Capítulo 29

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Capítulo 29:

Tres meses habían pasado. Tres meses desde aquella insoportable cena. Tres meses en los que llevaba sin ver a Álvaro. Tres meses que vivía con las chicas en el piso.

Era un viernes por la mañana, estaba dormida, estaba molida. Llevaba estudiando toda la semana para los exámenes y la verdad es que estaba agotada. La alarma sonó y rápida me levanté y me fui a duchar, me vestí y bajé a preparar el desayuno para las chicas mientras estas se peleaban por el baño. Tostadas y zumo. Coloqué cuatro platos en el lugar donde se sentaban las chicas. Eunice bajó enfadada, como cada mañana. Andrea estaba más feliz que una perdiz ya que había hablado con Carlos la noche anterior y Marta se estaba duchando. Empezamos a desayunar nosotras tres ya que Marta siempre tardaba. Cuando acabamos, recogimos la mesa y fuimos a por las cosas para ir a la Uni. Marta había bajado, ya estaba lista y con sus cosas en la mano esperándonos. Como siempre, íbamos con prisas.

[Narra Marta]

Habíamos entrado ya en la Uni y cada una se separó para ir a las clases. Iba corriendo. Siempre llegaba tarde. Iba metida en mis pensamientos hasta que choqué. Mis libros cayeron en el suelo.

-Ostia santa. ¿Porque no miras por donde vas? ¿A caso eres imbécil o que?-Gruñó-

-Bueno, perdona. Tu también podías mirar por donde vas idiota. Me has tirado todos los libros. ¡Joder! No llego a tiempo a mi clase.

-Lo siento -Dijo el chico y paré la vista en él-

El chico era atractivo, moreno y muy borde. Me ayudó a recoger los libros. Cuando ya los tenía en la mano me largué rápidamente hacia clase ya que si no lo hacía llegaría tarde. Entré y por suerte, el profesor no había llegado. Saludé a las chicas y me senté detrás de Cande. Cande era una chica agradable, demasiado delgada y gritaba demasiado cuando se ponía nerviosa, pero también es una chica muy dulce y comprensiva. Me senté sola, como siempre hago. Prefiero que nadie me distraiga y así poder estar atenta a las clases. Pero eso cambió cuando el profesor entró y presentó al chico nuevo. Justo el chico con el que me había cruzado en el pasillo. Como solo había libre la silla que estaba a mi lado, él se sentó.

-Veo que nos volvemos a ver.

-Si. Por desgracia si -Gruñí-

-Yo.. Siento haberme comportado así en el pasillo. -Suspiró- Llevaba media hora buscando la maldita clase.

-Nadie te ha pedido explicaciones, chaval.

-Bueno, primero de todo este chaval tiene nombre -Burló- Me llamo Hugo. ¿Y tu preciosa? -Coqueteó-

-Mi nombre es que como no te calles te pego una ostia que vas a salir volando de aquí. -Gruñí-

-Vale, vale. Ya lo capto. Solo intentaba ser simpático

-Pues conmigo no lo intentes, porque no va a funcionar ¿Vale? Ahora callate porqué no me estoy enterando de una mierda.

El chico no dijo nada más durante aquellas horas infernales. Solo deseaba que pasasen e irme a casa a dormir un poco. Estaba cansada debido a los exámenes. Cuando por fin sonó el último timbre, recogí todo para irme. Cuando salí por la puerta una mano me agarró y me empotró contra la pared.

-¡Aya! -Me quejé- ¿Que coño estas haciendo?

-¿Porque coño eres tan borde chica? -Preguntó Hugo frunciendo las cejas-

-Pues soy así, si no te gusta, te jodes. Ahora suéltame -Le ordené-

-¿Y si no quiero?

-Pues voy a gritar. -Cogí aire para gritar pero Hugo me tapó la boca y fruncí el ceño-

Pude confiar en ti nada más conocerte - Auryn - ÁlvaroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora