Capítulo 27

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¿Alguna vez puede acabarse el llanto?... sabemos que uno se cansa de tanto llorar, se asfixia por el dolor quemándole los pulmones de tanto sollozar, queda rendida al verse aplastada por todas emociones que la consumen poco a poco. Pero quizá nadie ha llorado tanto que se quede seca por dentro... parecía que Laura lo averiguaría pronto, se dejó caer a una cuadra de su ex departamento y no paró de llorar.

No sabe si pueden arrancarte la mitad del corazón... pero ella se sintió exactamente así... lo peor de todo, es que ella misma se hizo la cirugía, no supo cómo cerrar la herida y quedo ahí, así... abierta y calándole en lo más profundo, luchando por sobrevivir con la mitad de su corazón.

Los rayos del amanecer anunciaron que su tiempo termino. Paso toda la noche en la calle, llorando destrozada por la separación. Sabe que pudo haber llegado antes, sin embargo no desea que Yammal la vea de esa forma, le habría fascinado verla triste y derrotada.

No tiene idea de cómo esta, ni como luce su rostro, tampoco le importa. Acudió al edificio, viendo a los cómplices del Lobo, quienes la esperaban. Deseó que el elevador se tardara más de lo normal pero no fue así... las puertas se abrieron, ella caminó.

Deslumbró a Yammal con un cigarro en la mano, de pie al lado de la mesa de billar, aquella donde alguna vez la forzó a tener relaciones... ante esa imagen ella trago saliva... cuando creyó que eso había quedado atrás, se da cuenta de que estará toda su vida.

Yammal: - abrazándola - Bienvenida a casa

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Su madre le había advertido, su hermana le había dicho, y su corazón lo había engañado... de nuevo creyó en el amor. ¿Qué no había aprendido nada?
Hace muchos años le pasó algo igual, hoy se repite la historia y lo peor es que con la misma persona.

Debería existir una agenda especial para recordatorios negros, aquellas malas experiencias que te dejan sofocado y no puedes combatir. Una agenda que te mande una alarma al ver la proximidad con que estas de esos recuerdos.

Sin embargo, no podía engañarse, ni siquiera con una agenda molestándolo todo el tiempo, él creyó de nuevo en ella, él se la jugó por ella, él se enamoró profundamente de ella. Ahora tiene que sufrir con doble dolor... en el pasado destruido por un abandono que jamás superó, y ahora la sumatoria de otro más tormentoso...

¿Cómo le hacen las demás personas?, ¿habrá alguna allá afuera que lo comprenda?, ¿existirá alguien que haya sufrido un doble abandono por el amor de su vida?... de todos modos, no tiene importancia si existe, ya que no sería lo mismo... el dolor se asemejaría... pero la situación no podría ser igual.

Se había quedado en su departamento, toda la noche en vela, con una única compañía: la destrucción. Su rostro se había quedado tieso de las lágrimas que lo empaparon, sus ojos rojos y llorosos le dolían, sus manos sudan, su cuerpo le arde.

No tiene cabeza para nada, desearía estar en el lugar de otra persona, cualquiera de ellas... seguramente estarán mejor que el en esos momentos.

Toc, toc, toc.... Escucha a lo lejos... él no se mueve siquiera.

Alfonso: Buenos días, ¡hora de despertar enamorados!

Expresa del otro lado de la puerta, André se encogió aún más.

Alfonso: - confundido - ¿André? ¿Laura?

La mención de su nombre hizo a André estremecerse. Se armó de valor, lo poco que le queda; fue a abrir.

Al verlo, Alfonso no lo reconoció, se quedó perplejo ante la imagen que proyecta, un muerto tendría mejor expresión que el en esos momento.

André: - con voz ronca - se fue

DELIRIOWhere stories live. Discover now