Emboscada y traición

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Llegamos al puente, el cual tiene pilares de piedra en cada esquina y está pintado de blanco. Bajamos las escaleras junto a uno de los pilares, y nos desplazamos lo más quedito posible hacia el nivel del riachuelo. El sol comienza a salir, pintando una línea anaranjada en el horizonte.

Uriah y Zeke se encuentran en el edificio a ambos lados del puente para poder tener una mejor vista y cubrirnos desde la distancia. Zeke avisó a algunos osados mayores, tal como nos dijo la noche anterior, y ellos se encuentran en puntos estratégicos dentro del edificio.

Lynn va de primero, la espalda pegada a la piedra mientras avanza poco a poco a lo largo del borde inferior del puente. Luego camina Shauna, y con Will vamos a sus espaldas. Atrás de nosotros, va Ariana y por último Cuatro. Lynn se mantiene en una de las estructuras de metal que sostienen el puente y sube rápidamente, mientras se abre camino hacia la mitad de la estructura.

Todos seguimos la táctica. Nos subimos a las vigas a modo que nadie quede de pie y pueda ser visto por los eruditos. Mi pierna derecha comienza a traicionarme, con el dolor y seguido de un temblor.

Will se encuentra a mi lado, trepando casi como si lo hubiera hecho siempre. De pequeña nunca pensé que en verdad treparía estas vigas. Solo lo imaginaba y me divertía la idea de quedar colgada de las piernas con la cabeza y los brazos libres. A mi madre le hubiera dado un ataque al verme así.

Pronto, la vibración de unos pasos me llega por los brazos y sé que es Jack con su escolta de Osadía. Jack ve hacia abajo, como si supiera que estamos como arañas, trepados en lo que para nosotros queda como techo y para él como suelo. Volteo hacia Will, Ariana y Cuatro y éste afirma con la cabeza. Eso quiere decir que ya son las siete en punto. Y, luego los otros pasos provenientes del lado fuera.

- Hola Jack. – dice una voz masculina, tan conocida para mí, como para los otros. Noto ese asombro en los rostros. Es Max, el otro líder de Osadía.

- Max. – saluda Jack. – ¿Dónde está Jeanine? Pensé que por lo menos, tendría la cortesía de mostrarse por aquí.

- Jeanine y yo nos dividimos nuestras responsabilidades, de acuerdo con nuestras fuerzas. – responde el osado. – lo que significa que yo tomaré todas las decisiones militares. Por eso me tienes hoy, aquí.

- Ya veo. – dice Jack, sin una pizca de asombro. – Bien, cité a Jeanine porque...

- Debería informarte que esto no será una negociación. – le interrumpe. – Para negociar, tendrías que estar al nivel de Erudición, y tú Jack... no lo estás. – oigo cierto afán de humillación en su voz.

- ¿A qué te refieres?

- Quiero decir que tu facción, es la única desechable. Verdad no nos aporta protección, sustento o innovación tecnológica. Por lo tanto, son prescindibles para nosotros. Y, tú no has hecho mucho para ganarte el favor de tus invitados osados. Por lo que estás vulnerable y completamente inútil. Te recomiendo, por lo tanto, que hagas exactamente lo que yo digo.

- ¡Eres una basura! – dice Jack, enardecido. – ¿Cómo te atreves a...?

- Ahora, – le interrumpe Max. – no nos pongamos de mal genio.

Frunzo mi ceño. Algo no concuerda aquí. Me ha enfurecido lo que ha dicho de Verdad, pero... ningún osado que se respete como tal, diría "mal genio". Tampoco reaccionaría con tanta calma ante un insulto. Él está hablando como Eric lo haría. Como un erudito. Tal como Jeanine. Incluso, me parece ver su media sonrisa.

Me recorre un hormigueo por las piernas. Jeanine no confiaría en un osado para hablar en su nombre. No lo hizo con Eric, que parecía ser su mayor lacayo desde Erudición, menos con un nacido en Osadía. La solución a esto, es que Max está portando un auricular con micrófono para saber qué responder ante Jack. La señal de éstos, llega a menos de medio kilómetro.

Una historia InsurgenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora