Capítulo 21: Una derrota inevitable

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Yui sonrió. Una sonrisa pícara y juguetona, que no encajaba en absoluto con ella.

─Hacía mucho tiempo que no te veía, Karl. Me alegra ver que te acuerdas de mí ─dijo con voz melosa─. Me gustaría saludarte apropiadamente, sin embargo, desde que el maldito segundo hijo de Beatrix le dio aquella poción a esta niña, no puedo hacer que nada que ella no quiera ─suspiró─. Qué aburrido.

─ ¿Cómo puede ser que...? ─Karl Heinz dio un paso atrás.

─ ¿Qué? ¿Que todavía pueda tomar su cuerpo? ─Cordelia sacudió una mano con un gesto despreocupado─. Bueno, puede que ahora sea "suyo", pero te recuerdo que el corazón de esta niña una vez fue el mío.

─Tú no eres Yui ─susurró Natsuki, pareciendo más asustada de lo que lo había estado nunca.

─Niña lista ─se mofó...la que no era Yui─. Mi nombre, chiquilla, es Cordelia Sakamaki. Y para tu información, tu amiguita Yui tiene mi corazón, por eso ahora tengo mediano control sobre ella. Y... ¡oh! Sí, para esto me necesitaba ─Cordelia bostezó desinteresada, observando de reojo el cuerpo todavía pendido del aire de Ayato, y con una floritura con sus dedos, un pequeño rayo salió de su mano, que dirigió hacia el tobillo del joven liberando la fuerza invisible que lo sujetaba. Ayato se precipitó hacia al suelo violentamente, sin embargo, antes de llegar, Cordelia hizo otro movimiento y ralentizó su caída, consiguiendo que aterrizase suavemente.

─Quién diría que te salvaría de esta forma, hijo mío ─se regodeó Cordelia, guiñándole un ojo al joven, que gruñó con desagrado.

─Haz que Yui vuelva a ser la misma ─le espetó, molesto. Cordelia amplió su sonrisa.

─No, no creo que eso sea posible. Al fin y al cabo, Yui no me ha dejado tomar su cuerpo solo para bajarte de ahí ─canturreó, y se giró hacia Karl Heinz, que todavía la miraba estupefacto como todos los presentes.

Cordelia entrecerró los ojos, y solemnemente, chasqueó sus dedos.

Pasaron unas milésimas de segundos, y de pronto entre sus manos se originó una pequeña llamarada verde brillante.

─Ella también quiere matarte ─a pesar de sus palabras, Cordelia hizo que el rostro de Yui mostrase una encantadora sonrisa.

─Eso es el poder de Raito y Kanato ─susurró Yuuka, anonada. Cordelia la miró con suficiencia.

─Oh, eres tú... ─no se esforzó ni en ocultar su desagrado─. Bueno, niña, yo soy su madre ─le explicó lentamente, como si hablase con un bebé. Yuuka fue a contestarle, irritada, sin embargo, tuvo que enmudecer al verse obligada a elevar la cabeza para responder.

« ¿Elevar la cabeza? » pensó, sin comprender «Si Yui mide lo mismo que yo...»

El grito ahogado de Natsuki la hizo reaccionar. El cuerpo de Yui estaba elevado a varios metros de suelo, flotando como lo había hecho anteriormente Ayato, sin embargo, esta vez por propia decisión de la joven.

Estaba volando.

─ ¿¡QUÉ!? ─chilló Natsuki, descolocada.

─Ya sabes, los poderes de mis hijos, son mis poderes ─Cordelia hizo una pirueta en el aire mientras hacía un guiño a Raito, para después girarse hacia Karl Heinz, encarándose al hombre al fulminarlo con la mirada.

Cada una de sus manos estaba envuelta en fuego, uno verde y otro violeta, y elevada en medio del salón, parecía irradiar una poderosa aura a su alrededor.

─Y bueno Karl, dijiste que estos niños podían vencerte porque estaban por debajo de ti. ¿Y qué tal si te enfrentas a mí? ─exclamó, juntando las manos creando una pequeña bola de fuego increíblemente brillante─. Vamos, intenta vencerme a mí. A la hija del señor de los demonios.

Bloody Nightmares [Diabolik Lovers #2]Where stories live. Discover now