Primer discurso en Osadía

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- A Eric lo odiaba todo el mundo, y nadie lo mató. – dice Tori. – Esos osados que tú me describes, están en Erudición. Nosotros no buscamos culpables entre nosotros. Además, la gente muere en las guerras. Dolerá al principio, pero vendrá el tiempo en que podamos vengarlos a todos ellos. – exhala. – Daré las palabras de Marlene, y tú darás el informe de esta reunión, ¿está bien?

- Bien.

Salimos los tres de la oficina y Cuatro deja que Tori se adelante un poco, para tomarme del brazo y verme con su tan conocido ceño fruncido.

- Necesito hablar contigo. – me dice.

- Claro.

- No ahora. Ve a la azotea del Pozo a las 8 de la noche.

- Ahí estaré.

Seguimos a Tori hacia el comedor. Es hora de la comida, así que todos estarán reunidos ahí. Al entrar, se siente nuestra presencia. Tal como el día que Eric entró, todos empiezan a guardar silencio y esta vez, golpean los vasos de refresco contra las mesas. Tori y yo, subimos al segundo piso del comedor. Cuatro se ha ido a sentar con Ariana. Will está en esa misma mesa, luego ubico a Uriah, Zeke, y Lynn. Cuando ha muerto alguien, su ausencia es más notoria que cualquier otra que solo haya ido por más pan o una porción de tarta de chocolate.

Tori extiende sus brazos a los lados y todos guardan silencio. Las miradas están puestas en ella. Trato de no ver a nadie en especial, simplemente salto de una mesa a otra, o al suelo de metal bajo mis botas. Es primera vez que estoy en este lugar, y primera vez que ejerzo como una líder, o así lo siento yo. Ariana estaba en lo cierto, no solo es cuestión de decir "soy líder". Llevo toda una Facción en mis hombros, y como tal, debo ofrecerles bienestar. Y, su bienestar para mí, es dejar que un Divergente se entregue. Que "la" Divergente se entregue. Veo a Will, y sus palabras, mezcladas con las de Eric, me pasan por la mente: "no seas una idiota, prométeme que pase lo que pase, no vas a entregarte".

- Sé que con unas cuantas palabras – comienza Tori. – no traeré a nuestra osada de vuelta, lo que queremos hacer hoy es rendirle honor a la valentía de Marlene. No fue su culpa que esto sucediera. No fue culpa de nadie. No estaba en nuestras manos. Sin embargo, si algo nos han enseñado aquí, es a seguir adelante pese a las dificultades. Marlene, era una osada de corazón, así que le rendiremos honores esta tarde. – Tori toma un vaso que se encuentra a su lado y lo levanta hacia la multitud. – ¡Por Marlene!

- ¡Por Marlene! – gritan todos y golpean sus puños contra las mesas. Esa vibración me llena y me hace ser una de ellos. Tori vuelve a extender sus brazos, y ellos callan.

- Antes de continuar con los honores, Maud, primera líder a cargo, tiene algo para anunciarles.

Es el momento. Debo tener voz potente y segura. Como Max. Como Eric. Como yo la tuve cuando me enfrenté a Jack. Siento calor en las mejillas, trago saliva y doy un paso al frente. Todos me observan. Ubico a Will, y me imagino que solo él está ahí.

- Lo ocurrido la noche anterior, sin duda fue lamentable. – digo, y mi voz toma un tono que no había descubierto. Es fuerte, segura y demanda. Noto la sonrisa de Will, estoy haciéndolo bien. entonces, me fijo en todos los miembros. – Es una gran pérdida para Osadía y no podemos permitir que vuelva a suceder. ¡Ninguno de nosotros morirá por la ambición de Erudición! Y, para el efecto de esto, Tori, Cuatro y mi persona, hemos formulado un plan de seguridad, el cual requerirá de la participación de todos ustedes.

Respiro. Puedo notar algunas miradas de complicidad, otras sonrisas de agrado, y otros afirman con su cabeza. Nadie se burla, nadie tiene sarcasmo en sus ojos.

- Según el mensaje que Jeanine Matthews nos envió por medio de esa simulación, cada dos días ocurrirá esto. entonces, a partir de mañana a las seis de la tarde, se requerirá la ayuda de 14 personas que tengan arriba de 20 años, para ubicarlos en los lugares que representan peligro. Estos serán: el Abismo, los niveles del Pozo, la azotea del Pozo, la azotea del edificio de cristal y la malla. Irán dos osados en cada lugar mencionado. Las rondas serán de 10 horas, luego será el siguiente turno. Habrá una comisión encargada de llevar los tiempos de comida, si es que le ha tocado en turno de la hora de alguna comida. Jeanine, sin duda quiere usar a los jóvenes, pues serán las pérdidas que más sintamos. Quien tenga alguna objeción, que la diga ahora.

Se miran entre todos, pero al ver que nadie habla, comienzan a lanzar sus puños y gritos. Extiendo mis brazos, tal como lo ha hecho Tori, y es magnífico cómo todos vuelven su atención a mí.

- Por último, pero no menos importante, quiero añadir que debemos olvidar la competencia que se ha estado fomentando en la Facción. Somos osados, valientes, pero sobre todo... somos una facción. La unión hace la fuerza y, ¿a caso no es eso lo que nos representa? ¡Necesitamos estar unidos para salir adelante!

- ¡Sí! – oigo que grita alguien.

- ¡Vamos a luchar por retomar los principios y a restablecer Osadía! ¡Cuidaremos de nuestra ciudad, y de nosotros mismos, porque para eso estamos aquí! - concluyo.

De nuevo sus gritos y golpes contra lo primero que encuentran, me vibran en el pecho. He terminado. Me alejo de la barandilla y bajo las escaleras detrás de Tori. Me desubico por un momento y no sé hacia dónde ir; me ha parecido un sueño estar ahí, arriba. No sé cómo pude decir todo eso sin mostrar un poco de nerviosismo. Will me señala la mesa con su brazo y me dirijo hacia ahí.

Antes de llegar, alguien me toma del brazo. Lynn, con una mirada sombría y su particular belleza, que se ha esfumado por sus ojos hinchados y sus labios resecos.

- Yo... – comienza. Tiene sus manos al frente y se pellizca las uñas. Está nerviosa y probablemente está pensando que me odia. – Realmente, extraño a Marlene. La he conocido desde siempre, y... – niega con la cabeza. – El punto es que... no creo que el que yo diga esto, signifique algo por lo de Marlene. – dice, con su habitual encanto rudo. – Pero... el chico que salvaste ayer, era mi hermano menor. Gracias.

No puedo decirle nada. Nunca esperé que ese chico fuera familiar de alguien conocido. Lynn, lo duda un instante, pero luego me abraza. Presiono un poco mis manos en su espalda, siento un nudo en mi garganta, pero respiro hondo.

Ella me deja ir, no me ve a los ojos y luego se da la vuelta para salir del comedor. Me quedo viéndola hasta que su figura se confunde con los demás osados del Pozo. Miro hacia el suelo y me obligo a ir con mis amigos. No puedo aislarme cada vez que sucede algo así. Les dije que debemos estar unidos, no puedo retirarme de este lugar.

Me acerco a la mesa. Uriah tiene el rostro relajado, como si lo acabaran de sacar de la cama. En su mano, tiene una botella de vidrio con un contenido café y la bebe cada pocos segundos. No quise fijarme en su rostro cuando Tori daba el discurso sobre Marlene. Me siento entre Will y Ariana.

- Estuviste bien. – me dice Will, sonriéndome. Me acaricia la espalda, como si me hubiera golpeado en algún entreno, pero me reconforta esa caricia.

- Gracias. – respiro. – ¿Shauna aún está en el hospital?

- Creo que hoy la dejarán salir. – me responde Zeke. – Y, aún en cama no deja de arremeter contra los Divergentes. Peor ha sido cuando se enteró de lo que pasó con Mar.

- Puedo imaginar lo que ha dicho. – le digo. – No te preocupes.

- Y no te imaginas, cuando se ha enterado que soy divergente. – dice Uriah. – En fin... – suspira. – Creo que nadie debe entregarse, de cualquier manera.

- ¿Eso crees? – pregunto.

- ¡Claro! – me responde, frunciendo el ceño. – Creo que debemos atacar de vuelta. Me gusta la decisión que han tomado para evitar las muertes. Pero, también debemos tener un plan.

Me sorprende que sea él quien diga eso. Volteo hacia Will, quien me dirige su mirada también, e interpreto un "te lo dije". Me parece que si queremos ser coherentes, es un suicidio ir para atacar Erudición. En el momento que Jeanine nos vea, activará la simulación todos actuarán como lo hicieron en Abnegación. Y seríamos cuatro divergentes contra un ejército osado.


Una historia InsurgenteWhere stories live. Discover now