runa de mi mano, iba a lanzar el ataque justo cuando la puerta se abrió de golpe. Un hombre estaba en la puerta, vestía unos vaqueros desgastados, una camisa de cuadros y botas. Se me hacía familiar su rostro, pero no lograba reconocerlo.

-Hola cariño, me alegro de que estés despierta, quiero enseñarte algo- me dijo, y le reconocí, reconocería esa voz en cualquier lado, era él, pensaba que no le volvería a ver

-Padre- suspiré, y volví a mi habitación casi de golpe

Traducciones

*Gracias por la ayuda

*¿Puedes hablar portugués?

*Naturalmente, nosotros las hadas vivimos por muchos años, tenemos mucho tiempo para aprender otros idiomas

Los 6 Elementos ~EDITANDO~ NO LEER HASTA NUEVO AVISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora