—¿Por qué no simplemente beso tus labios?

—¡Porque no!

Para mí cuando besabas a alguien no había vuelta atrás. Si tal vez es solo beso, algo tonto y sencillo para muchos, pero para mí un beso podía significar muchas cosas. Muchos sentimientos. Y algo que no podía implicar en esta falsa relación eran los sentimientos. Si lo hacía, sería mi fin y ya tenía suficiente con las cosquillas que corrían con un simple roce.

Él sacudió la cabeza, sonriendo.

—Eres tan rara. —Sin más recuento volvió a inclinarse, pensé que volvería a intentar besar mis labios y yo estaba lista para golpearlo si lo hacía. Sin embargo, besó mi barbilla. Fue rápido, pero eso no impidió que las estúpidas cosquillas corrieran por mi cuerpo como cada vez que me tocaba.

Eros, ya hablamos de esto, con éste no.

Volví a mirar sobre sus hombros y vi a Pagan, Ginger y Liam caminar hacia nosotros. La sonrisa tranquila de Pagan era una señal de que todo salía bien.

—Ahí vienen. Compórtate.

—Siempre me comporto, Kitty.

Un segundo después se colocó a mi lado ahora pasando su brazo sobre mis hombros acercándome a él, mi cabeza apoyada en su pecho. Ahí me di cuenta de que Nathan estaba usando las colonias de mi futuro cuñado y yo solo cruzaba los dedos porque Max no se diera cuenta.

—¡Nathan! —exclamó Pagan—. Pero qué linda sorpresa.

Los labios de Nathan formaron una sonrisa despreocupada. Envidiaba su calma.

—Tenía que hacerlo. Estaba volviéndome loco sin mi chica. —Besó mi frente y otra vez sentí las cosquillas correr. Tomó mi barbilla con su mano derecha—. ¿Tienes idea de lo mucho que te he extrañado, Kitty? Odio como las clases me alejan de ti.

Ginger soltó un suspiro enternecido. Incluso yo me estaba comiendo el cuento del novio desesperado sin su chica. Alguien tosió y un vistazo de Ginger pegándole a Liam lo delató. Y los celos atacan. ¡Funcionaba!

—Oh, chicos no les he presentado a mi novio. Ginger y Liam este es Nathan mi novio. —Señalé a Nathan que extendió su mano para sacudir la de Liam que no paraba de fruncir el ceño y luego Nathan besó el dorso de la mano de Ginger, como todo un caballero. Ginger era todo sonrojo y pestañeos, que ni se atreviera a quitarme también a mi falso novio.

—Un placer conocerlos.

Liam cruzado de brazos inspeccionaba a Nathan con cuidado. Finalmente habló con un tono acusatorio:

—Nunca mencionaste que él era británico.

Incluso yo no tenía presente ese detalle cuando hablé de él. Pero no era mi culpa, en mi mente nunca pasó el hecho de que encontraría a un chico en mi habitación ofreciéndose para mis servicios.

—No pareció un detalle importante —respondí indiferente.

—Ella quiere sacarme de mis raíces —bromeó Nathan a lo que Ginger y Pagan rieron.

—¡No es cierto! —exclamé.

—Oh, ustedes hacen tan linda pareja —dijo Ginger y Nathan aprovechó el momento para acercarme a él aún más y besar mi mejilla—. Me encantaría escuchar más sobre ti Nathan y escuchar la historia de cómo se conocieron.

Toda la información que ya habíamos preparado, estábamos de suerte.

—¿Podríamos salir a comer? —sugerí.

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