Segundas ocasiones

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- Esto es ahora una locura, pero una vez que apruebes todo empezará a tomar forma, ven por aquí - le avisó Sara halandola del brazo - ah mira John ya tiene la carpeta - Sara llego hasta donde estaba John y este extendió el brazo hacia arriba para molestarla, pero Sara era lo suficientemente alta como para, con un brinco, quitarle la carpeta, le sacó la lengua y John le halo un mechón de pelo.

- ¿Que tal enana? - Celia rodó los ojos.

- La has traído tardísimo, si te quieres casar mañana deberías colaborar un poco - John se encogió en hombros viendo a Celia con picardia - Ya, déjala en paz, en poco la tendrás para ti solo por no se cuanto tiempo, Susy tiene las reservaciones de avión y todo lo de la luna de miel, no entiendo por qué tanto secreto.

- Porque como bien lo has dicho sera solo mía, no quiero llamadas, visitas, o interrupciones - atrajo a Celia por la cintura y le planto un beso apasionado mientras Sara veía hacia otro lado sonriendo.

- Es un odioso pero soy testigo de que esta muerto por ti, pero ya tendremos tiempo de hablar de las virtudes de tu futuro... no, ya es esposo pero... hay no, todo esto es un poco confuso, pero haremos que funcione, tu la que tanto renegaba de los cuentos de hadas estas apunto de vivir el propio.

Celia paso el resto de las dos horas entre escoger, ver, medirse, y hacer todo lo que una novia normal haría en por lo menos unos 2 meses, pero Sara era tan organizada que se lo había puesto sumamente fácil, John cada que podía se acercaba y la besaba, Sara le aseguraba que buscaba la excusa de querer molestarla, pero que podía asegurarle que estaba muy emocionado de que por fin Celia participara, pues hasta ese día el se había encargado de todo, Celia no quiso ni imaginar cómo había sido todo eso de Sara y John trabajando juntos, sonrió al verlo acercarse por su espalda mientras veían los vestidos.

- Sal de aquí - le gritó Sara - no puedes ver el que va a escoger - John había besado a Celia y le había dicho que si adivinaba cual era el que él había sugerido le daría un premio, Sara negó con la cabeza rodándolo los ojos y lo sacó a empujones del salón, para Celia fue la decisión mas difícil pues todos eran maravillosos pero en cuanto vio uno tuvo que sentarse, era perfecto y cuando se lo probo le quedo como un guante, Sara sonrió a su espalda.

- Fue este el que escogió él ¿verdad? - Sara rodó los ojos y bufó.

- Por supuesto que fue ese - luego se acercó a ella y le ayudó a ponerse el velo - no haces mas que complacerlo, pero no le diremos que has escogido este, que lo vea cuando entres a la iglesia, dejemos que este sea el único elemento sorpresa que tendrá para esta boda especial - le guiñó un ojo y Celia supo que si aceptaba estaba contribuyendo a una pequeña venganza de Sara, pero ella tenia razon, seria una sorpresa agradable para John, ademas tenia cierta curiosidad por saber que le daría John a cambio - Bien, si estas tan segura vamos a mandarlo a preparar y sigamos que aun quedan un par de cosas que ver.

Cuando llegó la tarde Celia ya no quería seguir haciendo mas que observar de una lejana silla todo el vertiginoso movimiento de personas de aquí para allá arreglando todo.

- Nos vamos a casa - le anuncio John llegando a su lado.

- Estoy bien - le aseguró Celia a su rostro preocupado.

- Estas cansada y abrumada, mañana será el gran día y debes estar fresca, así que dejemos a Sara terminar lo que queda aquí - Celia recibió la mano que John le ofrecía para ponerse de pie.

- Tiene tanta energía - le comentó señalando a Sara quien atormentaba a Susy por tercera vez sobre la distribución de las mesas.

- Mi hermano tiene un ojo muy bueno para la gente que contrata en su empresa, y aunque sea pesada - le guiñó un ojo para restarle veracidad a ese apelativo - tiene una energía y creatividad infinita, ella al igual que yo sabemos que mereces tu propio cuento de hadas.

- Y los amo a ambos por eso - John enarcó una ceja mientras Celia se despedía de su amiga con un gesto, pues era imposible sacarla de su mundo creativo en esos momentos, esta última solo le sonrió y siguió dando ordenes por doquier - de diferentes maneras, pero puedo decir que forman parte de mi exclusiva lista de personas favoritas en el mundo - John besó su frente.

- No tengo problema con una lista siempre que yo sea el numero uno - Celia rió, pero no tenia suficientes fuerzas para hacerle una broma al respecto así que siguió caminando hasta llegar al carro y recibir la ayuda de John para subirse a el, y ese fue su ultimo recuerdo de conciencia de ese día.

- ¿Señora? - Celia escuchó la voz de la señorita Carrillo y frunció el ceño pues sabía que si ella estaba en su cuarto eso quería decir que John no.

- ¿Dónde está mi esposo? - la señorita Carrillo la ayudó a incorporarse un poco para tener acceso a su deliciosos desayuno.

- El señor Anthony ha venido muy temprano por el - Celia suspiró preguntándose que hora seria - ha dicho que debería estar usted lista para las diez, pero ya están aquí unas personas que según entendí deben vestirla y peinarla - Celia se espabilo un poco, no había olvidado que se casaría ese día por segunda vez con el hombre que finalmente le había demostrado que se podía ser feliz, pero no tenia ni idea de que se suponía debía hacer ese día.

- Muchas gracias... me temo que este día será un día un poco loco, voy a necesitar un favor, ¿podrías prepararme los medicamentos para recordar tomarlos hoy? - la señorita Carrillo sonrió y asintió.

- Felicidades por la boda - Celia sonrió consiente de que la mujer quizás estuviese un poco confundida.

- Podría usted entender a los hombres, una segunda boda, creo que es una excusa para tomarse unas vacaciones - Celia le guiñó un ojo y la señorita Carrillo salió de cuarto riendo.

Le tomo dos horas pasar por todo un ritual de novias, una ducha, ese fue su momento preferido, maquillaje, peinado, vestido, y demás, sintió un poco de nervios cuando vio el resultado en el espejo y Sara se acercó a ella con una radiante sonrisa.

- ¡Estas hermosa! - Celia sonrió de vuelta - ahora apurémonos que hay que ver la reacción del novio.

- Gracias Sara por todo el tiempo que le has dedicado a esto - Sara se encogió en hombros.

- Lo haría mil veces por ti, me encanta ver ese brillo en tus ojos, John es un hombre afortunado.

- Ok, vámos - Celia sabía que ese día significaba un cambio definitivo en su vida, tenía que resolver todo el asunto de su herencia, con John había decidido que solo se quedaría con la casa pero el resto lo legaría a Adrián, el también necesitaba un nuevo comienzo y estaba muy feliz por todos sus progresos, le enviaba mails desde un sitio que no podía registrar su dirección pero sabía que estaba bien.

Todo el trayecto hasta el club de golf fue divertido, Sara había comprado champan para bebes para que ella pudiera participar de unos brindis y habían abierto una botella. Con ella, en una inmensa limosina, se trasladaban la madre de John, Abi, Sara, la madre de Sara y ella y agradeció que ese champan no embriagará pues los nervios hicieron estragos con ella y se bajó una botella ella sola, Sara y Abi hicieron comentarios sobre lo que ellas habían percibido de su relación con John en todas sus tomentosas y amorosas etapas y cada una coincidía en que nunca dudaron de la habilidad de John de conseguir que terminara rindiéndose, ella solo asentía pué sabía que era la pura verdad.

Cuando sintieron que la Limosina se detuvo Celia tomó una respiración profunda, ni siquiera sabía quiénes eran los invitados, no sabía que ni a quiénes que iba a encontrar al salir.

Al ver quien la esperaba al bajar de la limosina sintió que su maquillaje duraría muy poco, pues sabía que inevitablemente lloraría.

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Faltan nada para el final :( les confieso que aun no quiero dejar a John.

Lecciones de AmorOnde histórias criam vida. Descubra agora