"Cobarde"

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El reloj del comedor marca las ocho de la noche, estamos Ariana, Cuatro, Will y yo sentados en una mesa, cenando. La comida me es insípida, como papel y tengo ganas de comer tarta de chocolate de Osadía, con las tostadas mañaneras y quizás corra a tomar algo de mantequilla de maní, a la nevera de mis padres. Por ahora, debo conformarme con el helado de cereza, hecho aquí.

- Ese es el segundo tazón de helado que comes. – dice Ariana, con sus ojos muy abiertos. Cuatro la mira a ella y esboza una sonrisa.

- Ah, bueno... debes entenderme, tenía tiempo de no probar este helado.

- Claro. – dice, no muy convencida. Will se ríe en silencio.

Un grupo de osados vienen hacia nuestra mesa, se miran un poco mayores que Tobias, supongo que vienen a preguntarnos en qué ha parado el asunto Jack-Jeanine. Entre ellos, viene una chica que tiene el cabello de cinco colores distintos, y tiene perforaciones en las cejas.

Ella se acerca a Tobias, únicamente y le dice al oído "cobarde", pronto sus amigos le empiezan a hacer segunda y le hacen un coro en ambos oídos y continúan su camino hacia otra mesa. Estoy por levantarme y Will me toma del brazo. Ariana voltea a verlos de manera insultante, mientras que Tobias arroja su cuchillo de untar en el plato y pone de golpe la rodaja de pan, en la mesa.

- Idiotas. – digo. – Esto es culpa de Jack.

Tobias no responde, pero tiene la mirada fija en su plato. Mueve su mandíbula, tragando el bocado y respirando fuerte. Ariana lo mira un poco asustada y tensa. De repente, él levanta la vista y se centra en algo que está a mis espaldas.

- Esto tiene que parar. – dice, con su voz ronca y se pone de pie. Se dirige hacia la dirección donde miraba. Ariana está boquiabierta.

Va caminando cada vez más rápido, deslizándose entre las mesas y los veraces que cenan. Ariana se pone de pie y lo sigue. Will y yo nos volteamos a ver y vamos tras ellos, rápidamente. Murmuramos disculpas y luego nos detenemos metros atrás de donde va Cuatro.

No entiendo lo que hará, hasta que toma a un hombre del cuello de la camisa y lo levanta de un tirón. Marcus. Tiene sus ojos desorbitados y su boca abierta, sin poder decir algo, pues lo sorprende un puño de Cuatro y la tensión se centra en este lugar. Yo ahogo un grito y me tapo la boca. Will me toma de los hombros y siento sus dedos que presionan contra mi piel.

Nadie se acerca a detener la pelea, ni siquiera los veraces con los que estaba cenando Marcus. Tobias empuja a su padre hacia el centro del salón, donde hay un espacio para revelar el símbolo de Verdad. Marcus tropieza con sus pies y se tapa el rostro, Tobias lo empuja aún más para que caiga al suelo y pone el talón en la garganta de su padre.

Por más que Marcus golpea la pierna de Tobias para que lo deje escapar, éste no lo suelta. Tobias se desabrocha la hebilla de su cinturón y lo desliza por la pretina de sus pantalones. Marcus tiene el labio reventado y parece exhausto. De pronto, Tobias levanta su pie y señala el cinturón.

- Esto, es por tu propio bien. – dice.

Solo escucho el tirón del cinturón contra el aire y pronto el contacto con la piel de Marcus, he tapado mis ojos, horrorizada y me volteo para el pecho de Will. Solo escucho los golpes del cinturón y los quejidos de Marcus. Los demás osados se ríen, pero yo no puedo hacerlo, ni Will, creo que mucho menos Ariana.

- ¡Detente! – grita ella. – ¡Tobias! ¡Detente ahora mismo!

Me volteo para ver lo que sucede. Ariana toma el hombro de Cuatro y él ha dejado de golpear a su padre. Éste, tiembla en el suelo y tiene una mano protegiendo su rostro. Tobias tiene el rostro sin expresión alguna, y lo único que me hace saber que no está bajo una simulación, como la vez en la sala de Control, es que suelta el cinturón y mira a Ariana. Luego, él saca de su bolsillo una cadena de plata con un anillo colgando de ella.

Una historia InsurgenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora