"𝐿𝒶 𝑀𝓊𝑒𝓇𝓉𝑒 𝓎 𝐿𝒶 𝐿𝓊𝓃𝒶"[ɴɪᴄᴏ ᴅɪ ᴀɴɢᴇʟᴏ ʏ ᴛᴜ] EDITANDO

8☾

"Brisa"
POV _________.

La tarde transcurrió de manera asfixiante, me quedé con Nico mientras él ayudaba a ver toda la logística de la competencia. Estaba sentada esperando y viendo lo que hacían los demás. Sinceramente, no era algo que me gustara hacer. La profecía daba vueltas por mi cabeza sin parar. Trataba de encontrarle sentido a todo, pero era imposible. También estaba ansiosa por descubrir quien era el quinto mestizo de la profecía. Los chicos del Campamento se limitaban a mirarme y seguían hablando de mí, algo muy incómodo. El agua del lago se veía transparente y el reflejo del atardecer la pintaba de tonos naranjas. Me dieron ganas de meterme al agua y olvidarme del mundo entero. Decidí ir a dar una vuelta cerca del bosque, Nico estaba tan entretenido que ni se daría cuenta. Caminé ignorando todo lo que sucedía a mi alrededor hasta que choqué con alguien, tropecé y antes de caer me sujetó del brazo.

—Lo siento mucho— fue lo único que pude decir. Apreté los ojos e hice una mueca de incomodidad.

—Discúlpame tú a mi, no me fije bien— habló el chico que me había ayudado a no terminar en el piso. Nunca lo había visto— Soy Rhodes.

—Gracias— me solté de su agarré— _______.

Me presenté. El chico era demasiado alto, su cabello era oscuro, sus ojos eran tenuemente rojos y rasgados. Lo que realmente me llamó la atención fue lo hipnotizante y atractivo que era.

—¿Eres la chica que reconocieron el día de ayer?

—Si ayer en el laberinto—no tenía ganas de hablar y que me hicieran preguntas. 

—Te vi pelear justo antes de eso, tus disparos fueron perfectos— dijo emocionado— He tratado de mejorar con el arco pero ya acepté que no es lo mío.

—Oh gracias, si quieres algún día puedo ayudarte—dije amablemente.

—Me encantaría, ojalá podamos entrenar pronto.

—Si, cuando quieras. Estoy en la Cabaña ocho.

—Yo en la Cabaña veintidós, la de Tánatos.

Lo miré con curiosidad, al parecer me topé con otro mestizo, hijo de un dios importante del Inframundo.

—¿Vas a competir en la carrera de canoas?

—No, estaré de espectadora ¿y tú?

—También, no me gustan las actividades en el agua. Podríamos ver la competencia junto a mis amigos.

—Claro...solo tengo un pequeño problema.

—El problema es que estará conmigo toda la noche—escuché la voz fría de Nico detrás de mí.

Rhodes dejó de sonreír.

—Oh veo que ya tienes planes.

—Realmente no, es como mi guardaespaldas —dije un poco irritada.

Nico se acercó a nosotros de manera hostil y nos miró de mala gana.

—No lo soy, solo es un fastidioso encargo de Quirón. Vamos, tengo que regresar al lago.

—Estoy muy aburrida, ¿podrías dejar de vigilarme por un momento?

—Sabes que debo hacerlo, no tengo opción.

—Luego nos vemos—le dije a Rhodes quien me dedicó una mirada amable entendiendo mi situación.