Capítulo 21. "Nuevo niñero"

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—Aquí está —dijo sonriente— me quedaría pero una hermosa nena me espera en el parque —levantó sus cejas y rió de lado, negué lentamente, él se despidió y se fue.

Caminé por el pasillo y me aseguré de que nadie estuviese cerca y entré a la habitación de April, todo estaba en silencio, pensé por un momento que estaba dormida pero me equivoque.

—Mamá, ¿eres tú? —se sentó con cuidado, callé por un rato—. ¿Mamá estás ahí?

—Sí cariño —fingí voz de mujer, pero como supuse no funcionaría.

—Ya vete Connor —dijo en un resoplido.

—Ya me voy, sólo vine a traerte algo —me acerqué a ella quien se mantenía con el ceño fruncido.

—¿Que cosa? —no se movió para nada e intentó mirar lo que traía.

—No esfuerces a la vista —me senté a su lado.

—Ya dime que quieres para que te largues de mi habitación —su voz se escuchó algo triste.

—El día del accidente, estábamos discutiendo por una bolsa de doritos, ¿recuerdas? —asintió— pues aquí te traje una —sonreí y le entregué la bolsa de doritos.

—Ah, hace días que no como de estos. Estaba cansada de la gelatina desabrida del hospital. —dijo esbozando una pequeña sonrisa.

—Si no los quieres, me los llevo —dije e intenté quitarle la bolsa.

—¡No no!, yo me los como no te preocupes —dijo está vez sonriendo.

—Te vez hermosa así —dije casi en un susurro.

—¿Que dijiste?

—Que yo también quiero doritos —mentí.

—Entonces lo compartimos —dijo mas alegre y abrió la bolsa y empezamos a comer de esos ricos triángulos llenos de colorante.

—¿Por que no querías que te viera? —pregunté curioso. April solo suspiro y no escuché respuesta alguna. Se llevó unos doritos a la boca.

—No lo sé, y no quiero hablar de eso —dijo esta vez completamente diferente y recostándose en su cama.

—Está bien, como digas —fui a agarrar doritos cuando esta alejó la bolsa de mí— dame —dije y me estiré para agarrar la bolsa pero lo que ocasionó que quedara un poco encima de April.

De pronto recordé aquel beso, aquella noche del accidente.

—C-Connor —tartamudeó— quitate que pesas joder, sin contar que tu brazo vendado me está aplastando los pulmones —dijo y sonrió.

—Solo quería los doritos —dije y me senté de nuevo.

—Jodete —reí. La había extrañado y mucho.

☀☀☀

El sábado junto con April, pasó volando, era domingo y Anna me pidió que ayudara a su hija a llevarla al comedor para desayunar y para hablar con nosotros, cosa que me pareció un poco rara.

—Buenos días —April quien aun estaba media dormida, dijo mientras se sentaba en la orilla de su cama.

—Buenos días dormilona —dije sonriente y me senté a su lado.

—Dejame, no soy dormilona, solo me gusta dormir mas de 10 o 12 horas —sonrió, no pude evitar reírme.

—Sí claro —dije con ironía.

—¿Que crees que nos dirán mamá y papá? —manifestó.

—No lo sé, pero ya es hora de las gotas —dije en un suspiro y me levanté y le extendí el pequeño frasco con liquido.

Miró hacia arriba y las gotas cayeron, después de un par de minutos le di una mano a April para que la tomara, se pegó a mí y salimos de la habitación.

Bajamos las escaleras con cuidado hasta llegar a la cocina, donde se encontraban mamá, y los padres de la chica.

—Buenos días —dijimos April y yo al unísono, cosa que nos hizo reír.

—Buenos días cariño, ¿cómo te sientes? —preguntó Anna mientras servía el desayuno y con ayuda de mamá los colocaba en la encimera.

—Bien, supongo —se encogió de hombro y la ayude a sentarse. Seguido me senté a su lado.

La señora Anna y mi madre se sentaron unos minutos más tarde y juntos empezamos a desayunar, lo cual lo que yacía en el plato, eran unas suculentas tostadas con queso crema, unas tiras largas de tocineta, y huevos. Después de un silencio Anna decidió hablar.

—April, mañana irás al instituto con Connor, yo hablé con el director, como es la última semana de clases y tienes evaluaciones por hacer, tendrás que hablar con los profesores y le preguntarás cuales son las actividades que te hacen falta y las que necesitas, para que no pierdas tus notas —hizo un pausa y se tomó un sorbo de jugo de mora.

—Chloe nos ha ayudado estos días, tienes unos apuntes y te los dará mañana, tú Connor te encargarás de cuidar a April en el transcurso que estará fuera de clases, pero si tenemos la ayuda de su mejor amiga, solo te pido que la cuides al momento de salir del instituto y la traigas a casa, también la ayudarás con su tarea —finalizó y escuché carcajadas de April, fruncí el ceño y la miré.

—¿En serio mamá?, ¿Chloe?, ¿Connor?, vaya ayudantes —dijo aún riendo— pero está bien —dijo y terminó de comer su desayuno.

—Así que muchacho, a partir de ahora cuidarás a mi hija mientras nosotros no estamos —dijo el padre de April.

—¿Cómo que mientras no están? —preguntó April casi atragantándose con un pedazo de pan.

—Tu madre y yo no quisimos decirte, pero Anna, Emma y yo tenemos asuntos pendiente desde hace un par de semanas y los hemos atrasado mucho y ya no tenemos chance. Por ente confiamos en Connor y en ti. Sabemos que estas en plena recuperación, pero tenemos que ir hija —el hombre tomó su mano.

—Sí cariño, solo serán una o dos semanas —agregó Anna.

—Está bien.

Esta semana será larga y agotadora, lo presiento.

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