-Nena, ven. Mira quién vino a visitarme de sorpresa. -habla por fin Connor cuando llega a mi lado, me agarra de la cintura y me pega a él. Solo tienes pantalones de pijama. Trago duro. <<Mierda! Quiero pasar mis brazos por su pecho y músculos. Concéntrate, Alexa >>-me regaño a mí misma. Me ruborizo al sonreírle avergonzada a Victoria y ella me ve picara. -Vamos a la cocina. -dice y me jala con el. Lo miro de reojo pero él tiene la vista en el frente.

Llegamos a la cocina y se recarga en la encimera y me pone al lado de él abrazándome de la cintura.

-Hola, Alexa. -me saluda por fin su mamá con una sonrisa de oreja a oreja.

-Hola, Victoria. -le respondo con una sonrisa tímida.

-Así que, ¿Tú y mi hijo? -me pregunta mirándonos a los dos. Me ruborizo

-Si, mamá. Alexa y yo. No te lo queríamos decir así, pero como nos agarraste de sorpresa. -pongo una mano en su pecho como advertencia y él me pega más a él.

-¿Desde cuándo están juntos? -pregunta curiosa

-Casi dos meses. -le responde Connor

-¿Porque no nos dijeron nada? -pregunta indignada. Decido hablar

-No queríamos decir nada hasta que no supiéramos...

-Lo que sentimos. -me interrumpe Connor. Le aprieto la mano en el pecho y el la de mi cintura.

-Ya veo. -agarra sus cosas y se pone enfrente de mi-. Ya te consideramos de la familia, pero ahora eres familia de verdad. -me separo de Connor y me abraza-. Me alegra que mi hijo por fin tenga una relación seria, pero lo que más me alegra es que este contigo. Se ven súper bien juntos. Son la pareja perfecta. -se voltea hacia Connor-. Elegiste muy bien. No la dejes ir.-lo abraza y le dice algo al oído que no oigo-. Saben que? Ya me lo venía venir. -fruncimos el ceño-. Me refiero a su relación. Siempre se miraban cuando el otro no lo veía y cuando se miraban parecía que estaban hablando con la mirada. Me recordaban a Peter y a mí.-me pongo más colorada-. Bueno, me tengo que ir. Tengo cita con el estilista para estar lista para esta noche. Estoy muy emocionada. Felicidades, Alexa.

-Gracias. -le agradezco

-Mamá, no queremos que nadie se entere aún de esto. Queremos decirlo nosotros. Podrías por favor no decirle a nadie. Ni siquiera a papá, por favor. -le dice Connor a su mamá cuando se pone atrás de mí y me rodea la cintura con sus brazos.

-No te preocupes. Soy una tumba. -se da la vuelta y sale del ático. Siento como vuelvo a respirar. Me separo de Connor, salgo de la cocina y me pongo a buscar mis cosas.

-Nena -lo ignoro-. ¿Qué haces?

-Buscando mis cosas. -le digo sin voltearlo a ver

-¿Para qué las quieres? -me pregunta divertido cuando me agacho a ve debajo del sofá. Lo miro y me levanto

-¿Dónde están mis cosas? -le exijo con las manos en la cadera

-Si las quieres, tienes que hacer algo por mí.

-Vete a la mierda.

Se pone serio. Avanza hacia mi sin quitarme la vista. Queda a un centímetro de mi.

-Deja de decir tantas groserías. -me dice molesto frunciendo el ceño-. Mujer cuando quieres, puedes hacer que un marinero se ruborice.

-Usted perdone, pero desde que lo conocí al parecer salen solas. -le digo indignada-. Connor, de verdad que no estoy para juegos. -miro el reloj y suelto un taco-. Connor llegó súper tarde. -le grito histérica a Connor y subo las escaleras.

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