Capítulo 35

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La violación es un acto de rudeza y dureza... existen diversas clases de violación. Una de más graves es la sexual.
En ella, se fuerza a la víctima para ser penetrada, el agresor siente placer cuando la víctima lucha y grita. El trauma que al que todo ser humano teme.

Desgraciadamente, a diario suceden tales violencias, la mayoría de los casos quedando inconclusas... las víctimas no delatan a sus agresores, el agresor huye, el agresor amenaza a la víctima para no decir nada, la justicia se ve doblada cuando el agresor soborna.

La primera cuando las victimas deciden no evidenciar a sus agresores, son por tres razones: miedo, vergüenza o amor.
Así es... amor, por que en muchas familias ocurren casos así, y la pareja soporta todo aquello por el simple hecho de amar al culpable.

Eso le sucedió a Laura... el amor y el miedo, factores principales del porque ella soportó a Yammal tantos años. De por qué se humilló ante él. André le abrió los ojos, sin embargo se pregunta qué hubiera pasado si André no hubiera vuelto a su vida. ¿Seguiría todo igual?

No obstante, esa pregunta no es la que más le afecta... si no otra...

Ella jamás quiso tener hijos, si... en algún momento lo pensó, como a todos nos pasa. Pero ella se había resignado a una vida feliz, que borró todo anhelo, desde el matrimonio hasta los hijos... decidida a aceptar al Lobo como su única familia.

La última vez, que Yammal abuso de ella sexualmente fue hace 5 semanas... el tiempo que estaba embarazada... aquella vez que la golpeó hasta cansarse.

Deseó, quiso, intentó manipular la fecha... pero André no la tocó hasta después, cuando ella se recuperó. Por tanto el bebé que dejó de existir es de ese hombre que está a su lado.

¿Qué estará pensando?, esa la es pregunta que más le importa en esos momentos.

Laura: - aun con lágrimas en los ojos – solo quería que lo supieras

Murmura. Lo ve por última vez.

Laura: me tengo que ir

No se atrevió a acercarse más de la cuenta, y no se atrevió a decirle algo más. Volvió a sentarse en la silla, y se alejó.

Yammal quiso gritarle que volviera, pero no lo consiguió. Así que cerró los ojos con fuerza, y se permitió soltar una lágrima.

No sabe por qué, pero dentro de él se activó algo. Él estuvo a punto de matar a su propio hijo. Su vida se volvió insignificante... Si ya no puede moverse, ¿para qué seguir con vida?

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Temprano al otro día...

Ana salió de su cuarto, su madre se interpuso entre ella y el comedor.

Ana: buenos días mamá, ¿desayunaste?

Sara no contestó, voltea a todos lados y se agacha con su hija, quien ha salido en silla de ruedas, el doctor le llamó diciéndole que no debe abusar de las muletas.

Sara: - molesta – quiero que me digas en este instante ¿dónde estuvieron tu padre y tú todo el día de ayer?

Ana: - bajando la mirada – no te diré nada

En ese momento Renato sale de su habitación y escucha algo, frunce el ceño y se acerca.

Sara: - áspera - ¿Por qué no?

Ana: - respira hondo – la última vez que te platique tú...

Sara: - levantando la voz – tú no me vas a decir qué hacer, todo es por tu hermano

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