21. Niña ingenua.

1.8K 187 13
                                    

Supongo que la vida se resume en momentos increíbles y no tan creíbles. Las semanas que pasé junto a Tina fueron un poco de las dos cosas, sobre todo por que desapareció de mi vida de un día a otro. Dos semanas estuvo conmigo, tan solo dos semanas. Y no fui capaz de protegerla. 

Tina había desaparecido. 

La última vez que la vi fue en la residencia hablando con Belcebú. La última vez que la vi estaba llorando. La última vez que la vi me pelee con ella por ocultarme cosas. ¿Quién me iba a decir que esa sería nuestra última conversación? Si, la última. Porque ya no la siento.
No siento a mi mejor amiga, a la otra parte de mi alma. No siento su luz, su calidez, su lazo que se une al mío.

Tina había desaparecido.
Y yo era culpable de ello.

Pasaban las semanas y Tina seguía sin aparecer. Belcebú no respondía aunque lo llamara a gritos y Ethan estaba pegado a mi culo durante todo el día.

-Te he dicho que estoy bien.-Respondo por cuarta vez en cinco minutos. -Te agradecería que parases de perseguirme. No necesito tu ayuda.

-Estoy preocupado por ti. Eres importante para mi.-Hace una pausa y clava su mirada en el suelo.-Me importas, Pye.

-Eso es lo que no entiendo. -Entrecierro los ojos.-No me conoces de más de un mes y apareciste en mi vida cambiándolo todo por completo. Para mi eres un desconocido.

Ethan me mira sin expresión en la mirada y suspira.

-La pregunta es: ¿Qué quieres de mi?

-No quiero nada.

-No me mientas Ethan.

Sonríe con malicia y pasa un brazo por mis hombros, arrimandome a él.

-No lo hago, Pye. Eres importante.

-¿Para ti y para quien más?

Me alejo con fuerza y él intenta agarrarme de nuevo pero consigo esquivarlo.

-Pye, ven aquí. -Camino a ciegas hacia atrás y siento mis dedos tocar la barandilla que da al puente. Debajo solo hay agua. -Que prefieres, ¿por las buenas o por las malas?

-Sabia que no tenía que confiar en ti. Belcebú ya me advirtió.

-Belcebú es un mentiroso. Te ha dejado sola. Te ha abandonado, y no es la primera vez que lo hace. ¿Me equivoco?

Trago saliva y siento una punzada de dolor en mi pecho, pero lo ignoro y me pego aun más a la barandilla.

-Él no te quiere, nunca podrá amarte y hacerte feliz.

-No lo necesito.

-Yo si puedo, Pye.-Me corta alargando la mano hacia mi.-Podría hacerte mi musa, mi reina. Mi ángel de amor.

-No quiero ser nada tuyo. Yo no soy de nadie.

Ethan se pasa una mano por el pelo y frunce el ceño. La atmósfera comienza a volverse pesada y efímera. Sólo siento miedo e ira.

-Pye estoy cansado de esperar. La paciencia no es lo mio. Por última vez: o vienes conmigo y dejas tu mundo o atente a las consecuencias.

-¿Qué le has echo a Tina?

-¡Ese no es el puñetero punto, Pye! ¡Tina solo era un estorbo en todo esto, como todos los demás angeles que se interponen en mi camino!

-¿Qué quieres decir con...? ¿Tina es un ángel? ¿Y Belcebú?

-Es un demonio desterrado.

Las lágrimas asoman y caen por mis mejillas sin poder evitarlo. Me han estado engañando todo este tiempo. Mi mejor amiga.

Todo se acumula en mi mente y tropiezo con mis propios pies en el último paso inclinado mi cuerpo hacia atrás y cayendo al vacío. Por un instante miro a Ethan y pienso, sólo por un momento, que quizás podría ser feliz a su lado, que podría conformarme. Y entonces reparo en su mirada. En sus ojos llenos de odio y sus manos cerradas en forma de puños.

Antes de que todo se vuelva oscuro consigo ver una mano alargándose hacia mi y sentir un corazón romperse con fuerza.

Y ese corazón,

es el mío.

Belcebú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora