CAPITULO 27.

930 29 0
                                    

Conduzco mientras las lágrimas caen por mis mejillas, conduzco rápidamente hasta la casa de Neymar.

Cuando llego, meto el coche de Rafaella dentro del garaje y entro en la casa de Neymar.

La casa está a oscuras, mucho mejor ya que así nadie me verá los ojos hinchados y no tendré que dar explicaciones.

Subo por las escaleras y camino hasta la habitación de Neymar, más bien, voy hacia el vestidor de su habitación, cojo mi maleta que está debajo de la cama y empiezo a meter toda mi ropa rápidamente, y sin darme cuenta empiezo a llorar por culpa del gilipollas de Neymar.

Al terminar de hacer la maleta, salgo de la habitación con la maleta, bajo las escaleras rápidamente y en silencio para no despertar a Rafaella y David que están durmiendo, recojo todas mis pertenencias que hay por el salón (libros principalmente).

Cuando término de recoger, salgo de la casa de Neymar pero no sin antes dejar las llaves de su casa encima del aparador que hay en la entrada.

Aún con lágrimas en los ojos, salgo por la puerta y camino por el jardín oscuro y silencioso.

Llego a la puerta que da la calle y hecho un último vistazo atrás para ver la gran mansión de Neymar Jr.

Agacho la cabeza y salgo a la calle donde lo primero que hago es llamar a un taxi para que venga a recogerme, cuando el taxi llega, le doy las indicaciones de a dónde me tiene que llevar.

Mientras el taxista conduce yo me quedo escuchando las canciones que ponen en la radio, hasta que, cuando suena una canción de amor triste, me pongo a llorar.

-¿Se encuentra bien, señorita?-me pregunta el taxista.

Asiento con la cabeza triste.

-Espere, usted me suena, ¿no es la novia de Neymar Jr?

Sonrío, pero al instante la sonrisa se borra de mi cara al recordar lo sucedido esta noche.

-Era mi novio.

El taxista se calla y sigue conduciendo.

Al cabo de unos minutos llegamos a mi destino, el taxista aparca fuera del cuartel ya que no tiene autorización para entrar dado que no pertenece al ejército.

-Muchas gracias-le digo al taxista pagándole la debida cantidad.

Salgo del taxi, cojo mis maletas y llamo a mi hermano.

A los tres tonos, mi hermano contesta al teléfono.

-¿Clara?-pregunta él con voz ronca, lo que quiere decir que le he despertado.

Yo, con un nudo en la garganta, le respondo lo más tranquila posible:

-Sí, soy yo, estoy en la entrada del cuartel, ¿puedes salir a abrirme?

-¿Qué haces aquí?-pregunta él mientras escucho el ruido de las sábanas.

-Ábreme y te lo explico.

Termino la conversación por teléfono con mi hermano y espero paciente en la calle a que salga mi hermano.

De repente, escucho los pitidos de mi reloj, que me indican que ya son las seis de la mañana (y yo aún despierta) y observo que ya está empezando a amanecer.

Se escucha el ruido de una cerradura al abrirse y la puerta se abre dejando ver la silueta de mi hermano.

Corro a abrazarle ya que lo necesito. Necesito un abrazo.

Mi hermano me devuelve el abrazo de la manera más cariñosa y eso hace que se me salten las lágrimas.

-¿Y ahora, me vas a contar lo que te pasa?-me pregunta él.

Un amor en fuera de juego. (Neymar Jr) (corrigiendo)Where stories live. Discover now