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Luna

Despertamos y desayunamos. Estuvimos de compras durante toda la llamada. No me gustaba que vieran mis cortes así que compré camisetas que me taparan hasta las manos. Comimos el plato favorito de Jade, le brillaron los ojos al saber lo que íbamos a comer. Después de comer volvería a mi casa, estaba preparada para los golpes o eso creía yo. Luego de ayudar a quitar la mesa y recoger me despedí de Jade y su familia y partí hacia mi casa.

Me paré delante de la puerta y respiré hondo antes de entrar. Cogí las llaves que se encontraban en una maceta escondida y abrí. Entré, cerré la puerta y creí que me libraba pero no, ahí estaba mi padre mirando atentamente lo que hacía con los brazos cruzados. Oh no. Le miré asustada.



-Como no has estado tendrás una tarde increíble-sonrió cínico.



Con un hábil movimiento me tiró al suelo y me golpee con la puerta en la espalda, la cual ahora sangraba por el golpe. Sentí un dolor en mi mejilla, la que acababa de ser golpeada. Me dio un puñetazo en la nariz y esta sangraba ahora. No podía moverme, sentía la sangre caer por mi cara y la camiseta mojada. Se veía un gran charco de sangre alrededor de mi cuerpo. Sentí su pie aplastar mi tripa plana, corrió hasta la salida de casa y salió dando un portazo. Ya había acabado el show de esta tarde y lo agradecía. Me levanté como pude, no sentía mi cuerpo y en cualquier momento me desplomaría. Subí las escaleras, llegué a mi cuarto y cerré la puerta con seguro. Cogí mi navaja y la deslicé delicadamente sobre mi brazo. La navaja era mi pincel y mi brazo el lienzo.

Estoy sola

Un corte

Odio mi vida

Dos cortes

Nadie me quiere

Tres cortes

Mi padre me golpea

Cuatro cortes, cinco, seis, siete...

Me limpié las heridas y los cortes y me tumbé en mi cama agotada. Mi portátil vibró y lo cogí al segundo. Una solicitud de llamada de Skype de Jade. Era consciente de que tenía la nariz hinchada, la mejilla morada, los brazos con cortes y moratones. Cogí la llamada y apareció el rostro de Jade en la pantalla. Su sonrisa cambió a una cara de preocupación y tristeza.



-¡Dios mio Luna! ¿Qué te hizo ahora?-preguntó Jade alarmada





-Tuve una gran bienvenida-suspiré agotada. Odio vivir en esta casa.





-¿Quieres que vaya a tu casa? Mejor dicho vente a la mía porque...-la interrumpí





-Ya habéis hecho suficiente por mi Jade-se oyó una puerta y entró Karl por ella. Mierda no puedo dejar que me ve así, bueno ya es demasiado tarde ya me ha visto los golpes y los cortes.





-¿L-Luna q-qué t-te o-ocurrió?-preguntó asustado. Jade habló por mi y le contó toda la historia. Al terminarla Karl reflejaba ira en su cara.





-¡AHORA MISMO VAMOS PARA ALLÁ, ESE BASTARDO ME VA A OÍR!Joder-chilló enfadado





-Karl por favor cálmate, estoy bien-intenté tranquilizarle.


-La próxima vez te vendrás a vivir aquí-advirtió él saliendo de la habitación.  Jade me miró.


-¿Por qué lo hiciste de nuevo? ¿Por qué te cortaste?-sus ojos se cristalizaron al instante. Bajé la cabeza sintiendome fatal.





Ready to run|•Louis Tomlinson•Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon